En la Comunitat Valenciana, hablar de empleo ya no es solo hablar de contratos precarios o de dificultades para incorporarse al mercado laboral. Con iniciativas como los talleres Talent Jove de Labora y con la fortaleza de la Formación Profesional, el panorama empieza a cambiar. Cada vez más jóvenes encuentran una puerta de entrada sólida al mundo del trabajo.
Las cifras lo avalan. Más de 400 jóvenes menores de 30 años ya se benefician de los nuevos programas de Labora, mientras que la FP ha conseguido convertirse en una vía casi segura para conseguir un contrato estable. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí?
Labora abre camino con los talleres Talent Jove
Labora, el Servicio Valenciano de Empleo y Formación, ha puesto en marcha 20 talleres Talent Jove en toda la Comunitat. Se trata de una fórmula sencilla pero efectiva: aprender un oficio mientras se cobra un sueldo desde el primer día. El programa cuenta con una inversión cercana a los 13 millones de euros procedentes de la Garantía Juvenil y beneficia a 430 jóvenes desempleados.
Entre las especialidades ofertadas destacan:
-
Jardinería y conservación de montes.
-
Construcción y repoblaciones forestales.
-
Instalaciones de telecomunicaciones.
-
Administración y animación sociocultural.
-
Creación de microempresas.
-
Atención sociosanitaria.
Los participantes firman un contrato laboral desde el inicio. Esto les permite dedicarse de lleno a la formación, ganar experiencia práctica en su propio municipio y aumentar sus opciones reales de acceder a un empleo. Labora insiste en que esta combinación de teoría y práctica es la mejor manera de mejorar la empleabilidad y garantizar un futuro laboral sólido.
La Formación Profesional dispara la empleabilidad
La otra gran vía de inserción laboral en la Comunitat es la Formación Profesional. Según un estudio de Adecco, el 48,5 % de las ofertas de empleo en València y alrededores están dirigidas a titulados de FP. La tasa de ocupación de quienes cuentan con estos estudios se sitúa en el 72,7 %, y alcanza el 79,5 % en el caso de grado superior.
Centros como el de FP de Mislata, con 1.400 alumnos, viven una auténtica revolución. Hace apenas dos décadas sobraban plazas; ahora hay hasta seis personas por cada vacante. Y no es para menos: el 85 % de sus estudiantes encuentra trabajo en los seis meses posteriores a terminar. La clave está en el aprendizaje práctico y en las estancias en empresas desde el inicio.
Cada vez más universitarios se suman a esta vía. Lo hacen atraídos por un modelo que prioriza la práctica y la conexión con la realidad del mercado laboral. Y todo apunta a que esta tendencia seguirá creciendo, porque el futuro del empleo en València pasa, en buena medida, por la FP.