Epson celebra en Valencia su Jornada de Buenas Prácticas en las Organizaciones, un encuentro dedicado a explorar cómo la innovación tecnológica puede impulsar modelos de gestión más eficientes, digitales y sostenibles. Con motivo del evento, conversamos con David Moure, director Corporate de Epson Ibérica, para profundizar en cómo la compañía está ayudando a las organizaciones a afrontar sus retos energéticos, tecnológicos y de hibridación de espacios.
¿Qué objetivos perseguís con esta Jornada de Buenas Prácticas en las Organizaciones y qué mensaje principal esperáis transmitir a los asistentes?
En primer lugar, diría que el gran objetivo es la proximidad: acercar el fabricante al territorio donde no tenemos presencia permanente. Estas jornadas nos permiten acercar nuestras tecnologías al mercado, tanto a través de lo que contamos como de lo que demostramos, porque llevamos producto y soluciones físicas. Es una jornada de valor añadido para los asistentes.
Además, contamos con la presencia de otras organizaciones que nos ayudan a difundir un mensaje de innovación y sostenibilidad. En la jornada del martes en Valencia, participarán AIDIMME, el Club de Emprendedores de Responsabilidad y Sostenibilidad (CRS) y Xtone de Porcelanosa. Sus experiencias y casos reales aportan un contrapunto muy valioso a lo que un fabricante como Epson puede transmitir. Por tanto, es una jornada promovida por Epson, pero con la colaboración de terceros para enriquecer el contenido.
Hablabas de sostenibilidad. ¿Qué importancia tiene para Epson compartir buenas prácticas en sostenibilidad y eficiencia en el ámbito empresarial y público?
Tiene una gran importancia. Hoy hablar de sostenibilidad está en boca de todos, igual que hablar de inteligencia artificial. Pero nosotros llevamos muchos años trabajando en ello: nuestro primer informe de sostenibilidad tiene ya unos 25 años, en un momento en que casi nadie tenía uno.
Nuestra vocación ha sido siempre fabricar productos respetuosos con el medio ambiente en todo su ciclo: diseño, fabricación, distribución y cadena de suministro. Pero también queremos aportar beneficios muy tangibles al usuario: consumo energético muy bajo, mínimas emisiones de CO₂, generación de residuos extremadamente reducida, menos piezas, menos intervenciones técnicas y una huella de carbono más baja en toda la postventa. Nuestra tecnología de inyección de tinta sin calor aporta todos estos beneficios a quienes la adoptan.
Para que todo esto sea tangible, disponemos de una herramienta de optimización, auditada y validada por terceros, que analiza el parque de impresión de una organización y traduce el cambio de tecnología a valores concretos: euros, kWh, residuos generados, emisiones reducidas, etc. A partir de sus datos reales, calculamos una propuesta de mejora y entregamos un informe con todos los ahorros estimados.
¿Esta apuesta por la sostenibilidad también ha influido en la estrategia de abandonar la tecnología láser?
Sí. Fue una apuesta estratégica. Decidimos hace años abandonar la impresión láser porque es una tecnología con un impacto ambiental muy alto. Y la decisión vino avalada por un contexto donde las organizaciones son más sensibles a la sostenibilidad y donde la legislación, tanto pública como privada, empieza a fijar marcos de actuación y planes obligatorios de reducción de impacto ambiental.
Adaptar nuestra producción para centrarnos únicamente en la inyección de tinta sin calor requirió una inversión y un cambio profundo, porque todo lo que fabricamos es propio. Pero era un paso necesario para alinear nuestra tecnología con los objetivos ambientales actuales.
Además de impresión, estáis diversificando hacia señalética digital, realidad aumentada o wearables. ¿Cómo encajáis estas soluciones en la visión de sostenibilidad y eficiencia de Epson?
Del mismo modo. En impresión, ya hemos explicado los beneficios, pero también tenemos productos que impactan directamente en la sostenibilidad. Un ejemplo claro es nuestra recicladora de papel para oficina, que convierte papel impreso en papel nuevo reutilizable. Un caso evidente de economía circular sin necesidad de enviarlo a plantas que consumen agua y energía.
En audiovisuales ocurre lo mismo. Nuestros proyectores consumen mucho menos que videowalls o grandes pantallas, que pueden llegar a consumir decenas de miles de vatios. Nuestros equipos, en cambio, se mueven en centenares de vatios. Además, otros sistemas generan tanto calor que obligan a aumentar la climatización del espacio, con un impacto energético aún mayor.
Hoy sabemos que la mayor parte del consumo energético en una organización viene de la climatización, seguida de la iluminación. La microinformática y la ofimática, que a menudo se han descuidado, pueden representar un 10% del consumo total. Si de ese 10% logramos reducir un 90%, estamos bajando 9 puntos del consumo total. Ahí es donde la tecnología eficiente marca la diferencia.
¿Qué soluciones ofrece Epson para optimizar el consumo energético de los equipos informáticos?
La más clara es nuestra inyección de tinta sin calor. En impresión láser hay dos momentos con grandes picos de calor: el precalentamiento y la fijación del tóner. Incluso algunas inyecciones de tinta utilizan calor para expulsar la tinta calentando el depósito Nuestra tecnología no necesita calor: solo aplica un pequeño impulso eléctrico de muy baja frecuencia para deformar una cerámica y expulsar la tinta. Hablamos de equipos que consumen alrededor de 20 vatios, frente a picos de 1.000 vatios en láser. Menos calor significa menos emisiones, menos desgaste, menos piezas y menos mantenimiento.
Los partners y distribuidores ocupan un papel clave en vuestra estrategia. ¿Cómo contribuyen a impulsar este cambio positivo en sostenibilidad y eficiencia?
Son clave. Epson nunca vende directamente al cliente final; siempre lo hacemos a través del canal de distribución. Ellos añaden servicios, soluciones y proximidad al cliente.
Les damos acceso a nuestras herramientas —como la herramienta de optimización— para que puedan prescribir con los mismos argumentos y datos que nosotros. Y, por supuesto, tienen todo nuestro apoyo comercial, preventa, ingeniería y postventa. Ellos están en medio del proceso y son esenciales para trasladar el valor de nuestra tecnología al mercado.
En la jornada también abordáis la hibridación de los espacios de trabajo. ¿Cómo está ayudando Epson a integrar modelos híbridos?
Un ejemplo muy claro es el del sector educativo: escuelas, universidades, escuelas de negocio… La digitalización ha ido muy rápido y ahora existe un debate sobre la necesidad de equilibrar lo digital y lo analógico. Los alumnos deben seguir escribiendo en papel, participando de forma espontánea, no todo puede ser digital.
Aquí nuestras tecnologías —impresión y proyección— ayudan mucho. Con un proyector se puede proyectar sobre una pizarra y seguir escribiendo encima. Si apago el proyector, la pizarra sigue ahí. En cambio, una pantalla apagada es un cuadro negro. Esto permite un uso híbrido real: creatividad analógica combinada con contenidos digitales. Y lo mismo ocurre con el papel frente a las tabletas. Hay un regreso moderado al uso analógico en equilibrio con lo digital.
Para terminar, ¿qué consejo darías a las empresas que quieren avanzar hacia modelos más eficientes, sostenibles y digitales sin perder competitividad?
Mi primera recomendación es que se aborde la ofimática y la microinformática igual que ya se ha hecho con la climatización o la iluminación. Si puedo hacer lo mismo con una tecnología más eficiente, que consume y emite menos, con menos piezas, menos averías y menos residuos, entonces la decisión es clara: apostar por la inyección de tinta sin calor de Epson. Es un mensaje transversal aplicable a cualquier organización, grande o pequeña, pública o privada, de cualquier sector. También destacaría la comunicación corporativa. Nuestros proyectores permiten tamaños de imagen muy grandes con bajo consumo, lo que genera un gran impacto visual. Con la proyección de súper ultracorta distancia, a pocos centímetros se pueden obtener hasta 160 pulgadas. Además, son soluciones móviles y flexibles, a diferencia de una pantalla fija.
Y las salas inmersivas permiten nuevas formas de comunicación y trabajo colaborativo. Para mí, la proyección está hoy un paso por delante de otras tecnologías en comunicación y colaboración.