Mari Carmen Pascual comenzó a trabajar en la Escuela de Educación Infantil La Milotxa el 1 de septiembre de 1993. La semana pasada, después de 27 años transmitiendo su cariño y sus conocimientos a generaciones y generaciones de jóvenes alumnos, esta profesora ha dicho adiós a una etapa y a un colegio en el ha dejado una huella imborrable. Y sus compañeros se lo han hecho saber.
El pasado 30 de enero, Día de la Paz, el concejal de Educación, José María Esteve, se desplazó hasta la Milotxa para otorgar a la profesora una placa conmemorativa por su jubilación. Al día siguiente, un grupo de padres, madres y profesores se reunieron en la entrada del colegio, antes de clase, para regalarle un ramo de flores y darle la enhorabuena por sus 27 años de servicio.
«Ya hemos hecho varias cositas… pero aún queda lo más gordo», asegura Pedro Ignacio Gómez, director de la Milotxa. Además de estos pequeños detalles, tienen programada una cena para el 21 de febrero, «que será la despedida definitiva», explica, a la que asistirán profesores actuales, y también jubilados, e incluso antiguos alumnos. ¡Y puede que alguna otra sorpresa más!
«Es muy querida entre el profesorado, ex alumnos y entre la población en general», asegura Gómez, que considera que hay dos tipos de maestro, bromea: «A los que les duele algo y se quedan en casa, y los que venimos estando hasta con fiebre». Y Mari Carmen es, según sus compañeros, de los segundos: «una mujer trabajadora que nunca falla y que ha dejado un recuerdo muy bonito en el colegio», concluye el responsable: «la vamos a echar en falta».