El 2026 arrancará con una nueva subida de las pensiones que afectará a millones de personas en España. La confirmación por parte del Instituto Nacional de Estadística del IPC interanual medio de los últimos doce meses ya permite poner cifras a esa revalorización y anticipar cómo quedarán las prestaciones a partir del 1 de enero. La conclusión es clara: todas las pensiones contributivas subirán en torno a un 2,7%, mientras que las pensiones mínimas y no contributivas volverán a registrar incrementos superiores, en línea con la reforma del sistema aprobada en 2023.
Según los cálculos de la Seguridad Social, una pensión media de jubilación aumentará en torno a 572 euros al año, mientras que el conjunto de las pensiones del sistema - que incluye jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y prestaciones en favor de familiares - se incrementará de media en unos 500 euros anuales.
Subida general de las pensiones contributivas
En términos mensuales, la pensión media de jubilación pasará de los actuales 1.511,51€ a 1.552,32€ en 14 pagas. Los autónomos verán cómo su pensión media sube de 1.013 a 1.040€ al mes. También se revalorizarán las pensiones por incapacidad permanente, que alcanzarán una media de 1.243€ mensuales, y las pensiones de viudedad, que se situarán en torno a los 962€.
En el caso de la orfandad, la cuantía media rondará los 541€, mientras que las pensiones en favor de familiares se acercarán a los 805€ mensuales. Incluso la pensión máxima volverá a subir y alcanzará los 3.359,6€ brutos al mes, 92 euros más que en 2025.
Este incremento del 2,7% responde al nuevo marco legal que blinda por ley la actualización de las pensiones conforme a la inflación. Un cambio estructural que busca evitar que los pensionistas pierdan poder adquisitivo en contextos de subida de precios, como ocurrió en etapas anteriores. No obstante, el mayor impacto de 2026 no se quedará en las pensiones medias o altas, sino que se concentrará en las cuantías más bajas, que volverán a crecer muy por encima del IPC.
Fuerte impulso a las pensiones mínimas
Las pensiones mínimas afrontan en 2026 uno de los años clave dentro de la senda de mejoras diseñada por la reforma de las pensiones. La ley establece que, a partir de 2027, la pensión mínima de jubilación contributiva para mayores de 65 años con cónyuge a cargo no podrá situarse por debajo del umbral de la pobreza correspondiente a un hogar de dos adultos. Para llegar a ese objetivo, el sistema aplica revalorizaciones adicionales durante un periodo transitorio, y el próximo año se alcanzará ya el 50% de la reducción de la brecha.
Las estimaciones del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas apuntan a que en 2026 las pensiones mínimas con cargas familiares subirán en torno a un 11,4%, mientras que las mínimas sin cargas lo harán algo más del 7%. En la práctica, esto significa que la pensión mínima de jubilación con cónyuge a cargo superará los 1.256€ mensuales, frente a los 1.127€ actuales. Para quienes se jubilan sin cónyuge o perciben una pensión de viudedad sin cargas familiares, la cuantía mínima alcanzará los 936 euros al mes. En los casos con cónyuge no a cargo, la pensión se situará cerca de los 889 euros mensuales.
Pensiones no contributivas y plazos de resolución
También las pensiones no contributivas continuarán avanzando a un ritmo superior al de la inflación. Estas prestaciones, dirigidas a personas que no han podido cotizar lo suficiente a lo largo de su vida laboral, se revalorizan con un indicador de suficiencia fijado en el 75% del umbral de la pobreza. Con esta metodología, la pensión no contributiva de jubilación e invalidez pasará en 2026 de 564,7€ mensuales a una cuantía estimada de 628,7€. Este aumento se suma al incremento ya aplicado en enero de 2025, cuando las pensiones no contributivas subieron un 9%. Si se observa el periodo completo entre 2024 y 2027, la mejora acumulada ronda el 22%.
Más allá de las cifras, otro aspecto que preocupa a quienes están a punto de jubilarse es el tiempo que tarda la Seguridad Social en aprobar las pensiones. En este punto, los últimos datos disponibles ofrecen una imagen positiva. En octubre, el plazo medio de resolución de las pensiones de jubilación fue de poco más de diez días, mientras que en el caso de las pensiones de viudedad se situó en torno a los trece días y medio, ambos plazos están por debajo del máximo legal de 90 días que establece la normativa vigente.
A la espera de que el Gobierno apruebe oficialmente la revalorización mediante un real decreto ley, el escenario para 2026 ya está bastante definido. Habrá una subida generalizada de las pensiones contributivas. En un contexto de precios cada día más elevados, el incremento de las pensiones se consolida así como una pieza clave para garantizar la estabilidad de millones de hogares y ofrecer algo más de tranquilidad a quienes dependen de estas prestaciones para llegar a fin de mes.