Valencia

El Bioparc planea crecer sobre la huerta de Valencia y desata una fuerte oposición vecinal

El proyecto de ampliación prevé un parque temático oriental en terrenos agrícolas protegidos, mientras asociaciones proponen una alternativa cultural vinculada a la Ruta de la Seda

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Bioparc, Valencia

La reciente propuesta para la ampliación del Bioparc de Valencia ha generado una fuerte respuesta por parte de colectivos vecinales y entidades sociales vinculadas a la protección del territorio. El proyecto, presentado por la empresa concesionaria del parque, contempla la construcción de nuevas instalaciones sobre terrenos actualmente sin uso junto al Parque de Cabecera, con una ambientación basada en la Ruta de la Seda y una fuerte presencia de elementos temáticos de inspiración china, africana y oriental.

La plataforma ciudadana Taula per la Partida, que agrupa a asociaciones y vecinos de Campanar y Benimàmet, ha emitido un comunicado en el que muestra su rechazo al proyecto. Según afirman, se trata de una actuación “descontextualizada y alejada de la realidad histórica y cultural del entorno”, ya que se ubica sobre terrenos que fueron huerta en producción hasta hace pocos años y que todavía hoy están rodeados por zonas agrícolas activas.

Una ruta con raíces locales

El comunicado reconoce que la Ruta de la Seda es un elemento cultural ligado a la historia de Valencia. De hecho, la producción de seda tuvo gran relevancia en la ciudad, y la Huerta de Valencia desempeñó un papel fundamental en el cultivo de moreras, necesarias para alimentar a los gusanos de seda. Las alquerías de la huerta eran los espacios donde se desarrollaba este tipo de producción.

Por ello, desde la plataforma se indica que sería adecuado potenciar la relación entre la Ruta de la Seda y la huerta, aprovechando esta conexión histórica para desarrollar un proyecto cultural, educativo y ambiental más arraigado al territorio. Algunas propuestas que se plantean incluyen la recuperación de alquerías para convertirlas en centros de interpretación o museos de la seda, así como la recreación de técnicas agrícolas tradicionales y talleres vinculados a la producción textil histórica.

Valor patrimonial reconocido internacionalmente

Uno de los argumentos centrales de la oposición al proyecto es el alto valor patrimonial del entorno. En noviembre de 2019, la FAO declaró el Regadío Histórico de l’Horta de València como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), el cuarto en España con esta distinción. Además, el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia —que regula el uso del agua de riego— fue reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial.

En este contexto, organizaciones como el Consell Valencià de Cultura, la Universitat de València, el Comité Económico y Social Europeo o la Agencia Europea de Medio Ambiente han subrayado la necesidad de preservar la huerta frente a la presión urbanística. El proyecto de ampliación del Bioparc, según Taula per la Partida, va en sentido contrario a estas recomendaciones institucionales.

Alternativas propuestas

El colectivo vecinal insiste en que existen opciones viables para dar un uso cultural y sostenible a estos terrenos, que respeten su valor agrícola y patrimonial. En el documento “La Façana de l’Horta”, redactado hace unos años por entidades de la zona, ya se proponían medidas como la rehabilitación de alquerías para usos culturales y educativos, la creación de un corredor verde con árboles autóctonos, zonas de recreo y un aprovechamiento didáctico del trazado de antiguas acequias como la de Rascanya.

También plantean que un proyecto bien planteado sobre la Ruta de la Seda permitiría crear rutas turísticas que conecten la huerta con el Tribunal de las Aguas, la Lonja de la Seda o el Colegio del Arte Mayor de la Seda, generando un itinerario cultural que complemente la oferta de la ciudad sin sustituir su identidad.

Petición de diálogo

La plataforma solicita al Ayuntamiento de Valencia que tenga en cuenta las propuestas ciudadanas y que reconsidere el actual proyecto de ampliación. Subrayan que actuaciones similares, como la recuperación del cauce del Turia o la protección de la Devesa del Saler, fueron en su día cuestionadas pero hoy son ampliamente valoradas por la ciudadanía.

“La ampliación del Bioparc podría convertirse en una oportunidad para reconciliar el desarrollo urbano con la protección del entorno agrícola”, señala el comunicado. “No se trata de impedir el crecimiento de la ciudad, sino de garantizar que se haga con criterios de sostenibilidad, identidad cultural y participación vecinal”.

Desde la plataforma concluyen que aún es posible recuperar estos espacios para la ciudad, evitando una pérdida irreversible de patrimonio y evitando que futuras generaciones lamenten las decisiones tomadas con una visión únicamente comercial o cortoplacista.