En octubre de 2024, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) azotó la Comunidad Valenciana, causando inundaciones catastróficas en muchos puntos del territorio. La Albufera de Valencia, uno de los humedales más importantes de Europa, sufrió un daño irreparable que ha dejado secuelas tanto ecológicas como socioeconómicas. A pesar de los esfuerzos por la recuperación, la Albufera aún está lejos de alcanzar su normalidad, tras seis meses de la catástrofe.
Contaminación y sedimentación: el impacto en el agua
El nivel del agua en la Albufera subió dramáticamente durante la DANA, alcanzando los 120 hectómetros cúbicos, lo que equivale a un año y medio de aportes hídricos. Este aumento repentino provocó una acumulación masiva de residuos, microplásticos, y materiales tóxicos, incluyendo productos industriales y medicinas, que han afectado profundamente la calidad del agua. Además, la entrada de contaminantes ha alterado el ecosistema acuático, con la presencia de sedimentos que comprometen la biodiversidad y salud del lago.
Organizaciones como SEO/BirdLife han informado que, en áreas como el barranco del Poyo, persiste la presencia significativa de residuos industriales tóxicos arrastrados por las riadas. Hasta la fecha, se han retirado más de 43.000 kilos de residuos en municipios como Silla, Alfafar y Catarroja
Planes de recuperación: el futuro de la Albufera
A pesar de los daños, diversos planes de recuperación han sido implementados para devolver a la Albufera su equilibrio ecológico. El Gobierno de la Comunidad Valenciana ha diseñado un plan de choque en tres fases, que incluye la limpieza de acequias, la instalación de barreras para evitar la entrada de contaminantes y la evaluación de materiales extraídos. Además, se ha creado un "gemelo digital" que permite monitorear en tiempo real el estado de la Albufera, facilitando la toma de decisiones para la restauración del ecosistema.
La acumulación de residuos responde a una problemática de larga duración, y se requiere una estrecha colaboración entre organizaciones ambientalistas y administraciones públicas para abordar la crisis ambiental.
Además, la temporada de cría del chorlitejo patinegro, una especie vulnerable, ha suspendido temporalmente las actividades de limpieza en las playas hasta septiembre, lo que retrasa aún más la restauración completa del parque.
La amenaza ecológica y la necesidad de un plan de aguas
Sin embargo, más allá de la limpieza inmediata, la Albufera enfrenta una crisis estructural profunda. La falta de una depuradora propia en la zona y la dependencia del colector oeste, que se desborda durante lluvias intensas, ha contribuido a la contaminación del agua y a la sedimentación. Organizaciones ecologistas han alertado sobre la necesidad urgente de establecer un aporte ecológico de agua que permita mantener el equilibrio natural del ecosistema, evitando que el humedal siga siendo vulnerable a futuros desastres.
Mirando al futuro: recuperación y conservación de la Albufera
Expertos y defensores del medio ambiente insisten en la necesidad de una gestión coordinada y efectiva para abordar la crisis ambiental. Se están realizando análisis para evaluar los riesgos y consecuencias a largo plazo de la contaminación, y se estima que se necesitarán 9,6 millones de euros para los trabajos urgentes de recuperación.
La Albufera de Valencia, como sistema resiliente, ha vuelto a su estado hipertrófico tras la perturbación sufrida por la DANA, y sigue sufriendo la entrada de aguas no depuradas y de contaminantes.
La recuperación de la Albufera de Valencia representa un complejo reto que requiere de una coordinación institucional, un compromiso continuo por parte de las autoridades locales y regionales, y la participación activa de la ciudadanía. La DANA ha evidenciado la fragilidad del ecosistema de la Albufera, y ha subrayado la necesidad de invertir en su protección como patrimonio natural y cultural. Solo mediante acciones conjuntas y un esfuerzo colectivo, se podrá garantizar que la Albufera no solo recupere su estado anterior, sino que también esté mejor preparada para enfrentar futuros retos medioambientales.