Riba-roja de Túria aprobó a través de su pleno municipal una nueva Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana que recoge sanciones de 500 euros en el caso de los excrementos de perro en la vía pública, y de 1.000 euros en el caso de las pintadas en los bienes públicos. Además, la ordenanza sustituye a la anterior en vigor firmada hace 30 años, donde se establece una prevención de “todas las actuaciones perturbadoras” como música elevada, ruidos y olores que “alteren la convivencia”.
Estas infracciones se considerarán leves y conllevarán una sanción de entre 60 y 500 euros, para aquellos que provoquen ruidos excesivos, no retiren los excrementos de la vía pública, así como una botella de agua limpia para los orines. El objetivo del consistorio es velar por la convivencia del vecindario y brindar protección a los elementos públicos como mobiliario urbano, parques y jardines, fachadas, señales de tráfico y las instalaciones deportivas.
En cuanto a las infracciones graves conllevarán una multa de entre 500 y 1.000 euros. Entre estos delitos menores se encuentran las pintadas sin autorización municipal, deterioro de equipamientos, infraestructuras, romper o arrancar elementos públicos, pintar señales que dificulten la visión, incendiar contenedores, tirar basura en la vía, impedir el tránsito peatonal o cazar pájaros, entre otros.
Además de estas multas, el gobierno municipal exigirá al autor la indemnización por daños y prejuicios causados, así como las sanciones económicas previstas y la reposición del material alterado. Además, la consecución de varias infracciones podrá conllevar a multas de entre 1.000 y 3.000 euros en total. Las autoridades valorarán la intencionalidad del infractor, la reiteración de los actos, la trascendencia social, la gravedad de los daños y las circunstancias sociales de la persona. Asimismo, los autores podrán obtener una reducción del 50 % si pagan la infracción antes del inicio del expediente.
El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, ha señalado que esta ordenanza es necesaria para mejorar la convivencia vecinal, adaptándose a una realidad social nueva, no como la de hace 30 años. “El cumplimiento de esta ordenanza es vital para construir una localidad respetuosa y tolerante”, añade.
La ordenanza ha sido aprobada por el gobierno del PSPV junto con el apoyo del Partido Popular y Vox y con la abstención de Compromís y Esquerra Unida-Podem.