"La Bienal da una visión diferente de trabajar y aplicar la cerámica"

Xavier Morant, regidor de Promoció de la Ceràmica, destaca la rellevància de la "marca" Manises amb més de 40 nacionalitats entre els participants

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En poco más de dos semanas Manises volverá a ser el centro de atención gracias a la cerámica. Lo es de forma continuada por su "marca" como Ciudad de la Cerámica, pero la Bienal Internacional aporta nuevas dimensiones: arte, diseño y participantes de todo el mundo. Es la tercera edición desde que Xavier Morant, concejal de Promoción de la Cerámica, llegó al gobierno: "Ha habido una evolución en cuanto a la expansión del proyecto".

La Bienal Internacional de Cerámica de Manises se resume como un concurso de obras cerámicas, pero conlleva mucho más: exposiciones y actividades antes, durante, después y, sobre todo, una nueva visión que rompe con el 'esquema mental' que lleva a uno a pensar en la cerámica tradicional al hablar de este producto. Morant cree que el concurso, que ya acumula relevancia mundial, contribuye a "mantener vigente" la marca de Manises y, a su vez, ayuda a incidir en "el proyecto de futuro" que es la "cerámica contemporánea". Un programa que goza de buena salud pero del que, espera, cada vez haya más participación local.

Quedan días para la Bienal Internacional de Cerámica de Manises. ¿Cómo van los preparativos?

Bien, aunque hay que tener en cuenta que es una exposición complicada. Más que una exposición… Agrupa varias exposiciones y actividades. Es complicado, porque en primer lugar, al ser internacional, tienen que llegar piezas de alrededor del mundo; participa gente de 40 países. De España hay muchos, por una cuestión de proximidad, pero de México hay 13 personas que se han presentado. Después se hace una selección y llegan las piezas escogidas para la exposición, y de ahí se hacen los premios. La entrega, las exposiciones paralelas y actividades alrededor de la Bienal... Hace que sea algo complejo.

Hay una gran dispersión en cuanto a la procedencia de los participantes.

Sí. Son 40 países… Por ejemplo, desde Albania a Uruguay, Irán, Grecia... Esta es la catorceava edición y antes, desde el año 1972, se generó el Premio Nacional de Cerámica. Era un premio exclusivamente dedicado a la zona de España. El 1993 se transforma en una Bienal Europea, y en 2001 en Internacional. Quiero decir, ha ido evolucionado, es un premio que tiene un prestigio importante y atrae a muchos participantes.

'Uno de los compromisos es que hubiera actividades interanuales para expandir el proyecto'

Esta es la tercera Bienal desde que llegaste al Ayuntamiento. ¿Se nota una evolución?

Llevo al frente desde 2015. Nada más entrar yo, ya había una Bienal preparada. En 2017 fue la siguiente y ahora en 2019. Creo que sí que ha habido una evolución. Uno de los objetivos y compromisos que adquirimos al entrar fue que la Bienal no fuera nada más los días que ocupa, sino que hubiera actividades interanuales para expandir el proyecto.

También ampliamos las exposiciones paralelas que hay; el ganador de cada uno de los premios y a lo mejor algún invitado hace una exposición, también acompañando la Bienal. Después se incluyeron actividades como Cinefórum o el Cine Cerámico, muy interesante; no es sólo de técnicas, también películas muy poéticas que giran en torno a la cerámica pero no de la técnica o producción. También hay conferencias, masterclass, visitas guiadas… Ha habido una evolución en cuanto a la expansión del proyecto.

Biennal 2017

La Bienal se aleja del concepto de la cerámica tradicional.

Sí. Aunque al principio los premios nacionales de cerámica podían tener aún un poco de regusto tradicional, inmediatamente se evolucionó a la cerámica artística, a la cerámica contemporánea. De hecho, somos uno de los referentes internacionales, entre otras Bienales -esta tiene una larga trayectoria y prestigio internacional-, en cuanto a la cerámica contemporánea. Da una visión diferente a la forma de trabajar y aplicar la cerámica como vehículo y forma de expresión artística.

Hay que señalar que mucha gente, así como pasó con Picasso o Dalí, pintores o escultores, se acercaron a la cerámica como un medio de expresión artístico de su obra, a la que acabaron muy enganchados. En el caso de Picasso y Miró es evidente. Esto quiere decir que no es solamente es una cosa de ceramistas, es también de artistas. Define esto un poco la idea de la Bienal.

¿Es parte de los objetivos de la Bienal romper esa idea de la cerámica tradicional?

Son ya varios objetivos. En primer lugar, Manises ha hecho una marca internacional histórica, y hay que mantener eso vigente, pero unido también a la novedad de la cerámica artística contemporánea. No hay que quedarse solo en la cuestión de la tradición, del Siglo de Oro… Sino también en ese proyecto de futuro de cara a la cerámica contemporánea.

'El diseño de producto de enlaza con la cerámica aplicada, la que entra dentro de las casas'

Por otro lado, también está la importancia de poder conseguir una gran colección de cerámica artística, que ahora está al fondo del museo y que esperamos, en un futuro, poder exponerlo. Estamos reuniendo con esto una gran colección. He visto gente que ha ganado premios, y que ahora son personas muy reconocidas. Se presentaron en su momento hace muchos años, cuando comenzaban, y ahora tienen mucho prestigio.

En el concurso se destacan dos sectores, artístico y diseño industrial. Sin embargo, uno no es exclusivo del otro.

No. Nosotros, cuando entramos, se planteó desde la dirección del museo, que es quien organiza la Bienal, que deberíamos reforzar la parte del diseño de producto. ¿Por qué? Porque esto es lo que te enlaza ahora, directamente, con la cerámica aplicada, que es muy importante. La forma en que la cerámica entra dentro de las casas, como las vajillas, productos de uso. Por eso, es muy importante que apostemos por ese mundo, porque nos da una atadura al diseño actual, como la apuesta por un producto de uso; que la cerámica no sea solo un complemento decorativo. Por eso decidimos apostar más fuerte y el propio Ayuntamiento asumió el premio de diseño de producto.

El próximo 8 de noviembre es la gala de entrega de premios. ¿A partir de ahí continúa la programación?

Sí, y antes. Ya el día 4 se inaugura una exposición de un colectivo que ganó el año pasado, en el apartado de diseño de producto. Unas chicas jóvenes, que fueron estudiantes de la Escuela de Cerámica y presentaron un proyecto conjunto. Ahora, este grupo hace una exposición al mismo Museo de Cerámica. Ellas mismas harán una visita guiada a su exposición el día 5.

El 6 de noviembre hay programada una conferencia de Ángel Garraza, que es un gran ceramista del País Vasco, profesor de cerámica y muy importante en la cerámica española. Ese mismo día, por la tarde, en la Sala de Exposición del MUMAF, en el Edificio del Arte, se inaugurará su exposición que es espectacular, llamada Paisajes de Sobremesa.

El 7 de noviembre se inaugura la exposición de Pablo Bellot, que fue el ganador de la anterior edición, llamada Materializar Gritos. Hay que decir que Pablo no es un ceramista, es un artista que se acerca a la cerámica como medio de expresión. Hace unas cosas muy especiales, porque tiene una visión diferente del material cerámico. El día siguiente es, ya, el día grande. En la sala de exposiciones de Els Filtres, a las 19:30, se inaugurará la exposición. De ahí nos trasladamos al Auditorio Germanías, una hora después, donde se hace la entrega de galardones.

Obra de Pablo Bellot.

Pero incluso después de eso continuaremos. Habrá cinefórums el dia 9 y 13, dos WorkShops sobre trabajo, vinculadas al diseño de producto. En la primera se explicará cómo un producto diseñado se pone en producción real, entrar en su fabricación real. Hay veces que se hacen los prototipos, pero después no se tiene la visión de cómo se aplica eso a la producción en serie. La segunda será en el Taller de Manises de Juan Carlos Iniesta, ceramista con muchos años vinculados a diseñadores de producto, que van precisamente a aplicar el diseño para la producción en serie. También ha trabajado con cocineros importantes, como Ricard Camarena o Quique Dacosta, haciendo vajillas personalizadas.

Al final todo esto es parte de la extensión que señalabas de la Bienal.

Sí, pero esto ocurre del día 4 al 15. Después, cuando acaba la Bienal en dos meses -las exposiciones duran hasta febrero-, a lo mejor en marzo inicia otra actividad ligada. No queremos que la Bienal sea un caso aislado cada dos años.

¿Repercute en el día a día de Manises?

Tiene una repercusión en la vida del pueblo porque pone a Manises en valor, lo pone en el mapa internacional cada dos años. Sin embargo, todavía aquí, creo que tenemos un poco de deficiencia de amor y de orgullo propio por lo que tenemos. Quizás porque es algo ya muy conocido, pero me gustaría que tuviera más apoyo y soporte por parte de la población de Manises. Que acudieran más a las exposiciones, a las actividades… Viene mucha gente, es verdad, pero me gustaría ver más caras conocidas, de aquí. Creo que tenemos que estar orgullosos y sentirnos contentos de tener una actividad de este tipo.

Si se hace la Bienal en Manises, es porque es una Ciudad de la Cerámica.

Claro. Hay ya una marca que no hay que crearla, que está ya históricamente. Lo que hay que hacer primero es no perderla, y segundo darle una dimensión, si puede ser, todavía más potente.

¿Cómo de positiva es la relación con la Generalitat y la Diputació de València?

Muy buena. Desde hace muchos años la Generalitat Valenciana, desde Presidència, otorga el Primer Premio de la bienal. Es decir, todos los años dan el dinero, que en este caso son 5.000 euros, el más grande del concurso. No hemos conseguido aún que venga un President de la Generalitat a darlo, pero lo intentaremos. Encima coincide el 8 con las elecciones del 10, imposible. La anterior edición vino la Vicepresidenta, Mònica Oltra, que fue agradecido.

También está la Diputació de València, que otorga otro premio de 3.000 euros. Otro también de la ciudad de Vénissieux, una ciudad francesa hermanada con Manises, que da uno de 1.800 euros para menores de 30 años, para ceramistas y artistas más jóvenes. Luego está el Premio de Diseño de Producto, de Manises, con 3.000 euros. Montelupo Fiorentino, una ciudad de la Toscana también hermanada como Ciudad de la Cerámica con Manises, ofrece una residencia artística. Durante un mes puede ir allí un artista a elaborar su trabajo.

¿La juventud de Manises, tiene buena relación con la cerámica?

Tenemos que hacer un esfuerzo por parte de las instituciones. Lo ideal sería incluir, como idea, la cerámica en las enseñanzas artísticas de las escuelas, al menos aquí en Manises; es algo particularmente nuestro. Integrarlo y que igual que dibujan o usan plastilina, que jueguen con barro. Habría que buscar fórmulas para llevar eso adelante, que no sería demasiado complicado; hay que poner voluntad y ganas.

Por otro lado, está la Escuela Superior de Arte y Diseño Cerámico, que normalmente va gente joven, alrededor de los 18 años. Antes, como era de Grado Medio, podías acceder con 14 años. Ahora no, ahora la hacerse superior… Creo que habría que retomar algunas fórmulas de enseñanza para que llegue antes.

'Algunos artistas usan la cerámica como provocación'

Una cosa es la vertiente de la fabricación y del producto, pero alrededor de la cerámica también se mueve todo un mundo cultural y científico. Por ejemplo, en Manises toda la cerámica que aparece importante es en excavaciones arqueológicas. Así, para acercar un poco la cerámica a los jóvenes, planteamos un campamento arqueológico. Fue este verano: durante 15 días vinieron 25 jóvenes, a través del IVAJ. Venían a excavar en una parte del Barri dels Obradors, la parte más importante arqueológicamente, para poder entrar en contacto directamente con la arqueología y con lo encontrado, que se estudia y cataloga.

Por otro lado, se ha retomado una iniciativa llamada La Cerámica de los Papas, que trata de hacer intercambio con ciudades. En este caso con Montelupo Florentino, de Italia, donde jóvenes de Manises van allí y se dedican a buscar e investigar la cerámica de Manises que hay en los museos, colecciones… Y después vienen los de Montelupo aquí para hacer un trabajo parecido. Se trata de ver qué lazos hay entre los dos países, precisamente, a través de la cerámica.

La Bienal y sus actividades también es parte de la promoción de la cerámica.

Sí. Invitamos a la gente a que venga a participar en todas las actividades y visitar todas las exposiciones, que estoy seguro que no les dejarán indiferente; serán, en algunos casos, sorprendidos. Hay algunos artistas que usan la cerámica también como forma de provocación.

Es una buena ocasión para conocer Manises y la cerámica actual, la contemporánea, en su salsa: la Bienal Internacional.

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