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Arturo Valls: “Me apetecía formar parte de una película de aventuras como las que me hicieron feliz de niño”

Carmen Ruiz, Arturo Valls y el director Miguel Ángel Lamata presentan "Los Futbolísimos 2: El misterio del tesoro pirata" en el Festival de Cine de Paterna y comparten su experiencia con una saga que sigue conectando con nuevas generaciones

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Carmen Ruiz, Arturo Valls y Migen Ángel Lamata presentan "Los Futbolísimos 2: El misterio del tesoro pirata" en el en el Festival de Cine de Paterna

Siete años después del estreno de la primera entrega, Los Futbolísimos regresan con El misterio del tesoro pirata, una aventura con nuevos retos para la pandilla del Soto Alto F.C. En el preestreno celebrado en los cines Kinepolis de Paterna, la actriz Carmen Ruiz, el actor Arturo Valls y el director Miguel Ángel Lamata hablaron sobre su participación en la película, el proceso de rodaje y la conexión emocional que mantiene viva esta saga entre el público familiar.

¿Carmen, cómo ha sido reencontrarte con tu personaje, Juana, siete años después de la primera película?

C.R.: Pues una maravilla, la verdad. Me hizo muchísima ilusión volver a interpretar a Juana, tenía muchas ganas. Además, reencontrarme otra vez con Emilio —Joaquín Reyes— ha sido maravilloso. Tenemos mucha química trabajando juntos y también en la vida, así que la relación entre los personajes ha crecido. Ha sido muy bonito también coincidir con el nuevo actor que hace de Pakete, y me emocionó mucho ver a Julio Bohigas, que fue el primer Pakete, ahora interpretando a Marcos, el hijo mayor. A mí eso me hizo muchísima ilusión.

Arturo, ¿cuándo se te presenta el personaje de Salvatierra y qué te lleva a aceptar el papel?

A.V.: La verdad es que no recuerdo exactamente cuándo fue. Debería mentir y decir que estaba viendo una telenovela con mi madre cuando sonó el teléfono [ríe], pero sí recuerdo que me hizo mucha ilusión. A estas alturas, uno se guía más por si va a disfrutar el rodaje. Y aquí estaban todos los ingredientes: un director que me encanta, compañeros con los que sabía que me lo iba a pasar bien, rodaje en verano... Además, me apetecía mucho formar parte de una peli de aventuras, como las que me hicieron feliz cuando era pequeño: Los Goonies, E.T. y compañía. También conocía la saga, porque había leído los libros con mi hijo y había visto la primera peli. Todo eso me hizo decir que sí sin dudarlo.

¿Por qué habéis saltado del primer libro directamente al décimo en esta segunda entrega?

M.Á.L.: Es cierto que hay un salto grande. Pero en los libros, los niños no crecen, siempre tienen la misma edad. Desde el principio, nos leímos los doce o quince primeros títulos, y el número diez me pareció el más lógico para continuar. La historia tenía un triángulo amoroso interesante, más aventura, más peligro, más emoción… Todo estaba más llevado al límite, y el fútbol tenía una pegada emocional muy fuerte. Para mí, es uno de los mejores libros de la saga y tenía muchas ganas de adaptarlo al cine.

¿Está pensada esta película solo para el público infantil o tiene una vocación más amplia?

M.Á.L.: Es una película para niños, sí, pero también para el niño interior que todos llevamos dentro. Creo que conecta con un público muy amplio.

C.R.: Claro, además han pasado siete años desde la primera. El público de entonces ha crecido, pero hay otra nueva generación, como mis sobrinos, que tienen siete y ocho años y están ahora enganchadísimos a Los Futbolísimos. Es un fenómeno que se sigue renovando, y tiene también mucho guiño para los adultos, sobre todo para quienes crecimos con esas pelis ochenteras de aventuras.

¿Cómo ha sido el trabajo con los niños durante el rodaje? ¿Alguna anécdota que recordéis con cariño?

A.V.: Ha sido increíble. Lo primero es que ellos nos recuerdan lo esencial de nuestro trabajo, que es jugar, lanzarse, pasarlo bien con el personaje sin prejuicios ni miedo a ser juzgado. Ver cómo lo viven con alegría, naturalidad y profesionalidad… A mí me ha flipado. Recuerdo una escena en la que el nuevo Pakete, después de una toma, dijo: “¿Podemos hacer otra? Creo que puedo matizarla más”. Y pensé: ¡Qué compromiso, qué guay este chaval! También en los descansos eran una bomba de energía: contando chistes, adivinanzas, juegos… Te contagiaban esa creatividad constante. Ha sido un gustazo trabajar con ellos.

Miguel Ángel, ¿qué te ha resultado más difícil: dirigir a los niños o a los adultos?

M.Á.L.: Como dice Arturo, los niños de esta película tienen muchísima motivación, formación, carisma y ambición —en el mejor sentido—. A mí no me gusta tratarlos como si fueran niños. Los dirijo igual que a Carmen o a Arturo, y creo que eso ellos lo agradecen, porque se sienten tomados en serio y se lo toman más en serio también. Ha sido muy gozoso trabajar con ellos. En esta saga, de hecho, los adultos suelen ser un poco más infantiles de lo que deberían y los niños algo más maduros. Hay un juego con eso que funciona muy bien.

¿Qué expectativas tenéis para esta segunda película?

M.Á.L.: Pues muy buenas. La primera fue un éxito: más de 600.000 de espectadores solo en cines, y muchísimos más en plataformas y televisión. Es la película infantil más vista de los últimos años. Y esta tiene todo para funcionar igual o mejor. La he llegado a ver proyectada en Seattle, en un festival, y el público estadounidense reaccionaba igual que el español: se reían, se emocionaban en los mismos momentos. Tiene algo universal.

C.R.: Lo ideal sería que viniera gente que ya es fan de los libros, pero también quienes no los conozcan. Que descubran la saga, se enganchen y digan: “qué bien está hecha la peli”.