Visitamos las instalaciones de Sadival en Xirivella, una empresa valenciana con casi 50 años de trayectoria que crece a un ritmo del 20 % anual. Durante el recorrido, pudimos comprobar cómo amplían cada vez más su espacio de trabajo, adquiriendo nuevas naves para dar respuesta al crecimiento constante. Entre risas, Antonio Gea nos confesó que “al final se nos va a quedar la calle pequeña”. En la conversación, el director general repasa los momentos más difíciles de la historia de la compañía, el valor de la sostenibilidad y la innovación a raíz de su certificación de Compras Sostenibles de Aenor y la importancia de las personas como motor del éxito.
¿Cómo nace Sadival y cómo habéis logrado manteneros durante tantos años?
Sadival es una empresa que, dentro de dos años, cumplirá medio siglo. Estamos ya en la segunda generación familiar. Como muchas otras, nació de una oportunidad: vimos un nicho en el mundo de las cestas de Navidad, apostamos por él y, muchos años después, estamos muy satisfechos con el camino recorrido.
Durante todos estos años habéis vivido crisis, DANA, Covid, digitalización… ¿Cuál ha sido el momento más difícil?
Si echo la vista atrás, todos los años nos ha pasado algo. Cuando no es una cosa, es otra. Pero destacaría dos momentos:
El primero, la crisis de 2007-2008, que fue durísima. Las ventas del sector cayeron un 50 %, cerraron muchas empresas… pero, curiosamente, a nosotros nos ayudó. Veníamos de cifras más pequeñas y supimos aprovechar el hueco que dejó el mercado.
Y luego el año del Covid. Fue muy duro. Recuerdo estar solo en la nave, con todo cerrado, pensando: “me arruino, nos arruinamos todos”. Teníamos los mismos gastos, cero ingresos y cientos de nóminas que pagar. Esa incertidumbre fue lo peor.
Acabáis de obtener la certificación de Compras Sostenibles de AENOR, la primera del sector. ¿Cómo la habéis conseguido?
Ha sido fruto de un trabajo conjunto. José Manuel y Cristina han hecho un trabajo excelente en el área de sostenibilidad. Para nosotros no es solo una inquietud, sino una filosofía de empresa. Queremos ir más allá de la rentabilidad: apostar por un modelo que contribuya a un mundo mejor, con compras de kilómetro cero, responsables y éticas.
¿Cómo se traduce eso en el día a día?
En decisiones pequeñas. Pequeñas acciones que, con el tiempo, transforman la empresa. Lo importante es crear una cultura, tanto interna como con nuestros proveedores y clientes. No se trata solo de cumplir procesos, sino de que esos procesos nazcan de una convicción compartida.
Una empresa de cestas de Navidad suena muy tradicional. ¿Dónde encaja la innovación en todo esto?
La innovación es clave, y la entendemos de forma amplia: en producto, procesos o tecnología. Ser líderes implica estar siempre un paso por delante, y eso a veces conlleva riesgos. En nuestro sector, el cliente sigue queriendo su cava, su turrón, su jamón… pero poco a poco hay nuevas demandas: cestas veganas, bio, sin gluten, halal.
Por eso, además de las cestas tradicionales, hemos creado dos nuevas líneas: Delicious y Lowen, que nos permiten innovar y ampliar nuestro enfoque hacia otros tipos de regalo.
¿Qué peso tiene el comercio local en vuestra actividad?
Muchísimo. Yo soy valenciano. Trabajamos con muchas empresas valencianas y colaboramos con entidades locales. Vendemos en toda España, incluso en Baleares y Canarias, pero nuestras raíces están aquí. Eso marca nuestro ADN.
¿Cómo vive el equipo la campaña de Navidad?
Nosotros vivimos la Navidad los 365 días del año. Si vienes en febrero, verás turrones encima de la mesa, porque ya estamos preparando la campaña siguiente. Tenemos dos etapas: la precampaña, hasta agosto, y la campaña, de septiembre a enero, cuando se incorpora todo el personal fijo discontinuo.
Cada año crecemos un 20 %, y el año pasado entregamos 310 cestas a nuestros empleados. Somos la empresa de cestas de Navidad que más crece en España, y eso es gracias a las personas, que son la verdadera diferencia.
¿Y qué diferencia a Sadival del resto de empresas del sector?
Las personas. Cuando entra alguien nuevo siempre pregunto qué creen que nos diferencia: el precio, la marca… y les digo que no, que son las personas. Son las que hacen que vengas a trabajar con ilusión, con confianza, y que el ambiente sea el que has notado tú nada más entrar.
¿Cómo ves el futuro del sector y de Sadival?
Nuestro objetivo es ser la mejor empresa de regalo de España, no solo de cestas de Navidad. Eso significa crecer, pero también ofrecer un servicio excelente, hacer cosas diferentes y mantener la pasión.
El sector es maduro y estacional, con una barrera de entrada alta, pero eso también nos da una ventaja: nos permite especializarnos y evolucionar hacia el concepto del regalo, no solo de la campaña navideña.