El acoso escolar es un problema mundial. Así lo revela un estudio de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) publicado en 2017, según el cual el 11% de los alumnos y las alumnas admiten haber sufrido acoso escolar al menos una vez en el último mes. Se trata de uno de los problemas que más preocupación causa en las escuelas. Hoy, 2 de mayo, se celebra el Día Mundial contra el Acoso Escolar, fecha que aprovechamos para ahondar en los mecanismos existentes en la Comunitat Valenciana para poner solución al bullying.
Una de las herramientas a disposición de los centros educativos es el teléfono de atención a víctimas de acoso escolar. Este número (900 018 018) es relativamente reciente, pues empezó a funcionar a principios de 2016.
Sin ir más lejos, en la Comunitat Valenciana fueron 857 llamadas las que se realizaron en 2017 a este número dependiente del Ministerio de Educación. Pero hay algunos datos todavía preocupantes, porque parte de estos casos se trasladaron a Inspección Educativa por su gravedad (41), e incluso otros llegaron a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (22). El perfil de las víctimas con frecuencias más elevadas, según el Ministerio de Educación, se encuentra entre los 11 y 13 años, alcanzando el pico en los 12 años. Los presuntos agresores también se encuentran en esta horquilla de edad.
Pero por parte de la Generalitat Valenciana hay diseñado todo un protocolo de actuación en los centros educativos que implica a profesores, tutores, orientadores, coordinadores, equipos directivos, pero también a personal dependiente de la misma Conselleria de Educación. Desde la detección de posibles casos, pasando por la constitución de un equipo de intervención, el diseño y puesta en marcha de un plan de actuación hasta el seguimiento del caso y el cierre. Todo está previsto y especificado al milímetro en el dispositivo con el objetivo de actuar de la forma más eficaz posible. Hasta la Generalitat creó las Unidades de Atención e Intervención (UAI) con este fin.
En este sentido, Compromís presentó una propuesta en les Corts Valencianes el pasado verano para establecer un protocolo de actuación sanitaria basado en la detección de síntomas físicos y dirigido especialmente al personal pediátrico de los centros sanitarios. Precisamente a este grupo parlamentario pertenece Marian Campello, la diputada que confesó en la tribuna de la cámara que había sufrido acoso escolar y pidió a las víctimas de este "infierno" que lo cuenten.
"Para hacer frente a esta situación -ha añadido Campello- proponemos elevar a rango de ley las medidas contra el acoso escolar. Con esta ley pretendemos poner freno al acoso en las aulas valencianas, queremos que sea la medida que inicie un nuevo ciclo en materia de convivencia y un nuevo capítulo para las personas que en algún momento de nuestra vida nos enfrentamos a este tipo de violencia".