Francesc Carbonell ha anunciado esta mañana que tras ocho años trabajando en el Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Torrent, ha tomado la decisión de no continuar a partir de mayo y ya no estará en la próxima lista del partido. Esta decisión, que había comunicado con anterioridad a sus compañeros, se debe a que siente que su “tiempo ya se ha acabado”. Tras dos legislaturas, el concejal ha destacado el proceso de aprendizaje que ha llevado a cabo en su puesto en servicios sociales, en el que empezó sin saber apenas nada sobre el funcionamiento de la casa consistorial.
Carbonell: "Estos últimos ocho años han sido los mejores, no volveré a hacer algo que me guste más que esto"
Durante el anuncio, el todavía concejal ha hablado sobre el trabajo que se ha hecho en servicios sociales, pero sin hacer ningún balance positivo o negativo; “el tiempo te coloca en lo bueno y en lo malo”. Ha admitido que es una concejalía muy emotiva, tienes que convivir con la gente e implicarte en sus vidas, por lo que es un trabajo que implica riesgos y mucho desgaste emocional. “Tras 47 años trabajando, estos últimos 8 han sido los mejores”, ha explicado que no volverá a trabajar en algo que signifique tanto para él.
Gran desgaste emocional
Conocer las situaciones difíciles de tus vecinos comporta un importante desgaste emocional, y el concejal ha admitido que no siempre es fácil. Sin embargo, lo ha hecho lo mejor posible y se muestra muy contento con los resultados. Incluso ha compartido algunas anécdotas que ha vivido estos años, como el caso de unas personas a las que finalmente, tras hacer todo lo posible, no consiguió ayudar. A pesar de todo, un tiempo más tarde pidieron a Carbonell que les casara y así lo hizo. También ha comentado el caso de una persona a la que consiguió mejorar su situación económica y la de su familia, pero apenas unos meses después falleció. “Son casos que te llegan, y el desgaste emocional es evidente”, aun así, Francesc piensa que es parte del trabajo, no puedes dejar de implicarte diariamente.
Francesc Carbonell, Jesús Ros y Andrés Campos, esta mañana.
Carbonell ha recalcado, tras hablar del gran trabajo en equipo junto al alcalde, Jesús Ros, que su partida no ha tenido que ver con malos roces ni ningún conflicto con las personas a su alrededor. Al contrario, ha admitido que, a pesar de sus diferencias, han conseguido compenetrarse y hacer un gran trabajo sin encontrar problemas que no pudieran solucionar fácilmente. Tampoco el final de este capítulo significa que el concejal se marche de Torrent, seguirá viviendo en su tierra y estará a disposición de su partido, el PSOE, siempre que sea necesario. Para la próxima campaña, ha asegurado que saldrá a la calle y colaborará con todo lo que pueda.
Por su parte, ha querido hacer un repaso a algunos de los proyectos en los que más se ha implicado en estas pasadas dos legislaturas, además de hablar de algunos que se quedan en el tintero y espera que puedan salir adelante. Uno de los hitos más importantes fue poner en funcionamiento la tarjeta solidaria. Esta tarjeta es una satisfacción personal del concejal, aunque deja claro que el éxito que ha cosechado no hubiera sido posible sin su equipo. Ha sido una manera muy directa de ayudar a las personas que más lo necesitan, con una tarjeta que beneficia casi a 500 personas en situaciones desfavorables, además “con dignidad”, como ha explicado el concejal, opina que “se ha sembrado la semilla de algo importantísimo”.
Para Carbonell, no hay nada mejor que la gente te diga que tu trabajo les ha hecho felices, que usen la tarjeta y vayan a comprar en los comercios locales productos de primera necesidad que de otra manera no podrían tener. “Yo creo que tiene que ser el futuro”, ha comentado ante la posibilidad de que en la próxima legislatura echen atrás este proyecto piloto.
Ahora, Francesc volverá a salir a la calle en busca de trabajo "como cualquier otro vecino", ya que le faltan tres años para jubilarse. El concejal se ha despedido agradeciendo el trabajo de estos últimos ocho años con sus compañeros, a pesar de que, como ha recordado entre risas Jesús Ros, todavía le quedan 86 días en el Ayuntamiento.