Raquel Viguer, delegada de Chrysallis en la Comunitat Valenciana, alza la voz en defensa de las infancias trans en un momento complicado para este colectivo. Desde esta asociación de familias —fundada en 2013 para acompañar a menores trans y a sus entornos— denuncia el retroceso que suponen los últimos cambios en la ley trans valenciana. En esta entrevista, Viguer detalla el impacto de los recortes sobre el bienestar emocional de los menores, el papel de las familias y la invisibilización de la transidentidad en el discurso político actual.
¿Qué tipo de apoyo encuentran las familias con menores trans en Chrysallis?
Sobre todo, es un apoyo a nivel emocional, de acompañamiento. Cuando llegan, se encuentran con muchas preguntas sobre cómo acompañar a la criatura, cómo encajar en la sociedad… Se encuentran muy solas y necesitan tener referencias. Entonces, les ofrecemos una escucha activa. Tenemos un grupo de WhatsApp con otras familias del ámbito nacional y, a través de nuestras vivencias, les contamos lo que les puede suceder a sus hijes dependiendo del acompañamiento que se les haga a nivel familiar y social. Pero lo que más ofrecemos es cariño.
¿Cómo ha recibido Chrysallis la noticia de los últimos recortes en la Ley trans?
Muy mal. No han contando con nosotras para el desarrollo de la ley a pesar de que somos una parte fundamental del activismo y del asociacionismo en cuanto a los derechos que debería recoger la ley trans valenciana. No contaron con nuestra voz, que es la de nuestres hijes. Nos sentimos menos valoradas, menospreciadas e invisibles ante el gobierno valenciano.
¿Qué supone para un menor trans que se elimine su derecho a la autodeterminación de género o que se impongan barreras a nivel médico o judicial?
En cuanto a la autodeterminación de género, es no existir. No valorarte, no tenerte en cuenta, no ser una persona en plena armonía con tu cuerpo y tu ser. En cuanto te quitan tu voz y tu derecho a ser, pasas a contar como un número para la Seguridad Social, no como una persona. Nuestres hijes no se dan cuenta aún porque son pequeñes, pero nosotres como progenitores sí que entendemos que, cuando a una persona no se le reconocen unos derechos y no se valida como persona, es como si no existiera.
No pedimos permiso para vivir, pedimos respeto para que nuestras hijas, hijos e hijes puedan hacerlo tranquilamente
En el ámbito educativo, lo que más nos preocupa es que el personal del centro educativo no acompañe y que le llame por el pronombre que aparece en el DNI, el pronombre no sentido. O personas menores que no tienen el nombre cambiado en el documente, que se le llamen con el nombre que figura ahí en lugar de con su nombre sentido.
¿Qué efecto puede tener esto en la salud mental de los menores?
Devastador. Hay menores que quieren pasar desapercibidos y con esta ley están expuestos y súper marcados. Si la gente no acompaña, es un retroceso a nivel emocional porque no se van a sentir acompañados por un centro escolar que debe ser seguro. Y eso va a repercutir en sus estudios, en sus relaciones de amistad y en su autoestima. Pero es que luego eso conlleva un rechazo social, aislamiento o bullying, e incluso que empiecen a autolesionarse o que acaben en suicidio.
¿Se os ha reportado un incremento de agresiones a personas trans en los últimos tiempos?
En lo que son las familias de Chrysallis no hemos tenido muchos repuntes. Sentimos más pena y miedo por las familias que sus hijas no están acompañadas. Porque las familias de Chrysallis sí que tenemos los recursos para que nuestras hijas estén empoderadas y puedan tener herramientas ante situaciones incómodas. En la asociación tenemos varios grupos, uno es de educación, otro legislativo, otro de apoyo psicológico... entre estos grupos de jóvenes tienen sus estrategias y se van ayudando.
¿Consideráis que hay cierta desinformación y/o manipulación en el discurso político?
Sí. Nos hemos dado cuenta que desde el gobierno valenciano tiene un discurso tergiversado de la realidad trans. Tergiversan las cosas a la hora de hablar e incluso en la misma redacción de la ley trans. Por ejemplo, a las terapias de conversión les llaman “acompañamientos” y hablan de libertad individual y equivalencia de derechos como si se les diera más derechos a las personas trans.
Los políticos tergiversan el lenguaje: llaman ‘acompañamiento’ a una terapia de conversión
¿Habéis notado más apoyo ciudadano o movilización social en defensa de los derechos trans en el Orgullo 2025?
Hemos tenido un acompañamiento de tejido asociativo LGTBIQ+, pero nuestras infancias y adolescencias lo que quieren es transitar por el mundo de una manera cómoda, segura y pacífica. A las personas que no tienen una persona trans en su entorno, los recortes le dan igual.
Solo un 0,3% de la población valenciana es trans. Es muy poco para el escándalo que están haciendo con el cambio de la Ley trans. Un 0,3% de la población es un grupo muy pequeño para tener que hacer una legislación tan agravante para estas personas que necesitan y quieren vivir de manera tranquila.
Parece un cambio de cromos político para levantar una ampolla grande en el colectivo y hacerse con un cambio de sillones en el gobierno de la Generalitat Valenciana. No entendemos cómo han quitado los derechos que ya teníamos afianzados, cuando no suponía para la ciudadanía ni un gasto a nivel económico ni un disparate a nivel social. Ahora los que han recortado, el daño que van a hacer va a ser muy difícil de superar.
Además, con estas políticas de patologizar van a incrementar las listas de espera en los especialistas. Porque ahora se requiere un informe de un especialista de la unidad de identidad de género. Están haciendo que la gente les tome manía a las personas trans para ellos salirse con un crédito político. Al final es una cuestión de sillas y de dinero. De lo que no se dan cuenta es que el daño que puedan hacer va a estar para toda la vida en nuestras hijas, hijos e hijes.
¿Qué mensaje lanzáis desde Chrysallis a quienes aún no comprenden la realidad de las infancias trans?
Que cualquier persona merece el respeto a ser libre y a vivir su vida de la manera que crea oportuna sin hacer daño a nadie. No pedimos permiso para poder vivir, pedimos respeto para poder hacerlo de manera tranquila. Al final, con esta nueva ley, que dice tantas barbaridades, las personas transfobas prevalecen sobre las personas trans.
Por ejemplo, con el cambio de ley, cuando una persona cis se sienta incomodada porque hay una persona trans en la sala, se le hará un juicio de valor a la persona trans y decidirán si se va o no. Es súper fuerte, han metido unas barbaridades que roza casi lo inhumano. El que una vida valga más que la otra por el hecho de que una sea cis y otra trans… Quitan el valor a la vida y a las personas, tanto que da miedo.