La venta de buñuelos, churros y productos de masa frita es uno de los clásicos de las Fallas valencianas. No hay calle de la ciudad que no tenga un puesto de venta ambulante cerca para poder disfrutar de estas tradicionales fiestas mientras deleitamos al cuerpo con estos fritos y un vaso de chocolante caliente. ¿Apetecible, no?
Pues bien, para que estos productos sean comestibles y no pasemos un "mal" día siguiente, Sanidad realiza sus correspondientes revisiones a todos los puestos de venta itinerante distribuidos por la ciudad de València. Se trata de un operativo especial para la campaña de Fallas 2023, impulsado por el servicio de Sanidad y Consumo, que se efectua en coordinación con Cultura Festiva, Polícia Local y el Ciclo Integral de Agua.
De esta forma, desde el 27 de febrero hasta el 12 de marzo se han realizado ya cerca de 441 inspecciones. En cada una de estas visitas, formadas por equipos de 4 inspectores, se ha llevado a cabo un riguroso control con tal de garantizar que tanto el producto como la persona que lo manipula cumplan los requisitos correspondientes.
En efecto, en 398 análisis del aceite utilizado se ha observado que en 72 casos no cumplían con un estado óptimo, por lo que la inspección municipal de València les ha obligado a cambiarlo. Además del aceite con el que se "crean" los tradicionales fritos, también se comprueba que los manipuladores realizan buenas prácticas, así como la higiene personal y la indumentaria. El propio aceite de fritura se analiza a través de compuestos polares y, como no, se han realizado 112 muestras "in situ" de agua para garantizar que está todo en orden.
Asimismo, los propios Inspectores de Sanidad son los encargados de chequear también la documentación sanitaria requerida. En esta línea, hay requisitos imprescindibles que también deben cumplirse. Hablamos del contrato vigente con la empresa autorizada de recogida de aceites, el título que acredite conocimientos en higiene de alimentos de los manipuladores y la acometida de agua potable.
Estos equipos, desde el 25 de febrero hasta el día 19 de marzo, realizarán diariamente inspecciones en horario matutino, vespertino y nocturno en todos los puestos de venta autorizados de masas fritas. En fin de cuentas, hay 139 establecimientos que tienen la licencia para vender churros y buñuelos, por tanto, algunos de ellos, han sido inspeccionados ya en varias ocasiones.
ALGUNOS INCUMPLIMIENTOS ENCONTRADOS
La Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios ha visitado alrededor de 100 puestos de venta de churros, buñuelos y masas fritas. Por ello, se atreven a constatar cuáles han sido algunos de los incumplimientos de la ley más comunes.
En primer lugar, hablan de que todos los puestos de venta al público deberán anunciar de forma visible el precio de los productos ofrecidos (24 % no tiene este dato en el 2023 ante el 7 % del 2022).
En estos mismos puestos de venta, los titulares deben colocar todas las autorizaciones que se concedan de forma visible (49 % este año frente al 39 % del 2022)
Por último, los productos expuestos para la posterior venta deben guardar protección a través de vitrinas expositoras. En este caso, referimos cómo la cifra ha empeorado con un 27 % frente al 16 % del 2022.