El 15 de mayo de 2007, hace hoy 18 años, se produjo una explosión en la subestación de Patraix, que no solo dejó sin servicio a casi 50.000 clientes de Iberdrola, sino que quedó de manifiesto la peligrosidad de esta instalación que la compañía eléctrica construyó a tan solo nueve metros de las viviendas. Una explosión que marcó un antes y un después, ya que se desencadenaron manifestaciones, caceroladas y hasta canciones protesta.
Fue un 12 de mayo del 2009 cuando desde instituciones judiciales se declaró nula la actividad de la subestación eléctrica de Patraix por ser peligrosa. Además, el 7 de enero de 2015 el TSJCV (Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana) ratificó la sentencia anterior alegando que “dicha actividad era peligrosa por riesgo de incendio”.
Desde entonces, los vecinos esperan su traslado mientras ven que continúa la actividad. “Supuestamente no tienen licencia, pero el día del apagón pudimos ver cómo salían de allí cerca de 40 trabajadores”, afirman desde la Asociación Vecinal de Favara a este diario.
Por este motivo, y con el único objetivo de pedir que se inicie el traslado de la subestación de Patraix a su nueva ubicación, han convocado una cacerolada en la tarde de este jueves, día 15 de mayo, a las 19:00 horas, en la misma puerta de la subestación. “No estamos en contra de la subestación, pero sí de su ubicación actual, ya que se encuentra a tan solo nueve metros de las casas y ha quedado demostrado que es perjudicial para la salud”.
En este sentido, explican desde la asociación vecinal que “pese a que Red Eléctrica ya ha aprobado su traslado, no hay ningún movimiento. Sabemos que tenemos el respaldo del Ayuntamiento de Valencia, de la Delegación del Gobierno… pues vamos a dar un paso al frente y empecemos a trabajar ya en su traslado”.
Por su parte, el presidente de la Asociación Vecinal de Patraix, Toni Pla, siempre se ha mostrado contundente a la hora de reclamar el traslado de la subestación. De hecho, como él mismo señalaba a este diario, “no estamos pidiendo que nos la quiten a nosotros para que se la pongan a otro barrio, sino que la trasladen al nuevo espacio planteado porque, además de poder cubrir su función en la transformación de la energía, se situaría a una distancia suficiente de las viviendas para garantizar la seguridad”.
¿Dónde se ubicará la nueva subestación?
La nueva ubicación de la subestación está clara: el nuevo cauce del río Turia, donde habría una distancia de más de 400 metros de las viviendas del barrio de San Isidro, lo que garantiza la seguridad del vecindario.
Tanto los vecinos de Patraix, como los de San Isidro piden que se apueste por soterrar la nueva subestación. Como el presidente de la asociación vecinal de Patraix, Toni Pla, explicaba a este diario, en una entrevista, “sabemos que soterrarla sería más costoso económicamente hablando, pero es completamente factible. De hecho, las movilizaciones vecinales hicieron que se soterrara la subestación eléctrica que hay en la rotonda del Aqua. Por tanto, la petición no es nada descabellada. Veremos qué se decide finalmente”.
Cabe recordar que, en España, existen sentencias que han obligado al traslado de transformadores, de potencia inferior a la de la subestación de Patraix, a zonas más alejadas de las viviendas. Por eso, no se entiende cómo la de Patraix continúa en el mismo sitio tantos años después. Como apuntan desde la Asociación Vecinal de Favara, “tenemos una bomba de relojería. Hoy, como cada 15 de mayo, convocamos esta cacerolada para recordar que, hace 18 años, la subestación explotó. Ya es hora de que se haga efectivo su traslado”.