Sociedad

Starline: el nuevo metro que permitirá moverse de forma económica por Europa

Adiós a los vuelos cortos: descubre cómo será el nuevo tren que unirá las principales capitales europeas

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Tren en los Alpes - Foto: GettyImages

Europa está a punto de dar un salto decisivo hacia una movilidad más sostenible y accesible. El proyecto Starline, impulsado por el think tank 21st Europe, plantea la creación de una red de trenes de alta velocidad que podría convertirse en la gran alternativa a los vuelos de corta distancia, ofreciendo precios más económicos, trayectos cómodos y una drástica reducción de emisiones contaminantes.

Los trenes se caracterizarán por su diseño azul oscuro, fácilmente identificable en cualquier estación. Su planteamiento rompe con el concepto tradicional de clases de viaje, y en su lugar, los vagones estarán organizados en espacios adaptados a distintas necesidades. Habrá zonas tranquilas pensadas para trabajar durante el trayecto, compartimentos preparados para familias y áreas más abiertas para quienes deseen socializar. La filosofía del proyecto es clara: democratizar el viaje por Europa, haciendo que la comodidad no dependa del precio del billete.

Pero el foco del proyecto Starline no solo está en los trenes, sino también en sus estaciones. Estas se levantarán en las afueras de las grandes ciudades para poder disponer de espacio suficiente y estarán conectadas con el transporte urbano existente. Pero lejos de ser simples terminales, estarán diseñadas como centros de vida social y cultural. La idea de 21st Europe es que cada estación albergue restaurantes, tiendas, zonas de descanso amplias y funcionales, pero también espacios mucho más ambiciosos, como salas de conciertos, museos, instalaciones deportivas e incluso áreas para eventos de gran formato.

¿Qué ciudades estarán incluidas?

El proyecto Starline contempla 43 ciudades europeas de 31 países como nodos principales de su red, organizadas y conectadas en cinco líneas independientes:

- Línea A (Nápoles – Helsinki): Con paradas en Roma, Milán, Zúrich, Múnich, Viena, Bratislava, Praga, Berlín, Varsovia, Vilna, Riga y Tallín.

- Línea B (Lisboa – Kiev): Con paradas en Madrid, Burdeos, Lyon, Milán, Liubliana, Zagreb, Sarajevo, Tirana, Atenas, Sofía, Bucarest y Chisináu.

- Línea C (Madrid – Estambul): Con paradas en Barcelona, Marsella, Lyon, París, Frankfurt, Luxemburgo, Viena, Budapest, Belgrado y Sofía.

- Línea D (Dublín – Kiev): Con paradas en Liverpool (Glasgow-Belfast-Dublín), París, Bruselas, Amberes, Ámsterdam. Berlín, Varsovia y Leópolis.

- Línea E (Milán – Oslo): Con paradas en Zúrich, Múnich, Berlín, Frankfurt, Hamburgo, Copenhague y Estocolmo.

Reducción en los precios

Además, otro de los puntos clave del proyecto es la economía. Viajar en avión entre capitales europeas puede ser barato si se reserva con antelación, pero los precios suben con facilidad en fechas clave y los gastos adicionales (equipaje, traslados al aeropuerto, esperas) convierten muchas veces a los vuelos de bajo coste en experiencias menos atractivas de lo que parecen.

Starline busca competir directamente con este modelo. Los viajes estarán diseñados para ser asequibles gracias a un sistema de financiación pública que reducirá los costes de explotación, unido a un modelo de franquicia en el que los operadores ferroviarios nacionales gestionarán las rutas bajo unas normas comunes. Esto permitiría aprovechar las infraestructuras y la experiencia de cada país, mientras la coordinación tecnológica y de servicio se haría de forma centralizada.

El tren, la opción más eco-friendly

Aunque las aerolíneas de bajo coste han dominado los desplazamientos dentro del continente durante las últimas décadas, los responsables del proyecto consideran que ha llegado el momento de un cambio de paradigma. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2022 el transporte generó cerca del 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, y los vuelos de corta distancia son responsables de una parte significativa. En contraste, un viaje en tren de alta velocidad emite hasta un 90% menos de CO₂ que un vuelo equivalente.

21st Europe defiende que solo un enfoque continental puede generar un impacto real en la lucha contra el cambio climático. El think tank sostiene que un cambio decidido hacia el ferrocarril puede convertirse en la mejor oportunidad de Europa para alcanzar las emisiones netas cero en 2050, e incluso acelerar los objetivos hasta 2040.