El precio de la vivienda se ha incrementado, en los últimos años, de tal manera que ya ha limitado el derecho fundamental de acceso a ella por parte de muchos segmentos de la población. Detrás de esta subida de precios se encuentran varios factores de oferta y demanda como el incremento de los costes de materiales y de la mano de obra, la disponibilidad del suelo urbano y el estancamiento de la construcción; pero también el aumento de la población, del turismo y de la esperanza de vida.
Por todo ello, desde Cámara Valencia se opta – entre otras medidas – por el impulso de una estrategia metropolitana. Y es que consideran que parte de la solución al problema de la vivienda en Valencia pasa por el desarrollo residencial de su área metropolitana. Para ello, la Cámara de Comercio apuesta por un desarrollo del transporte y la comunicación, acompasado con las nuevas áreas de desarrollo urbano; así como la creación de servicios de proximidad para la ciudadanía, como un hub intermodal con servicios integrados de última milla o servicios postales, entre otros, que reducirían los desplazamientos al núcleo central.
Y es que como explican, “la existencia de un continuo de cascos urbanos, que van más allá de los límites territoriales administrativos, da lugar a que se pueda concebir la ciudad de Valencia y su área metropolitana como un área urbana que requiere mayor vertebración”. En estos momentos, son muchas las personas que se ven “obligadas a vivir en las afueras, pero sin contar con los mismos servicios”.
Sin embargo, esta medida debería ir acompañado por otras tres acciones que contribuirían, de acuerdo con Cámara Valencia, a la reducción del precio de la vivienda.
Las 4 medidas para solucionar el problema de la vivienda en Valencia
La primera de ella sería la estrategia metropolitana a la que habría que sumar el incremento del suelo urbanizable. Esta medida pasa por recalificar suelo rústico hasta convertirlo en suelo urbano listo para edificar. Para ello, la Cámara de Comercio de Valencia considera que es fundamental acelerar los procesos de urbanización del suelo mediante la simplificación procedimental.
En la actualidad, la aprobación de los instrumentos urbanísticos necesarios para la recalificación requiere de la presentación de estudios e informes para la aprobación por parte de la administración pública. Unos procesos que pueden prolongarse hasta 15 años, como fue el caso de Turianova o la Fuente de San Luís en la ciudad de Valencia.
Además, señalan la necesidad de un marco normativo que no frene la edificación y que agilice los procesos, ya que “está provocando la ralentización del ritmo de construcción debido a que ahora las normas son más exigentes”; así como una política tributaria que establezca precios asequibles.
En este punto, Cámara Valencia aboga por la aplicación de medidas que consistirían en la eliminación del IVA en la compra de la primera vivienda; la recuperación de la deducción de la inversión realizada en la vivienda habitual en el IRPF; o la ampliación de las deducciones por alquiler de vivienda en el IRPF de los inquilinos, con un mínimo deducible del 10 % y aplicable a toda la población.
El precio del suelo en la provincia de Valencia es más caro que en el resto de España
El encarecimiento del suelo urbano bruto en la provincia de Valencia es un factor clave en el incremento del precio de la vivienda nueva, ya que este factor puede representar hasta el 40 % del precio final. De acuerdo con el informe elaborado por Cámara Valencia, “en 2024, el precio superaba en un 23 % el mínimo de 2014”, pero además es un 31 % más caro que la media nacional.
Esta dinámica, sumada a otros factores como el incremento sin precedentes del coste de los materiales y de la mano de obra, explica por qué la provincia de Valencia es hoy una de las más tensionadas de España.
Además, no se puede olvidar – reflejan en el informe – el estancamiento de la construcción de viviendas. De hecho, entre el año 2007 y 2013, la construcción descendió en un 98 %. Durante los siguientes años, se ha mantenido en las cotas más bajas desde finales del siglo pasado con la construcción de menor de un millar de viviendas entre 2012 y 2015. A esto hay que sumarle, que en los últimos cinco años, tan solo se ha construido 23.911 viviendas, que es el equivalente a lo que se construyó en el año 2000.
Una situación similar se ha vivido en la construcción de viviendas protegidas. Por tanto, sumado al aumento de la población y la esperanza de vida, pero también a la llegada de turismo, provoca que, en la provincia de Valencia, haya una “incapacidad para atender a la demanda actual. Se construye más lento de lo que se vende, es decir, por una vivienda construida, se venden dos”. Por este motivo, la Cámara de Comercio de Valencia alerta de que si se quiere atender la demanda actual y futura de la provincia es primordial una política de vivienda y la disposición del suelo necesario para poder ejecutarla.