La XXVI edición de la Muestra Internacional de Payasas y Payasos de Xirivella ha concluido con una estimable participación de público. 6500 personas han asistido a los 14 espectáculos y las 7 actividades paralelas que han tenido lugar durante los nueve días que ha durado el acontecimiento. El más relevante es la diversidad de edad del público: desde los más pequeños hasta los más mayores han disfrutado del humor y la variedad de los espectáculos.
Pero el equipo organizador de la Muestra destaca este año su carácter reivindicativo por encima de cualquier otro factor. Ha sido el primer año con la mujer clown como protagonista única de los espectáculos, convirtiendo la Muestra en un escaparate del feminismo y la igualdad. “En esta edición las payasas han demostrado que la nariz roja no tiene género; con nariz o sin él, el más importante ha sido la conexión con el público sin truco, haciendo sonreír y emocionando sin trampas innecesarias”, ha manifestado San Fran, el veterano director de esta cita anual con la cultura y el humor.
La solidaridad y la vocación integradora son los otros denominadores de la 26.ª edición de la Muestra. Se han realizado actividades dirigidas a niñas y niñas con cáncer, autismo o diversidad funcional. “Sacar una sonrisa al público pequeño que vive una realidad diferente o que lucha para superar una situación extrema justifica el trabajo de todo un año y nos reconforta como gestores públicos”, declara Roberto Romero, regidor de Cultura y Servicios Sociales. Resulta destacable en este sentido el almuerzo solidario celebrado este sábado a favor del ONG Payasospital, especializada a llevar el humor a los pequeños y pequeñas hospitalizados. Las carnicerías y los hornos de Xirivella se volcaron con la iniciativa.
A pesar de abordarlas siempre en clave de humor, los diferentes espectáculos programados durante la Muestra se han acercado a temáticas sensibles y actuales, como por ejemplo la inmigración o la plastificación del planeta. La Mostreta, dirigida exclusivamente al público infantil, ha tocado también aspectos formativos imprescindibles en la educación de las futuras generaciones de adultos: la autoestima, la autonomía personal, la amistad o la justicia social. Tal como recordó el alcalde de la localidad durante la gala inaugural, “Xirivella no tiene ni castillo, ni torre medieval ni palacio gótico, pero tiene la mayor de las risotadas”.