Opinió

El sueldo de Amigó, para tapar el desastre de Oltra

Esta misma semana la vicepresidenta de la Diputación, Maria Josep Amigó, insistía en que ha venido siendo su mantra durante la legislatura asegurando que lo que le habría “gustado hacer en la Diputación es cerrarla”. No sorprende. Nunca se ha escondido, es cierto. Lo que tampoco sorprende es que mientras dicen eso, siguen poniendo la mano a fin de mes para seguir cobrando un sueldo público. No sorprende porque la coherencia tampoco ha sido su fuerte durante esta legislatura.

Por ello, le reitero una propuesta: que tanto ella como sus compañeros de Compromís en la Diputación y sus asesores renuncien a sus sueldos y destinen ese dinero a tapar los agujeros de la política social de Mónica Oltra. Queda poco tiempo para que Amigó, Oltra y los suyos vuelvan a la oposición, pero por poco que se pueda hacer en estos meses con ese dinero, seguro que es mucho más de lo que la vicepresidenta del Consell ha hecho hasta la fecha. Amigó ha defendido que esta Diputación debe desaparecer y el ‘vaciamiento político’ que supuestamente han impulsado en estos tres años. Por coherencia instamos a que la vicepresidenta y todos los miembros de su partido, diputados y asesores, renuncien a sus sueldos y que esta Diputación destine todo ese dinero a los municipios, por ejemplo a políticas sociales y de dependencia que tan descuidadas tiene la señora Oltra.

El cierre de la Diputaciones del que tan frívolamente hablan los dirigentes de Compromís afectaría directamente a cientos de miles de personas puesto que estas instituciones garantizan la prestación de servicios públicos, especialmente en localidades de menos de 20.000 habitantes, y, por tanto, la igualdad entre los ciudadanos vivan donde vivan.


La izquierda, con su discurso, parece empeñada en crear ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda en función del lugar donde cada uno, libremente, ha decidido fijar su lugar de residencia y desarrollar su proyecto de vida.


Las formaciones que proclaman el cierre de las Diputaciones no hablan el mismo lenguaje que los municipios valencianos, no conocen sus necesidades ni su idiosincrasia, si no, no cuestionarían una administración que tiene su razón de ser en la diversidad municipal y el equilibrio territorial.


Por desgracia, los municipios son los grandes damnificados de estos vaivenes. Actualmente nos encontramos con una Diputación gobernada por aquellos que ni tienen proyecto ni están implicados en una institución en la que no creen.

Mari Carmen ContellesPortavoz Grupo Popular Diputación de Valencia