Los animales que conviven en el Oceanogràfic de la Ciutat de les Arts y les Ciències están de enhorabuena. Y es que su compañera Kylu, la cría de beluga, cumple hoy 6 años. Para celebrarlo sus cuidadores han preparado una gran fiesta de aniversario en la que no ha faltado la tarta de gelatina y hielo, ingredientes favoritos del pequeño cetáceo.
Kylu forma una parte muy importante de diversas líneas de investigación de la Fundación Oceanogràfic, que solo pueden llevarse a cabo en centros muy controlados como el ubicado en València.
En este sentido, un grupo de personal investigador, estudiantes de doctorado y veterinarios y veterinarias de todos los rincones del mundo, nutrido por miembros de la Fundación Oceanogràfic y también de la Universitat de València y la Autónoma de Barcelona, estudian el sistema respiratorio y cardiovascular, el bienestar, el desarrollo vocal y auditivo y, finalmente, aspectos del sistema inmune de Kylu.
Además de los avances en el conocimiento científico, la existencia de Kylu y su estudio permiten evidenciar las diferencias en la especie asociadas a su edad, en comparación con la de su madre, Yulka. De igual manera, la constante observación y análisis rutinario de sangre, parásitos, desarrollo biológico y otros parámetros sobre su fisiología, ofrecen datos muy valiosos sobre los primeros años de vida de las belugas.
Unos estudios que se realizan con elementos no invasivos, como el espirómetro o las ventosas.
Un carácter noble
Kylu ha ido desarrollando un carácter muy noble. Es un animal con una gran capacidad de aprendizaje y sus cuidadores le enseñan elementos nuevos y nuevas metas que, a través del juego y de juguetes adaptados, asimila enseguida.
Y es que durante estos seis años, Kylu ha estado aprendiendo de su entorno. Los constantes juegos con su madre, Yulka, junto al trabajo diario de los cuidadores, que le estimulan mediante las caricias y el contacto directo, han permitido al equipo de veterinaria del acuario revisarlo cada día para asegurar su bienestar.
El día a día con él se basa en el juego, la estimulación y el aprendizaje para que colabore voluntariamente en los chequeos, los análisis y los controles veterinarios.
Actualmente, esta cría supera los 500 kilos, mide ya más de 3 metros y come cerca de 25 kilos de pescado al día.