Los centros escolares de la Comunitat Valenciana han notificado un total de 3200 incidencias de bullying en las aulas desde que se inició el curso escolar. Así lo aseguraba Mónica Añón, coordinadora del Previ (Plan de prevención de la violencia y de promoción de la convivencia) que depende de la Conselleria de Educación, durante una sesión contra el acoso escolar en les Corts.
En concreto, el acoso escolar tiene una especial incidencia entre el estudiantado de la educación secundaria obligatoria (ESO), aunque en los últimos años también se ha registrado un fuerte aumento de casos de bullying entre el alumnado que todavía no han pasado al instituto de secundaria y estudian cursos inferiores como es el caso de quinto y sexto de primaria.
El bullying ya se ha convertido en una problemática de primer nivel cuya solución no solo depende de la actuación de los profesionales de la educación, sino que también requiere de medidas institucionales y gubernamentales. Por ello, la semana pasada se celebró en el parlamento valenciano una Comisión especial de estudio del acoso escolar.
Más educadores y menos uso del móvil
Antoni González, presidente de l’Associació de Directors i Directores dels IES del País Valencià (ADIES-PV), participó en la comisión en les Corts Valencianes y advirtió que una gran parte de los episodios de bullying se producen “en lugares donde no supervisan los adultos”, como pasillos o baños. Además, las situaciones de acoso no solo se circunscriben al centro educativo, sino que, en muchas ocasiones, se dan fuera el horario lectivo y el colegio o instituto.
Por esta razón, y a pesar de que el presidente de la ADIES-PV, afirma que “no hay soluciones mágicas y exactas” sí se necesitan medidas que atajen los comportamientos de acoso escolar en los centros. En ese sentido, González ha concretado dos medidas que contribuirían a eliminar el bullying de las aulas: aumentar el número de educadores en los centros y que el móvil únicamente tenga una función didáctica.
Por un lado, recomienda incrementar la presencia de educadores en los centros educativos para que evalúen las situaciones de bullying e intervengan dando una solución para erradicar cualquier situación que implique el acoso. Y, por otro lado, desde la asociación de directores se propone limitar el uso del móvil a fines exclusivamente académicos y prohibir su utilización en otros espacios como los recreos.
Además, desde los centros escolares lanzan una señal de alerta con respecto al crecimiento de los pensamientos suicidas entre el alumnado, ya que las cifras registradas de alumnos que expresan este tipo de ideas se han triplicado respecto a otros años.
Proyectos de cooperación entre alumnos
Aunque el descenso de los casos de bullying necesite una respuesta multisectorial que implique tanto a personal docente, como al alumnado, sus padres y madres y también a la administración pública, llevar a cabo proyectos de ayuda entre jóvenes estudiantes puede allanar el camino hacia una comunidad educativa basada en el respeto.
En el IES La Sénia de Paiporta conocen el poder de la cooperación entre sus alumnos y por este motivo desarrollan desde hace años el Proyecto Pigmalión, que esta reconocido por la UNESCO como una práctica educativa de éxito que da voz y empodera al estudiantado que participa en él.
Así, esta iniciativa educativa implica a los alumnos de diferentes edades y cursos y consiste en que aquellas personas de los cursos superiores de la ESO, es decir tercero y cuarto, realicen una labor de acompañamiento a quienes han entrado recientemente en primer curso.
Este acompañamiento se hace, sobre todo, durante las pausas del recreo y a travñes de juegos y conversaciones los alumnos más mayores ayudan a los más jóvenes facilitándoles su proceso adaptativo al nuevo ciclo educativo de la ESO.