Política

Adsuara: “Estamos construyendo un Alfafar más sostenible, verde y preparado ante las emergencias”

Hablamos con Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar, sobre el estado de la reconstrucción del municipio un año después de la DANA

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Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar

A punto de cumplirse un año de la DANA que arrasó buena parte de Alfafar, el municipio continúa avanzando en su reconstrucción. Con cerca del 30 % de las obras ejecutadas y el resto en distintas fases de tramitación, el Ayuntamiento mantiene el pulso para devolver la normalidad a vecinos, comercios y servicios públicos. El alcalde, Juan Ramón Adsuara, repasa en esta entrevista el estado de las actuaciones, la recuperación del tejido comercial, el refuerzo de los servicios sociales y educativos, y los nuevos retos que afronta la localidad en materia de infraestructuras y prevención ante futuras inundaciones.

Cuando se va a cumplir un año de la DANA, ¿cómo está la situación en Alfafar?

En líneas generales – o en números para que se entienda más rápido – podríamos decir que estamos alrededor de un 30 % de lo que es la obra de reconstrucción. El otro 70 % está en trámites, está peritado, está evaluado, están hechas las memorias y a la espera de que, de alguna forma, nos conteste el Estado y podamos seguir el procedimiento de contratación de las obras.

También es verdad que parte de ese 70 % ya tiene la obra adjudicada y estamos a punto de, antes de final de año, comenzar tres o cuatro obras más.

El comercio en Alfafar es un pilar fundamental, ¿se ha podido recuperar la actividad? ¿Qué medidas se han implementado por parte del Ayuntamiento?

Con el pequeño comercio, desde el Ayuntamiento estuvimos ayudándoles a peritar todo lo que era necesario y a tramitar todas las ayudas. Teníamos una oficina exclusiva para asesorar al pequeño comercio.

Con la mediana y gran superficie lo que hicimos fue, de alguna forma, que presentaran una declaración responsable. En el momento en que la presentaban, automáticamente tenían licencia para poder actuar en su superficie. La verdad es que muchos han aprovechado la catástrofe para renovar sus instalaciones, mejorar la experiencia de compra, modernizar sus locales y han sido muy rápidos. También es cierto que, al ser rápidos y recomponerse después de la tragedia, han dado vida a la población y han ayudado a recuperar la normalidad.

Entonces,¿podríamos decir que Alfafar ya ha recuperado el pulso comercial?

En el parque comercial, sí. En las pequeñas empresas también les hemos dado soporte técnico, soporte publicitario y apoyo para comunicar a la ciudadanía que ya estaban abiertos los pequeños comercios. Hay que recalcar que hay pequeños comercios que, debido a que son autónomos y dependiendo también de la edad o de la trayectoria profesional, han optado por no abrir. Algunos, por no tener que volver a enfrentarse a toda la burocracia que tenemos con los pequeños comercios, y que frena mucho a la hora de emprender.

Otro de los pilares fundamentales en los presupuestos de Alfafar siempre ha sido los servicios sociales. En este caso, se ha reforzado la atención a los colectivos más vulnerables...

Sí. De hecho, tenemos ya publicadas las memorias de todas las políticas sociales y de todas las intervenciones que hemos hecho con familias. Hemos trabajado con la colaboración de Cruz Roja, la Conselleria de Sanidad y la Conselleria de Política Social. Todavía queda mucho por hacer, pero ahora nos hemos centrado en ampliar el servicio que prestamos en salud mental: psicólogos, acompañamiento, atención a personas con algún trastorno... Desde Asuntos Sociales estamos apoyando esta recuperación de la normalidad y teníamos claro que era necesario reforzar la salud mental de las personas.

No hemos echado en falta apoyo institucional, sino empatía institucional

En Educación, el CEIP Orba ha sido, sin duda, el centro educativo más afectado de la localidad. Ya se ha procedido a su demolición, ¿qué plazos manejáis?

Es cierto que con la Conselleria de Educación no tenemos una relación muy fluida. No sabemos qué tiempos manejan. Sí que sabemos que se están retirando todos los escombros y entendemos que la Conselleria ya está licitando la obra o el proyecto de reconstrucción del colegio.

No podemos hablar con certeza porque desconocemos en qué situación está el expediente de la Conselleria, cosa que agradeceríamos, porque podríamos transmitir esa información a madres, padres y equipo docente. Aun así, calculamos que serán unos dos años o dos años y medio. Asi, estimamos que antes de final de año se adjudicará el proyecto, antes de Semana Santa podría estar listo el proyecto más la obra para licitación, adjudicarla antes del verano que viene y que antes de 2026 comience la obra. Es una estimación siguiendo el cronograma de la Ley de Contratos.

¿Y el resto de infraestructuras educativas?

Pudimos abrir, con una semana de retraso, el colegio infantil de Rabisancho, también con todas las mejoras necesarias después de la DANA; y en el caso del colegio Orba, con el nuevo colegio modular, también tuvimos un retraso de una semana porque creíamos que todavía no estaba listo para abrir. De hecho, todavía faltan detalles, como las zonas de sombra. En este sentido, estamos creando un parque arbolado para eso. Nos hubiera gustado que se hubiera podido mejorar un poco más, y, por eso, seguimos día a día atendiendo desde el nivel municipal las pequeñas necesidades del colegio. 

En total, solo dos centros se vieron afectados: uno volvió prácticamente en tiempo y forma, y el otro – como hemos dicho – tardará unos dos años en estar completamente construido.

El alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, visitando a una vecina

Estamos ahora a una época de lluvias intensas. Hace nada tuvimos una alerta roja, ¿cómo se ha mejorado el plan de emergencias de Alfafar?

El plan de emergencias está activo. Antes ya teníamos un plan, pero no lo pudimos poner en marcha porque el agua vino por el lateral, no desde arriba. Nuestro plan de inundaciones estaba pensado para un episodio de lluvias como el que tuvimos el fin de semana pasado, no para una riada.

Aun así, desde que se detectan alertas, nuestro plan marca que se reúne el CECOPAL, presidido por el comisario y el alcalde. Participan Asuntos Sociales, el equipo de Comunicación, los responsables de Urbanismo y la empresa concesionaria de aguas, que ha estado trabajando toda la DANA con el ciclo del agua y el alcantarillado.

Por tanto, 24 o 48 horas antes ya tenemos la primera reunión, organizamos las brigadas, damos instrucciones, y sobre todo, vigilamos puentes, túneles y zonas inundables. Durante las alertas, además, distribuimos más policía por toda la población, dedicada exclusivamente a vigilar y controlar las zonas más vulnerables.

Con esta coordinación, y con la colaboración del parque comercial – que decidió cerrar durante la alerta roja – conseguimos que no hubiera movilidad en la población. Aun así, hay pequeñas inundaciones que no hemos podido reparar todavía porque no tenemos autorización, lo cual duele, ya que 11 meses después seguimos esperando. Pero la policía y las brigadas actuaron perfectamente, controlando y reparando el alcantarillado cuando fue necesario. Podemos decir que hemos pasado con nota esta primera gota fría, 11 meses después de la DANA. 

Por supuesto, también quiero agradecer el comportamiento ejemplar de la ciudadanía, que atendió el llamamiento a quedarse en casa, y el cierre del parque comercial, que permitió a los equipos dedicarse a lo que debían: vigilancia y control. En otras tormentas, hay personas que no respetan las alertas, salen por capricho, y eso genera colisiones o coches atrapados bajo túneles, que requieren rescate. En este caso, la responsabilidad ciudadana fue ejemplar, y las brigadas respondieron con rapidez.

El alcantarillado, como has comentado, sigue siendo uno de los puntos negros de las localidades afectadas por la DANA, ¿cuál es la situación?

Tenemos cinco millones adjudicados por parte del Gobierno central para la mejora de los alcantarillados. Muchos están afectados porque el lodo se ha solidificado, reduciendo su capacidad de evacuación entre un 20 % y un 30 %.
La intención no es solo sustituirlos, sino ampliarlos, porque con el cambio climático los episodios de lluvia son mucho más intensos. Habrá que abrir calles, retirar colectores y aumentar el diámetro de los nuevos. Eso garantizará una mejor evacuación futura. Pero este proceso necesita memorias, pequeños proyectos y, sobre todo, la aprobación de los técnicos del Ministerio. 

El problema es que esas memorias las evalúan técnicos o ingenieros que no han estado aquí y no conocen la zona ni la urgencia de las obras. Por eso se está retrasando. Todos los alcaldes y alcaldesas hemos pedido al Ministerio rapidez y urgencia en contestar a estas memorias.

También habéis puesto en marcha un plan anti-inundación con Hidraqua. ¿En qué consistirá y cuándo se activará?

Estamos analizando primero el plan anti-inundación. En las memorias y proyectos nuevos, todas las obras de parques y zonas verdes incluirán una superficie que lamine el agua con un sistema de drenaje urbano. Todos los parques llevarán un tanque de tormentas y un subsuelo que absorba el agua para que el espesor en la calzada sea menor en caso de inundación.

Estamos intentando mejorar también el paso de nuestras aguas hacia el parque natural mediante los sifones que tenemos.

El único elemento que no está en nuestras manos es el colector O, que viene desde Almussafes y atraviesa toda la comarca hasta Pinedo. Cuando llega aquí, ya viene cargado con el agua de 20 municipios. Eso hace que, cuando recogemos aguas arriba, no podamos desaguar en ese colector porque ya está saturado, y el agua nos vuelve hacia atrás, inundando la zona comercial. Por eso pedimos que las administraciones supramunicipales solucionen de una vez este problema que afecta a toda la comarca de l’Horta Sud.

Como vecino, he sido una víctima más; como alcalde, he sufrido la falta de medios para poder actuar antes

Durante la DANA hubo mucho trabajo conjunto entre administraciones, pero con el paso del tiempo se diluye, ¿habéis echado en falta apoyo institucional?

No hemos echado en falta apoyo institucional, sino empatía institucional. Y eso es diferente. 
La empatía institucional es entender el municipalismo, entender a los concejales, alcaldes y equipos municipales que tenemos menos competencias y menos medios. Cuando encima nos imponen procedimientos ordinarios de contratación, todo se retrasa.

Deberíamos seguir en situación de emergencia hasta que las poblaciones recuperen el ritmo normal: hasta que el alcantarillado, las zonas verdes y los drenajes estén terminados; porque, al quitarnos la emergencia, han sido poco empáticos. 

Tenemos que reconstruir, pero con herramientas ordinarias, y así todo se hace interminable.

Obviamente te tengo que preguntar por el soterramiento de las vías. La DANA dejó en evidencia que era una actuación fundamental, pero en estos momentos se ha optado por un paso soterrado ciclopeatonal…

Así es, pero creo que, visto lo ocurrido en la DANA, el Ministerio y los técnicos de ADIF deberían replanteárselo. La vía actuó como un muro, como una fábrica de una ola que impulsó aún más el agua. Por eso, creemos que la única viabilidad es el soterramiento. Hemos apelado al juzgado contra este proyecto porque, realmente, es un parche.

Además, estos días estamos teniendo muchos problemas: aumenta la circulación porque vecinos de la Torre o Sociópolis vienen a hacer sus compras aquí, y eso incrementa el tráfico; tenemos averías constantes en las barreras y, cada vez que hay una, debemos desplazar dos patrullas y cuatro agentes, lo que genera caos circulatorio y resta efectivos en otros servicios. 

¿Y desde el Ayuntamiento se puede hacer algo para que ese proyecto no vea la luz?

Sí. Lo hemos demostrado con estudios de la universidad y de ingenierías. El proyecto planteado por ADIF no corresponde a la realidad: no cuadran las obras en la plataforma de la calzada ni las pendientes exigidas por la ley de accesibilidad. Por tanto, no quedará como dicen que quedará, y será un peligro tanto por riesgo de inundaciones como por seguridad ciudadana, sobre todo por la noche, porque suelen ser lugares que incitan a la delincuencia.

11 meses después de la DANA, ¿ha cambiado el proyecto del Alfafar del Futuro?

Al contrario, se mantiene y se mejora. Estamos trabajando con una Agenda Urbana de Reconstrucción, basada en nuestra primera Agenda Urbana, que era “Alfafar del Futuro”, y que se basa en un plan de inversiones a largo plazo para una expansción coherente entre todos los barrios y la Ciudad Deportiva.

Seguimos apostando por un crecimiento sostenible, con refugios climáticos, avenidas verdes, evacuación de aguas pluviales y tanques de tormenta. Le sumaremos, además, nuestro plan de inundaciones a la Agenda Urbana de Reconstrucción y optaremos a una línea europea de entre 5 y 10 millones de euros con los programas EDUSI, hechos específicamente para poblaciones afectadas por la DANA.

Reunión del CECOPAL en Alfafar

Entonces, ¿cuáles serían los proyectos a medio y largo plazo?

A medio y largo plazo, las aperturas de avenidas y la Ciudad Deportiva.

A corto plazo, una de las prioridades es invertir en zonas verdes y parques infantiles. Desgraciadamente, las zonas más afectadas por la riada fueron precisamente esas. Tenemos que repensar esos parques: ya los tenemos diseñados, a falta de poder adjudicar la obra.

¿Cómo han sido estos meses como alcalde y como vecino de Alfafar?

Como vecino, he sido una víctima más. Como alcalde, he sufrido la responsabilidad y la falta de medios para poder actuar antes. Como todos los vecinos y vecinas, he tenido momentos bajos, duros, y también momentos en los que necesitas apoyo psicológico, porque la salud mental se resiente. No está siendo fácil tirar hacia adelante, pero lo estamos haciendo con ganas. Nos estamos recuperando anímicamente y, sobre todo, tenemos la conciencia tranquila: lo estamos dando todo en esta reconstrucción.

Después de vivir una pandemia, después la DANA, ¿todavía tienes ganas de seguir?

Antes fue la crisis de la vivienda, después la del empleo, luego la pandemia y ahora la DANA. Han sido cuatro legislaturas, y cada una con una crisis distinta. Si seguimos, será por responsabilidad, para acabar este trabajo de reconstrucción. Y la reconstrucción tiene que dar lugar a un nuevo Alfafar: una ciudad reconstruida, mejorada, y a partir de ahí, preparada para seguir creciendo.