Todos estaremos de acuerdo en que tres años son muchos años, pero si estos tres años los centramos en toda la actividad cultural de un territorio, las obras que podríamos recoger serian infinitas. En esta misma línea va la última colaboración artística entre la Generalitat Valenciana y el Centre del Carme, uno de los espacios culturales más visitados de la ciudad de València en cuanto a oferta artística y expositiva.
Bajo el nombre ‘3 anys d’adquisicions’ la sala Goerlich y la adjunta, Ferreres, acogen hasta el próximo 6 de junio un repaso de los últimos tres años en cuanto a las adquisiciones de la Col·lecció d’Art Contemporani de la Generalitat Valenciana. En esta muestra los visitantes pueden conocer las 22 obras adquiridas en 2019, junto a una selección de los dos años anteriores, 2017 y 2018, culminando así en un muestrario total de 42 obras de 42 diferentes artistas valencianos y valencianas de distintas generaciones y sensibilidades que abordan el proceso de creación artística, ofreciendo nuevas perspectivas sobre nuestro entorno más cercano.
42 OBRAS INDIVIDUALES
Entre las obras más destacadas, la nave central de las salas Ferreres-Goerlich reúne las piezas adquiridas en 2019 que se presentan por primera vez en València, un recorrido que se inicia con la pieza de grandes dimensiones de Enric Fort con ‘The end of caresses. The machine’, en la que el espectador asiste a la creación de una escultura en vivo y en tiempo real y es testigo de la transformación del dinero en puro material.Entre otras piezas, ‘Solo a dos voces’ de Isidro Blasco; 'Performance-Down’ de Álvaro Terrones o Munt’ de Ana Sansano se recoge a modo de collage variando la arquitectura, la fotografía y la escultura, en la que interfieren un conjunto de litografías dialogantes sobre varios aspectos de la existencia del vínculo familiar con el síndrome de Down y hasta una reflexión sobre el tiempo, la vida y como los ciudadanos transitamos por ella.
La mística, el silencio, la paciencia y la meditación tienen cabida en esta exposición del mismo modo que son los valores que transmite la obra ‘Mantras I-II’, de Aurelia Masanet, haciendo referencia al acto de doblar y plegar varias veces hasta llegar a establecer un diálogo con el material utilizado transmitiendo equilibrio y serenidad.
La Conselleria de Educación, Cultura y Deporte inició en 2017 una campaña de adquisición de obras de arte con el propósito de reunir una colección de piezas representativas de la actualidad artística en la Comunitat y desde entonces, el conjunto ha crecido hasta estar integrado por "110 obras en las que se ha invertido más de un millón y medio de euros con un aumento especial de la ayuda en 2020 para intentar paliar los efectos negativos en el sector de la pandemia- y que pone a disposición de los ciudadanos", subraya la Directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga.
El director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y también del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, recalca el papel que esta iniciativa pública está teniendo en la activación del mercado del arte en nuestro territorio y en la difusión de sus artistas, ya que hay galerías de otros puntos de la geografía que se han interesado en incluir a algunos de estos creadores valencianos a raíz de la colección.
EXPERIENCIA EXTRASENSORIAL
La exposición ‘3 anys d’adquisicions’ de la Col·lecció d’Art Contemporani de la Generalitat Valenciana va más allá en cuanto a la observación de obras de arte y, dando un paso más allá, se incluye una instalación sonora y visual ‘Sínia/Sènia’ de Edu Comelles que explota la dimensión sonora de un elemento del patrimonio rural, las norias de agua, con una sucesión de grabaciones de sonido.En cuanto a los recursos multimedia como valor añadido de esta muestra, el artista castellonense Jota Izquierdo mediante su obra ‘Habitar la copia: colonialidad’ nos analiza, a partir de los vendedores conocidos como ‘manteros’, las tensiones económicas y culturales entre norte y sur global.
La interactividad es uno de los atractivos de este muestrario en el que el visitante coge el papel protagonista pudiendo sacar sus propias conclusiones y llegar a sentir cosas que solo él va a sentir, como pasa con la obra ‘20.000 pies de altura o la memoria ínfima’ de Rubén Tortosa formando una instalación interactiva que nos transporta al viaje y trayecto representado en una acción en el espacio expositivo.