Buñol inicia la cuenta atrás para el 75 aniversario de la Tomatina

L'esdeveniment es converteix en un referent de seguretat amb 300 efectius vetlant pel desenvolupament de la festa

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El Ayuntamiento de Buñol concluye La Tomatina 2019 con un gran balance. Este evento de repercusión internacional se ha saldado sin ningún altercado dadas las elevadas medidas de seguridad puestas en marcha por el Consistorio y el incremento de puntos violetas y efectivos para garantizar el bienestar y protección de todos los asistentes. Esto se debe en gran parte, al hecho de que este año se han aglutinado todos los aspectos de la fiesta bajo la misma concejalía, la de Interior, encabezada por la edil María Vallés.

Casi 300 efectivos entre Policía Local, Policía Autonómica, Policía Nacional, Guardia Civil y Protección han contribuido en garantizar el normal desarrollo de la fiesta en la que han participado 20.000 personas de diversas nacionalidades y donde se han acreditado 70 medios procedentes de todo el mundo.

El compromiso del Ayuntamiento liderado por la alcaldesa Jucal Carrascosa con una de las fiestas españolas más internacionales va más allá de mostrar la fiesta de La Tomatina, dado que han impulsado una visión diferente de este evento, donde esta batalla pacífica sea el eje central de todo el atractivo turístico de un municipio lleno de posibilidades. No en vano, Buñol además de un entorno natural singular con parajes destacados como la Cueva Turche, el Roquillo o la Violeta, también ofrece un imponente castillo y un casco urbano lleno de singularidades como el entorno de San Luis.

Además, con la finalización de La Tomatina 2019, cuyo cartel se basaba en la famosa serie de la HBO “Juego de Tronos”, se da el pistoletazo de salida para un año muy especial. En 2020 se cumplirá el 75 aniversario de la celebración de La Tomatina.Un año, en el que el Ayuntamiento de Buñol tiene previsto realizar diversas acciones a lo largo del año para conmemorar tan singular efeméride.

Todo comenzó el último miércoles de agosto del año 1945, cuando unos jóvenes pasaban el rato en la Plaza del Pueblo para presenciar el desfile de gigantes y cabezudos y otros actos de la fiesta. Los chicos decidieron hacerse un hueco dentro de la comitiva de un desfile con músicos, gigantes y cabezudos. El ímpetu de los jóvenes hizo que cayera un participante que, preso de la ira, empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Por un capricho del destino, allí había un puesto de verduras que fue pasto de la multitud enfurecida: la gente empezó a tirarse tomates de unos a otros hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a aquella batalla vegetal.

Al año siguiente, los jóvenes repitieron el altercado de forma voluntaria y llevaron los tomates de su casa. Aunque la policía disolvió en sucesivos años la reciente tradición, los chicos, sin saber nada, habían hecho historia.

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