Las cifras del Informe de lectura elaborado por el Ministerio de Cultura y Deporte el año 2020 revelan que el 55,1 % de los menores de entre 10 y 14 años lee, al menos, un libro al mes. Unos datos que muestran unos bajos índices de lectura en las generaciones más jóvenes y es una teoría que se ve todavía más reforzada si se observa ese mismo dato en las personas de entre 15 y 18 años en las que solo el 36,6 % afirma leer como mínimo un libro cada mes.
"Esto indica que a medida que los más pequeños van creciendo, es más problable que disminuya su interés por la lectura", explica Paula Soriano, editora de literatura infantil y juvenil en Bromera. Las nuevas tecnologías y el creciente uso de los dispositivos móviles, las tabletas o la televisión como fuentes de entretenimiento pueden ser uno de los causantes por los que lo jóvenes acuden menos a la literatura.
Sin embargo, Soriano cree que "siempre han existido muchas otras distracciones alternativas a leer como ir en bici o jugar en la calle". En ese sentido, asegura que "lo que te hace lector no solo es una necesidad de llenar el tiempo de ocio", sino que va asociado con la "personalidad y el estímulo que se ha recibido desde pequeño". Aún así, la editora confirma que el aumento de la oferta audiovisual ha hecho que que cambien las preferencias lectoras: "Ahora queremos textos más cortos y con más imágenes".
Por esa razón, Bromera ha apostado este año 2023 por los álbumes ilustrados y los ha introducido como gran novedad dirigidas a las librerías en su catálogo en el que conviven con las colecciones de lectura escolar recomendada. Un ejemplo de las obras en las que la ilustración es protagonista son las que conforman la colección "La Tira" que, tal y como confirma Paula Soriano, "son obras pensadas para atraer el linterés de un lector juvenil e infantil cada vez más exigente, sobre todo a nivel visual".
La editora habla de "la apuesta más firme" en literatura juvenil e infantil para esta temporada de primavera: "Què és això de l'amor, Minimoni?", un álbum de Rocío Bonilla y editado por la misma Paula Soriano en la que se "trata de explicar el amor con sensibilidad, ingenuidad y humor desde la mirada de un niño".
Precisamente, la tarea de editar un libro dirigido al público lector infantil o juvenil no resulta siempre fácil, ya que intervienen muchos factores que declinarán la balanza para que una creación literaria tenga éxito entre estos grupos edad cada vez más exigentes con lo que leen. "Lo más complicado, sin duda, es saber si el libro conseguirá conectar con los intereses de los pequeños y los jóvenes", afirma Soriano.
De hecho, una de las claves para alcanzar esa conexión entre la obra literaria y el público es el tema, ya que una historia tenderá a llamar más su atención si trata temáticas "que les puedan afectar o gustar y es una tarea difícil porque temas y gustos hay de todos los colores", detalla.