La Comunidad Valenciana está preparada para prevenir y combatir los posibles incendios que se puedan producir en el segundo verano en que los profesionales tendrán que extremar las precauciones por la situación de pandemia por la Covid-19.La campaña de la lucha contra el fuego en los meses de junio, julio y agosto es una de las que más preocupa a la Generalitat, puesto que no hace muchos años los incendios quemaron un número importantísimo de las hectáreas que conforman el patrimonio natural de los valencianos y las valencianas. En la memoria colectiva han quedado los dos grandes incendios ocurridos el 2012 en la Comunidad Valenciana: en Cortes de Pallás y Andilla a finales de junio y principios de julio. El fuego afectó 21 términos municipales de las provincias de Alicante, València y Castelló. Sería el incendio más grave en aquellos días desde 2004 por extensión, con un total de área quemada de 48.500 hectáreas. Y lo más grave, un piloto murió y dos resultaron heridos en las labores de extinción de los fuegos. Para encontrar un periodo más siniestro para la Comunidad Valenciana tenemos que remontarnos en 1994, cuando se quemaron 138.000 hectáreas en un año. Si tenemos en cuenta que en toda España queman anualmente, de media, unas 107.000 hectáreas, no es difícil de imaginar el daño que supuso tal cifra solo en la región valenciana. Uno de los incendios más graves fue el de Millars: afectó 25.430 hectáreas en ocho días. Este dispositivo está integrado por 56 unidades de bomberos forestales de la Generalitat (280 bomberos y bomberas), 45 autobombas, 9 helicópteros (2 de coordinación y 7 de extinción), 9 aviones (7 de carga en tierra y 2 anfibios). A estos se suman los medios de prevención de la Consellería de Agricultura y Transición Ecológica y los efectivos de los tres consorcios provinciales de bomberos, las brigadas de la Diputación de València, personal de la UME, Guardia Civil y policías locales de los diferentes ayuntamientos, así como la Policía de la Generalitat.Así mismo, está previsto aumentar un 17% la plantilla, tanto de los operadores y operadores como los coordinadores, desde el 1 julio al 31 de agosto. "Hay que recordar que la Agencia Valenciana de Seguridad y Emergencias trabaja para proteger la vida de las personas, los bienes y el gran pratimonio de la ciudadanía valenciana", va aseverar la consejera. Por eso, hizo un llamamiento a las valencianas y los valencianos para extremar las precauciones. "Tenemos que actuar con la máxima responsabilidad y diligencia, puesto que no solo estaríamos poniendo en riesgo el patrimonio natural, sino también la vida de las personas", subrayó. Así, de las 1.114 extinciones, 252 correspondieron a incendios forestales, de los cuales cuatro de cada manantial fueron intencionados. Por provincias, Alicante fue la más afectada por el fuego (72%) y València la que sufrió mayor número de incendios (48%). Los Incendios más destacados se sofocaron en Monóver, Vall de Gallinera y Beniardá y Bejís. En cuanto al Centro de Coordinación de Emgències, el verano pasado se registraron 5.029 telefoneadas, cifra que representa un 5% menos respecto a 2019.En cuanto a las causas que inician los fuego, la tendencia del número de incendios por rayo se mantiene casi constando a lo largo de la década. Igualmente pasa con el número de incendios por negligencia que presenta una tendencia a la baja, así como la intencionalidad, que también se ha ido reduciendo en la útltima década."Confiamos a poder mantener estas cifras. Por eso, esta mañana hemos mantenido una reunión técnica con todos los profesionales para preparar todos los recursos y coordinar todos los organismos porque funciono todo a la perfección", ha remachado la consejera Gabriela Bravo.