El turismo valenciano ha vivido un verano que muchos recordarán. La temporada alta de 2025 no solo ha dejado cifras históricas de ocupación, sino también un cambio de rumbo que confirma la fortaleza de un sector clave para la Comunitat Valenciana.
Los destinos más emblemáticos, como Benidorm o València, han brillado con luz propia gracias al empuje del turismo internacional, mientras que Castellón empieza a abrirse paso con nuevas propuestas que miran al futuro. El visitante extranjero ha decidido la partida este verano, y su peso en la balanza ha sido decisivo para superar todas las previsiones.
Para entenderlo, hablamos con Mayte García Córcoles, directora ejecutiva de Hosbec, la patronal hotelera y turística que agrupa a hoteles, apartamentos y campings. Sus palabras dibujan una radiografía clara: un verano de récord, con turistas llegados de medio mundo y con un sector que ya piensa en cómo mantener esta inercia sin perder calidad de vida en los destinos.
Benidorm y València, el escaparate internacional que reescribe el verano
Si hubiera que escoger dos nombres propios del verano, serían Benidorm y València. La primera ha vivido un fenómeno inédito: el mercado británico ha llegado a igualar al nacional en pleno agosto, algo impensable hasta hace poco.
“En Benidorm, el mercado británico ha llegado a igualar al nacional en pleno agosto, algo inédito hasta ahora”, recuerda García. Una señal de que el turismo internacional ya no se concentra solo en invierno, sino que también manda en plena temporada alta.
La capital valenciana, por su parte, ha logrado consolidarse como una gran ciudad europea de vacaciones. Más del 70 % de visitantes han llegado desde el extranjero en algunos momentos del verano. Cultura, gastronomía, playa y un aire cosmopolita la han situado en el mapa como una de las ciudades mediterráneas más deseadas.
Un mosaico de acentos: así han llegado los turistas a la Comunitat
El verano ha convertido a la Comunitat en un auténtico mosaico de acentos y maletas. El mercado británico ha vuelto a liderar con fuerza, sobre todo en la Costa Blanca, pero no ha estado solo. Holandeses, belgas, italianos y portugueses han llenado también las calles y playas.
En València ciudad destacan especialmente el italiano y el estadounidense, con cuotas cercanas al 10 % cada uno, tal y como explica la directora de Hosbec. En Castellón, la historia ha sido diferente: el visitante francés sigue siendo el rey. Y en enclaves como l’Alfàs del Pi o Altea, los turistas nórdicos han tenido un peso mayoritario.
Lo que está claro es que el turista internacional ha sido la pieza que ha marcado la diferencia. “El turista internacional ha sido clave para superar las expectativas de este verano en la Comunitat Valenciana”, subraya García. Frente a un mercado nacional más retraído y de última hora, el visitante extranjero ha reservado con antelación y ha dado estabilidad a la temporada.
Tendencias que marcan el futuro: hoteles de cuatro estrellas y campings tipo resort
El verano también ha dejado claro hacia dónde camina el sector. Por un lado, los hoteles de cuatro estrellas o más han sido los grandes triunfadores, con los índices de ocupación más altos. El esfuerzo de modernización y reposicionamiento de la oferta hotelera ha tenido recompensa: el viajero quiere calidad y está dispuesto a pagar por ella.
Por otro lado, los campings han dado un paso al frente. Ya no se trata solo de parcelas para caravanas: la mayoría funcionan como auténticos resorts con bungalows, cabañas y actividades. En la zona de Benidorm, por ejemplo, la ocupación ha superado el 90 % durante casi todo el año, con un marcado protagonismo del visitante británico.
Estos modelos alternativos, más desestacionalizados y flexibles, se han convertido en un complemento imprescindible para la oferta hotelera tradicional.
Junio y septiembre ya no son meses secundarios
Hasta hace unos años, julio y agosto marcaban el pulso del verano. Hoy, esa idea ha quedado atrás. Junio y septiembre se han consolidado como meses fuertes de temporada, con cifras comparables a las de los meses centrales.
La clave, según el sector, es que requieren más trabajo de promoción y comercialización. Pero el esfuerzo vale la pena. “Son meses más trabajados en cuanto a promoción, pero los resultados son igual de buenos que los meses fuertes de verano”, señala García.
Alargar el verano a cuatro meses completos permite ganar estabilidad y reducir la dependencia de picos puntuales. Un paso adelante hacia la ansiada desestacionalización.
El reto que viene: turismo sí, pero con calidad de vida
El verano de 2025 ha confirmado la fortaleza del turismo valenciano, pero también ha dejado sobre la mesa un reto ineludible: crecer sin perder calidad de vida en los destinos.
“No podemos ser anfitriones donde no tenemos la mejor calidad de vida”, sentencia Mayte García. Con esta idea, el sector insiste en que la desestacionalización no es solo un objetivo económico, sino también social: repartir mejor la actividad turística, integrarla en el día a día de las ciudades y hacer que los destinos sean tan buenos para vivir como para visitar.
Ese es, en definitiva, el horizonte de un sector que ha firmado un verano histórico y que quiere continuar en esta línea sin renunciar a la sostenibilidad ni al bienestar de sus residentes.