El municipio de Vallés, en la comarca de La Costera, es uno de los más pequeños de la provincia. Con apenas 164 habitantes, su ayuntamiento cuenta con un escaso presupuesto anual, más de la mitad del cual se encuentra además comprometido por dos préstamos. Esta situación haría prácticamente imposible afrontar el mantenimiento básico de los servicios esenciales del municipio si no fuera por las ayudas que el consistorio recibe cada año de la Diputación de Valencia.
Este dinero llega principalmente a través de los planes provinciales, cuya dotación global se ha visto ampliamente incrementada en los dos últimos años gracias a los nuevos Planes de Inversiones Financieramente Sostenibles (PIFS), que han supuesto para Vallés 50.000 euros en 2015 y 31.992 euros en 2016, y al aumento de la partida destinada al Plan Provincial de Obras y Servicios (PPOS).
De este modo, Vallés ha pasado de recibir una media de 33.500 euros anuales para obras hasta 2014, a algo más de 104.156 en 2016, lo que ha permitido planificar y llevar a cabo actuaciones de adecuación de diversas calles y plazas, crear nuevas zonas de aparcamiento, desarrollar proyectos de mejora y ampliación de servicios en la piscina, el parque infantil o la pista deportiva, reparar redes de suministros y mejorar sistemas de riego, entre otros.
Junto a este dinero, el Ayuntamiento de Vallés ha recibido una subvención adicional de 14.000 euros para dar respuesta a sus necesidades de mantenimiento y gastos ordinarios a los que no se puede hacer frente con los planes provinciales. Tal como trasladó el alcalde de Vallés, José Javier Sisternes, al presidente de la Diputación, Jorge Rodríguez, en uno de sus primeros encuentros, “los ayuntamientos debemos coger los problemas de raíz y solucionarlos, pero en los municipios más pequeños cuesta mucho mantener este tipo de gastos”. Concretamente esta ayuda ha permitido que el consistorio pueda continuar empleando a dos personas a media jornada para llevar a cabo la limpieza y mantenimiento de la vía pública y efectuar pequeñas reparaciones en edificios e instalaciones municipales.
Para Jorge Rodríguez, “el caso de Vallés pone de manifiesto la verdadera razón de ser de la Diputación de Valencia, que es apoyar a los ayuntamientos en la atención de las necesidades de los vecinos y vecinas de los municipios valencianos”. “En este sentido –ha recalcado– estaremos siempre al lado de los ayuntamientos valencianos y de sus alcaldes y alcaldesas para ayudarles a llegar donde ellos, con sus propios medios, no puedan”.