Cultura

Sanz-Espert: "El miedo no es el camino, pero la música sí. Es una terapia natural"

El director de la Banda Simfònica Municipal de València destaca el valor de la música en l’actual context: “Qualsevol persona que haja vingut als nostres concerts s’ha curat de tots els seus mals”

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"La cultura es un antídoto para cualquier cosa". Con estas palabras, Rafa Sanz-Espert, director de la Banda Sinfónica Municipal de València, destaca la importancia que ha tenido la música y la cultura en general durante el confinamiento. Y la que tiene ahora, con la "nueva normalidad", para salir adelante y adaptarse al avance de la pandemia y las limitaciones que conlleva. Después de los dos primeros conciertos de retorno, los músicos y músicas de la formación se preparan para hacer que el público conecte con las emociones con un concierto que revivirá la atmósfera que Ennio Morricone creaba para el cine.

¿Cómo habéis vivido el confinamiento desde la Banda Sinfónica Municipal de València?

Nosotros empezamos a teletrabajar. Los músicos podemos decir que tenemos tres formas de trabajo: el trabajo individual, con el que estudiamos las partituras o las analizamos en el caso de la dirección; el colectivo, cuando hacemos ensayos con todo el conjunto; y los conciertos y las actuaciones, cuando mostramos al público lo que hemos trabajado detrás del escenario.

Cuando llegó la pandemia de la COVID-19 no nos podíamos juntar para hacer ensayos ni conciertos, entonces hemos potenciado el primer trabajo, el individual, ese para el que muchas veces nos falta tiempos. Activamos esta posibilidad y aunque no ha sido el momento en el que más hemos estudiado de nuestra carrera, porque normalmente esto pasa cuando estamos estudiando la carrera, ha sido muy importante. Además, hemos creado nuestro canal de YouTube y hemos recuperado conciertos históricos, pero también más recientes. Es decir, hemos hecho el que estaba en nuestras manos.

Una vez se acabó la necesidad de mantener la distancia interpersonal de 4 metros entre músicos, el 22 de junio tuvimos una normativa desde la secretaría autonómica de Salud Pública que nos permitía retomar los ensayos con una distancia de 1,5 metros. Desde entonces, hacemos los ensayos en la sala Garcia Navarro del Palau de la Música junto con la Orquesta, en diferentes turnos, y así hemos preparado el concierto del pasado 20 de septiembre d'Ensems y el tradicional del 9 d'Octubre, un concierto que tocamos el día 5 con Bajoqueta Rock.

Uno de tus retos era innovar y fusionar varios estilos. ¿Este trabajo individual que se ha reforzado con el confinamiento ha dado sus frutos?

Está dando sus frutos, sí. Hemos trabajado tres conciertos hasta ahora, con dos estrenos de obras. Por ejemplo, hemos creado obras para flautas contrabajas, que no son demasiado habituales, o hemos añadido nuevos efectos. En el concierto con Bajoqueta Rock hemos tocado rock rural sinfónico, fue como una fiesta desenfrenada. Y en el siguiente, con Ennio Morricone como protagonista, haremos música de cine, pero no los arreglos clásicos, y aunque pensamos que la música de cine es fácil no es así, porque hay que entrar en cada detalle y en la atmósfera que quiere crear el compositor. Por lo tanto, hemos hecho tres conciertos totalmente diferentes. Nos estamos abriendo porque queremos que todo el mundo sienta como suya la Banda Sinfónica Municipal.

¿Dirías que la cultura es segura?

Yo diría que no se ha producido ni un solo contagio en ninguno de los conciertos que se han hecho no solo con nosotros, sino en todo España. Ni siquiera en el Teatro Real donde hubo quejas porque no se respetaban las medidas de seguridad. Como músico, te digo que estamos en una situación difícil porque hay miedo pero a la vez podemos comer seis personas juntas si queremos.

Tengo que decir que estoy seguro de que cualquier persona que haya venido a nuestros conciertos se ha curado de todos sus males, porque la música cura el alma y se sabe desde hace miles y miles de años. La cultura cura, es un antídoto para cualquier cosa y la gente tenía ganas de ver la cultura en directo por eso.

De hecho, la música y la cultura en general han sido esenciales cada día del confinamiento. ¿Es momento de devolverle lo que nos ha dado especialmente durante estos meses?

Totalmente, has dicho una verdad como una montaña. Este confinamiento sin la música habría sido un desastre, porque la gente cuando está en casa es cuando normalmente tiene su momento de introspección, de reflexión con un mismo, entonces en este caso la música ha estado ahí más que nunca. Y ahora hay que volver a vivirla en primera persona.

Pero hay miedo. Ese es el principal obstáculo que tenemos. Por ejemplo, expertos advierten que hay más casos de antropofobia, un trastorno que provoca miedo a las relaciones con las personas. En este contexto, yo pienso que el problema es que las voces expertas nos recomiendan no tocarnos, salir de casa lo menos posible, tener mucho cuidado con nuestros movimientos... y nosotros somos todo lo contrario, estamos acostumbrados a abrazarnos y a relacionarnos con la gente. Somos personas hechas a la inversa, ahora todo es lo contrario y nuestro cerebro tiene que cambiar de hábito. Pero hay que pensar que médicos y psicólogos nos advierten de la necesidad de adaptarnos a la situación y de seguir del lado de la música por sus beneficios para nuestra salud.

¿Qué medidas son urgentes para mejorar la situación?

La música apoya nuestro sistema inmunológico. En este momento no sabemos seguro cuándo tendremos la vacuna ni si será totalmente efectiva para todas las personas, como ocurre con otras enfermedades. Entonces, hay que acostumbrarse a vivir con paz y alegría, como dice el refrán, porque no queda otra. ¿Si dura cinco años más nos tenemos que amargar cinco años? Yo pienso que no. Simplemente hay que aprender a vivir con esta situación con respeto por las normas de seguridad y siguiendo las indicaciones que tengamos de los expertos.

Ahora, ¿la música puede contribuir al hecho que nos sentimos mejor? Por supuesto. Alegra el día, es muy difícil estar bien sin ella. Sin el sonido, nada existe. Desde que salimos a la calle o estamos en silencio a casa, todo es sonido porque se expande por todas partes. Por eso, la música está en todas las esferas. Y yo pienso que una cosa tan nuestra como es la música hay que disfrutarla siempre, aunque sea 'a sorbitos', con limitaciones de aforo y distancias de seguridad. Hay que buscar el raciocinio y el equilibrio porque el miedo no es el camino: la música sí. El poder del sonido es muy importante, mueve montañas, y es una terapia natural para la vida.

¿Cuándo podremos volver a disfrutar de la Banda Sinfónica Municipal de València?

El próximo concierto es el domingo 25 de octubre, con Mostra de València Cinema del Mediterrani. Lo haremos en la Rambleta a las 12:00 horas y está dedicado a Ennio Morricone, que desgraciadamente faltó hace unos días. Vamos a estrenar una suite que ha hecho Manuel Carrascosa, aunque con una serie de cambios con que introduciremos los clásicos más importantes del compositor, desde 'Un puñado de dólares' o 'El bueno, el feo y lo malo' fasta otros como 'Cinema Paradiso'.

Es un monográfico muy chulo. Hemos comprado materiales de Suiza y creo que va a ser un gran homenaje porque el concierto tiene su estética. No es el típico arreglo, porque yo pienso que, puesto que lo hacemos, lo tenemos que hacer bien. Morricone se caracterizaba por tener una enmienda melódica impresionante y una orquestación muy sutil y repleta de coloridos. Para conseguir esta estética, contaremos con invitados especiales y solos de instrumentos que nos sumergirán en sus obras.

Además, en noviembre empezaremos a trabajar en una grabación que conmemora el 150 cumpleaños de Santiago Lope, el primer director de la Banda Sinfónica Municipal de València, que tiene obras sinfónicas y pasodobles de mucha calidad. Y como no, de momento tenemos previsto el concierto de Navidad para el 11 de diciembre en el Palau de les Arts, que estoy seguro que sorprenderá mucho.