La noche valenciana se convirtió este sábado en una celebración inolvidable para los más de 12.000 espectadores que acudieron al Roig Arena para reencontrarse con una de las artistas más emblemáticas del panorama musical en español. Mónica Naranjo, que este año conmemora treinta años de trayectoria artística, presentó en la capital del Turia una de las citas más esperadas de su ambiciosa gira “Greatest Hits Tour”, un proyecto con el que está celebrando sus tres décadas sobre los escenarios y que ya ha pasado por México, Estados Unidos y numerosos puntos de la geografía española.
La cantante catalana, conocida por su fuerza vocal y su magnetismo escénico, preparó para Valencia un espectáculo especialmente reforzado. El concierto contó con una apuesta técnica renovada que incluyó un diseño lumínico ampliado y una propuesta de vestuario completamente nueva, pensada para subrayar el carácter frenético y teatral que caracteriza sus directos. La producción, más detallada y expansiva que en anteriores paradas, sumergió al público en una experiencia sensorial que acompañó cada uno de los grandes éxitos que han marcado la carrera de la artista.
El arranque de la velada estuvo a cargo de Agoney, que ofreció un show previo repleto de energía, mientras que el dúo Nebulossa, con quienes Naranjo ha colaborado recientemente, formó parte de los invitados especiales de la noche. Con una banda sólida, un cuerpo de baile enérgico y un equipo de coristas que amplificó el poder de su voz, Mónica Naranjo apareció en escena con la arrolladora presencia que la ha consolidado como una figura imprescindible del pop en español.
A lo largo de más de dos horas de concierto, la artista repasó algunas de las piezas más determinantes de su discografía, interpretadas en sus versiones originales. Temas como “Desátame”, “Sobreviviré” o “Pantera en libertad” fueron coreados de principio a fin por un público visiblemente emocionado. Entre los momentos más celebrados de la noche destacó la interpretación de “Por un Like”, su lanzamiento más reciente, producido por Nebulossa y que supone un guiño al sonido característico que situó a la artista entre las voces más rompedoras de finales de los noventa y principios de los 2000.
El concierto culminó con una ovación prolongada que envolvió el recinto. La intensidad del aplauso final dejó claro que, a lo largo de tres décadas, la conexión entre Mónica Naranjo y su público permanece tan viva como el primer día. Su paso por el Roig Arena no solo confirmó el éxito de una gira histórica, sino que también reafirmó su posición como una de las intérpretes más icónicas y respetadas de la música en español.