El embarcadero de El Palmar vuelve a estar en pie con más fuerza que nunca. Tras meses de trabajo, el Ayuntamiento de València ha finalizado la reforma de este espacio tan querido, punto de encuentro para pescadores, vecinos y visitantes. La inversión de 313.514 euros, ha permitido recuperar la seguridad del muelle, modernizar sus accesos y reforzar su papel como motor económico y social de la pedanía.
El concejal de Devesa-Albufera, José Gosálbez, lo resumía sin rodeos: "El embarcadero estaba en mal estado. Actuar no era una opción, era una obligación. Aquí se juega parte de la vida económica y social de El Palmar.
Una reforma para mirar al futuro sin perder la esencia
Las obras han traído consigo una nueva rampa de acceso al varadero de casi cinco metros de ancho y once de largo, además de la reconstrucción y ampliación del muelle. El objetivo es doble: garantizar la seguridad de las embarcaciones y de quienes las usan, y mantener la actividad pesquera y turística que da vida al barrio.
También se ha instalado una baliza de iluminación para facilitar la ubicación de los pantalanes y se ha rellenado el entorno con material especial para evitar que crezca vegetación en zonas sensibles. Los viejos adoquines del muelle, desgastados por el paso del tiempo, han sido sustituidos por otros más resistentes. Los que pudieron salvarse se han reutilizado en aceras cercanas a la Trilladora, en un gesto de sostenibilidad que conecta pasado y presente.
“Con esta obra aseguramos la estabilidad del muelle y la protección del patrimonio natural y cultural de la Albufera”, destacó Gosálbez.
Un espacio que late con identidad propia
Para El Palmar, este embarcadero es mucho más que una infraestructura. Es símbolo, tradición y sustento. Aquí se mezcla la historia de la pesca con la llegada de visitantes que descubren la magia de la Albufera. Por eso, la intervención ha contado con todos los informes técnicos del Servicio de Devesa-Albufera y del Servicio de Patrimonio Histórico, asegurando el máximo respeto al entorno.
Además, se ha realizado una recogida selectiva de residuos durante los trabajos, reforzando el compromiso ambiental del consistorio.
“El embarcadero es el corazón de El Palmar. Con esta actuación lo devolvemos a la vida, garantizamos que siga siendo motor económico y lugar de encuentro, y reforzamos la protección del paisaje único que nos rodea”, concluyó el concejal.
El resultado es un espacio renovado que mira al futuro sin perder su esencia. Un embarcadero que vuelve a latir en el corazón de la Albufera y que recuerda que cuidar el patrimonio es también cuidar de quienes lo hacen suyo cada día.