Valencia

Las condiciones del CIE de Zapadores de València provocaron el suicidio del joven marroquí de 23 años, Marouane Aboubaida

El 15 de juliol de 2019, Marouane Aboubaida es va suïcidar en una cel·la d'aïllament del centre d'internament d'estrangers (CIE) de Sapadors de València

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Justo hace un año, uno de los sitios más polémicos de la ciudad de València sufría un episodio cruel a la vez que antihumano, y es que esta es posiblemente la palabra que mejor define este «sitio» y así lo confirman las múltiples manifestaciones que se han hecho a las puertas de este centro. Dicho sitio es el centro de internamiento de extranjeros (CIE) de Zapadores de València, centro que año tras año sufre episodios muy fuertes desde su apertura y que en sus diez años de operatividad ya ha causado tres muertes, de las que no se han extraído responsabilidades y han quedado en vano.

Por establecer un inicio a la serie de acontecimientos fatales, este podría ser el momento en que es interceptado en el mar a bordo de una patera, a lo que el mismo informe de Reconstrucción del drama de Marouane Aboubaida realizado por el área de Migraciones de la ONGD ‘Psicólogos sin Fronteras’, destaca que el objetivo de Marouane, según relata su tía a la Campaña por el Cierre de los CIE y el fin de las deportaciones (CIEs NO) es "probar suerte en España para ayudar económicamente a su madre, que es viuda y vive en una situación económica precaria." Ante esta prueba de suerte, Marouane es interceptado en el mar haciendo la travesía mediterránea en patera, a lo que a su llegada a València, acaba internado en el CIE de Zapadores.

El mismo informe cuenta que un tercer acontecimiento destacable es «el momento en que Marouane se encuentra ya en el CIE de Zapadores (Valencia) y se le requisa la mayor parte de sus pertenencias». En este momento, Marouane pasa a nombrarse "n.º 317», un duro golpe para la salud psicológica a lo que hay que añadir un hacinamiento y unas condiciones de alojamiento pésimas. Como dato, las habitaciones del CIE de Zapadores tienen una dimensión aproximada de 12 metros cuadrados y una ocupación efectiva de 6 camas, siendo una ratio de ocupación un 210% por encima del máximo planteado por el Comité Europeo para un centro penitenciario, aunque estos centros donde los internos conviven en un régimen de no libertad y duermen en celdas, a efectos legales no pueden considerarse como una cárcel, aunque las condiciones son las mismas.

En un vídeo enviado por los propios internos a la prensa se muestra el interior de Zapadores; un interno afirma: "Dice ser un centro de internamiento pero es una cárcel [...] nos tratan como animales, la comida es una mierda." Otro migrante añade: "Una comida muy mala que ni los cerdos se pueden comer, es un insulto" y "La comida es fría, muy mala y repiten siempre la misma".

Los internos afirman que los baños están fuera de las celdas pero, al estar las mismas cerradas toda la noche, quien necesite hacer uso del baño ha de llamar al policía para que le abra la puerta de la celda; para no recibir del policía algún insulto o impertinencia, «no solemos llamarlo», por lo que «nos vemos obligados a hacer nuestras necesidades en botellas o bolsas de plástico dentro de nuestra propia celda compartida», aseguran.

De este modo, a las pésimas condiciones de vida, la no libertad e incluso las agresiones que sufren, como sufrió Marouane, las emociones y los pensamientos se desmoronan, a lo que le prosigue una crisis existencial, que como ya viene siendo común en estos centros, termina en muertes, suicidios y en lavados de mano de policías, políticos y responsables. De este modo, Psicólogos sin Fronteras concluye que las condiciones del CIE de Valencia fueron "clave" en el suicidio de Marouane Aboubaida, a lo que la brutal paliza que recibió dentro del centro por algunos de los internos en las duchas, un espacio sin cámaras, terminó por abocar a Aboubaida a escribir una carta al director del centro advirtiendo de los dolores que sufría en la cabeza y explicando que no podía ver por un ojo, el texto se entregó una hora antes de su muerte, según la versión del colectivo. Finalmente Marouane Aboubaida se suicidó con su propia camiseta para salir de ese infierno.

La única respuesta del gobierno fue, y hasta el momento ha sido: "no hay ninguna evidencia de que se suicidara por las condiciones del centro de Zapadores."

Actualmente, existe un proceso judicial abierto en el Juzgado de Instrucción número diez de València, donde se investiga la muerte del joven marroquí, en la que su familia se presenta como acusación popular con el acompañamiento de Casa Marruecos y la Campaña CIEsNO. No obstante, un año después, el caso está en fase de instrucción y no se conocen más detalles por ser secreto de sumario.

Con los dos informes presentados, la campaña denuncia nuevamente "la continua violación" de derechos humanos" en un centro que definen como "espacios de muerte", y en el que concluyen que "las condiciones de reclusión influyeron en la decisión de Marouane de quitarse la vida". Su entrega, explican, se debe al "silencio" del Estado Español ante esta muerte bajo su tutela.