La noche prometía tras el triunfo en Las Palmas. Con las pilas cargadas y ante un rival potente que hacía diez años que ganaba en el Ciutat de València. Los granotas buscaban regalarle a su afición un partido con el que sumar tres importantes puntos que le mantuvieran en la zona media de la tabla. Sin embargo, los presentes fueron para un destinatario muy diferente. El Atlético de Madrid recibía en el minuto 5 de encuentro el primer regalo de la noche de las botas de Rober Pier. Tras él llegaron otros cuatro regalos a lo largo del encuentro. Un Levante desaparecido que tras el tercero, en el minuto 59, bajó los brazos y rezó para que los minutos pasaran pronto y el árbitro pitara el camino a los vestuarios. Con ganas de olvidar la pesadilla en la que se convirtió el partido, los de Muñiz tienen mucho que analizar de estos 90 minutos en los que el encuentro se convirtió en un cúmulo de despropósitos que llevó al resultado final 0-5 en el Ciutat.
Por su parte, el Atlético de Madrid se encontró muy pronto con un partido de cara así que fue dejando jugar a los locales que intentaban remediar el regalo de los primeros minutos. Pasados los primeros veinte minutos, Bardhi asistía a Morales para que desde lejos intentara sorprender a Oblak pero el balón se va alto. Poco después contestaban los de Simeone en las botas de Gameiro que tras recibir un pase dentro del área pero Oier desarmó la ocasión colchonera. Y el encuentro en el Ciutat volvió a ser un regalo pues rozando la media hora de partido, Gameiro se encontraba un balón en el área que tan sólo debía empujar al interior de la red de Oier. El Atlético de Madrid se encontraba con el segundo regalo pues Chema resbalaba al intentar despejar un balón que quedaba frenado en el área pequeña granota. Los siguientes 15 minutos fue una lucha granota por recomponerse de ese segundo error que había puesto muy cuesta arriba en encuentro. El córner de Campaña en el 36, que no encontraba rematador, o las faltas que disputo Bardhi fueron las mejores ocasiones para recortar distancia en lo que restaba de la primera parte. No se pudo y al descanso el marcador rezaba un 0-2.
Poco más se vio en el Ciutat de Valéncia. El partido se presentaba ilusionante y complicado a la par. Nadie esperaba que el regalo inicial pesara tanto y que el Levante no fuera capaz de enderezar una concatenación de errores defensivos que le llevó a sufrir en exceso, a perderse en su feudo y no poder encontrar la fórmula de sumar el gol del honor en una noche para olvidar.