Bleda y Rosa: "La interpretación de nuestra obra tiene mucho a ver con el propio espectador y sus vivencias"

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La historia y el paso del tiempo es uno de los sellos de identidad del trabajo de María Acelga - vecina de Godella-, y su compañero José María Rosa, considerados dos de los autores más influyentes en el panorama de la fotografía española contemporánea.

Los dos conforman un tándem que firman bajo un único nombre, Acelga y Rosa, con una trayectoria que está más que consolidada. Han expuesto por toda España, y también por Europa, Sudamérica y Estados Unidos.

Ahora vuelven a Valencia para mostrar algunos de sus trabajos en la antigua fábrica Bombeas Nada, renacida como centro de arte y sede de la fundación Por Amor al Arte, donde estarán hasta el mes de noviembre.

Nos desplazamos hasta el emblemático edificio de la avenida de Burjassot de la capital para conocer el trabajo de Acelga y Rosa e intercambiar con ellos una charla cargada de historia.

Traen más de una década coleccionando premios, entre ellos el premio Nacional de Fotografía en 2008. Qué supuso para ustedes?

Este premio sirvió para reconocer nuestra trayectoria que, aunque en 2008 todavía era corta, ya habíamos destacado en el medio y armado buena parte de nuestro trabajo con todas las vías de exploración abiertas. Supuso, sobre todo, una cuestión de visibilidad, pero también un impulso y un refuerzo a aquello que estábamos haciendo, si bien es cierto que no ha habido un cambio radical en nuestra forma de trabajar. El que sí cambió es que desde aquel momento dejamos de presentarnos a becas y premios porque consideramos que teníamos que dejar un relevo generacional.

Trabajan en equipo y su obra la presentan como la de un único autor. En una campo tan personal como la fotografía, donde cada cual tiene una mirada muy personal, de qué forma se cohesiona este tándem?

El hecho de formarnos a la vez, en un mismo entorno, y empezar a trabajar con la fotografía de forma conjunta con un gusto similar ha hecho que no sea tan conflictivo trabajar juntos. Además, con nuestras fotografías tratamos de crear una imagen aparentemente objetiva, en la cual la autoría de alguna forma se diluye. Son proyectos que están muy consensuados, tenemos una forma de trabajar muy meditada, con una carga conceptual y un desarrollo previo importante. Hay un gran trabajo de documentación previa.

La presencia de la historia y del paso del tiempo está presente en toda su obra. Consideran que es este su sello de identidad?

No existe una intención inicial de trabajar a partir de un elemento que nos distinga del resto. Nos interesa la historia desde siempre, y trabajar con esta idea de como el tiempo influye en los espacios nos parecía muy atractivo. Tampoco es una cosa exclusiva de nosotros. Otros autores como Humberto Ribas, Eugène Atget o Hiroshi Sugimoto también lo han hecho. En nuestro caso, el concepto del tiempo convertido en historia lo empezamos a abordar con Campos de Batalla, y quizás a partir de aquí sí sea nuestro sello de identidad.

Otro elemento común en su obra es el pie de foto para situar la imagen en un contexto determinado. Parece que a su caso, con el paso de los años, el texto ha ido ganando cada vez más protagonismo.

Campos de Fútbol fue el punto de partida a partir del como empezamos a incluir un poco de texto en nuestro trabajo. Desde aquel momento, la inclusión de la palabra escrita empezó a expandirse en nuestra obra. Es una cosa que no abandonamos y que ha ido adquiriendo protagonismo y complementándose con la imagen hasta llegar al último trabajo, Prontuario, al cual hay una relación entre el texto y la imagen que no se puede disociar. Las limitaciones que el texto y la imagen tienen por separado se pueden suplir uniendo los dos elementos.

Muchas de sus fotografías están partidas en dos. Qué buscan con este recurso?

En Campos de Batalla había una cuestión que teníamos que resolver. Partíamos de un referente pictórico sobre la Batalla de Almansa, una imagen panorámica y en color. Nuestra imagen final no es otra cosa que una interpretación de aquel cuadro. Necesitábamos una panorámica que construimos con dos negativos. El espacio físico que dejamos entre las dos fotografías tiene mucha importancia, pues con esto conseguimos aportar capas de lectura y una mayor complejidad a la fotografía, que puede leerse como el que es, una batalla entre dos ejércitos.

Por qué continúan trabajando en analógico?

La cámara con la cual empezamos hace 25 años nos funciona y nos da la calidad que buscamos. Por qué cambiar? Es como una especie de resistencia a toda esta locura digital, que más que una revolución parece una involución, al menos en algunos campos como la fotografía.

El lugar en el cual exponen, también es importante? En este caso, nos encontramos en un edificio cargado de historia, la antigua fábrica de bombas hidráulicas que posteriormente fue un refugio antiaéreo durante la Guerra Civil.

Sí, en este caso sí, aunque no siempre es así. Muchas veces los artistas exponemos en el llamado "cubo blanco", un lugar completamente neutro. En este edificio en el cual estamos ocurre todo el que se narra en nuestras fotografías, esa cuestión del paso del tiempo está muy presente. En nuestras fotografías intentamos que se abrazan varios tiempos, y aquí se mantiene también este arco temporal.

En el arte y también en la fotografía, el ojo del espectador juega un papel importante. En este sentido, han notado diferencias de interpretación de su obra en unos y otros lugares?

En el caso de Campos de Batalla la memoria de cada uno juega un papel fundamental. Es muy complicado que la gente se implico con un lugar cuando no conoce nada de él. Sabemos que la historia se explica de una forma muy parcial según en qué país te encuentras. Hay una desconexión entre el que se estudia aquí y en América del Sur, por ejemplo, cuando realmente está todo muy conectado. Por lo tanto, la recepción por parte de cada espectador es muy diferente, porque la lectura de la imagen siempre tiene a ver con un mismo, con el que tú eras y tus vivencias.

Cuáles son los próximos proyectos que tienen pendientes de cara al futuro?

Prontuario es nuestro último trabajo. Lo empezamos en 2001, pero es un trabajo abierto, y ocurre el mismo con Origen. De aquí a unas semanas viajamos a África, y el año que viene deberíamos de viajar otra vez. Buena parte de nuestros proyectos están vivos. Antes tenían un principio y un fin, pero desde hace unos 15 años decidimos trabajar de forma que en un mismo periodo conviven varios proyectos, que se alargan en el tiempo por su complejidad.

Sus diferentes colecciones, además de ser expuestas, han sido editadas en diferentes libros.

El hecho de tener publicado nuestro trabajo es importante porque se asienta en el tiempo. Además, es una forma de llegar a la gente. Casi siempre pensamos en nuestros trabajos como exposiciones, pero estas suelen ser temporales y los libros perduran por siempre jamás. Algunos libros son un catálogo de una exposición y en otros casos se asemejan más a un libro de autor, como es el caso de la exposición que hemos visto.

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