¿Cual es la situación en la que os encontrasteis el área de inclusión social?
Cuando llegamos a Inclusión social nos encontramos la gestión de servicios sociales que había llevado el Partido Popular que era más asistencialista que lo que nosotros entendemos que es lo que debe ser la gestión de servicios sociales pues creemos que debe tender a la justicia social. Lo que hemos hecho es aumentar todos los convenios. En el presupuesto del año 2016 ya las partidas para las subvenciones a los municipios las aumentamos para que los ayuntamientos tuvieran una cantidad más elevada para hacer frente a unas políticas que deben ser preventivas.
Este año hemos dado varios pasos más y hemos hecho un acuerdo con al Conselleria en la que ellos se ocupan de todos los pueblos de más 10.000 habitantes y nosotros hasta 10.000 y se ha doblado el dinero de las subvenciones para servicios sociales. Lo que queremos es que se contrate más gente, se doble o triplique el personal porque sin trabajadores no se pueden hacer las políticas de prevención que queremos.
Por otra parte, hemos agrupado las subvenciones en una sola. El año pasado se sacó una línea concreta de pobreza energética y de ayuda alimentaria y este año esas partidas no salen porque van incluidas en la subvención general de los servicios base. Lo más importante es que de han aumentado las cantidades.
¿Cuáles son esas políticas preventivas de las que hablas?
Le damos mucho valor al trabajo que hacen los trabajadores sociales. Son los profesionales que mejor conocen la situación de cada municipio y antes de que te llegue una familia que está en una situación que al final hay que darle una ayuda y supone un parche, lo que buscamos es localizar cuantas familias van a necesitar ayuda y entonces se ponen en marcha las políticas necesarias para ello no como parche sino como política preventivas para solucionar el problema.
Nosotros llevamos al gestión del Teatro Escalante y la del Principal. Hasta que nosotros llegamos el Principal no tenía cantidad presupuestaria. Lo que había era un convenio del 1 octubre al 15 de mayo en el que se cogestionaba y el resto de tiempo no tenía una programación, se hacían cesiones incluido para festivales de fin de curso de colegios, no había una política de teatros dentro del Teatro Principal.
Nosotros ya en 2016 programamos tanto en la época en la que gestionamos como en la que cogestionamos. Además, se ha cubierto una demanda de los profesionales que es la de la producción propia. El año pasado tuvimos 'Happy End' y este año hemos estrenado 'En la orilla' y en septiembre la 'Vida es sueño'. En el Escalante hemos hecho lo mismo. Hemos pasado de una producción anual a tres porque nos parece que es fundamental el tema de la producción. Por primera vez en mucho tiempo se han agotados entradas. Hemos llenado con colegios y se ha puesto en funcionamiento el hecho de llevar a los teatros de la provincia de Valencia las producciones. Sacamos una subvención en especie y pagamos las actuaciones de nuestras producciones en teatros de la provincia. Más producción, más exhibición y llevar nuestras producciones a la provincia
¿Cuál es la situación del Escalante actualmente?
No pensábamos que la situación del Escalante era lo que era. El edificio es cuestión de patrimonio, no esperábamos el cierre inminente pero ese mismo día se buscaron las soluciones. No hemos suspendido ninguna de las producciones que habían previstas antes del cierre del Escalante pues todo se trasladó al MuVIM, el Musical y el Palau de les Arts i les Ciències. Nosotros no tenemos el informe, es una cuestión de Patrimonio pero parece ser que el Escalante está bastante mal y no va a poder abrir sus puertas la próxima temporada y estamos buscando alternativas para el año que viene.
¿En cuanto a memoria histórica...?
En cuestión de memoria histórica es donde más se tenía que trabajar porque nunca ha existido una responsabilidad de memoria histórica ni se ha hecho un trabajo al respecto. Nosotros nos hemos centrado entre aspectos: la memoria, la justicia y la reparación. Creemos que se ha hecho una política de desmemoria, así que para nosotros han sido fundamentales el programa 'La memoria a la biblioteca' donde se han comprado unos documentales y de libros para cederlos a las bibliotecas que se han querido adherir, en 2016 lo hicieron 93 municipios. Este año nos consta que se han adherido algunos más. Y el otro programa era 'La memoria a l' escola' porque siendo nuestra historia más reciente como la guerra civil, la dictadura o el golpe de estado no se estudia casi en el colegio. Los estudiantes conocen muy bien los Reyes Católicos pero no saben muy bien la guerra civil. En el próximo curso se distribuirá por los institutos.
En la parte de justicia y reparación, tenemos una línea de subvención que ya comenzamos en 2016 que está dedicada a la eliminación de vestigios franquistas, la puesta en valor de los sitios de la memoria y la exhumación de las fosas comunes pues nos parece una vergüenza que después de tantos años todavía hayan fusilados. Hemos dedicado el 80% del presupuesto y hemos hecho que sean los ayuntamientos los que lo demanden pues son las instituciones las que deben dar el paso. Hemos encargado una exposición a la Universidad de Valencia que en breve recibiremos que es 'No hubo paz después de la guerra' y la llevaremos en distintos municipios. Logramos retirar el título honorífico de presidente de la Diputación a Franco, apoyamos la querella argentina, único procedimiento abierto contra los crímenes del franquismo, se han sacado unas becas sobre estudios de la guerra civil. Y de cara al futuro se está estudiando abrir una oficina para recabar información y si hay argumentos armar una querella...
¿Qué hay de cara al futuro?
En el área de memoria histórica estamos con la presentación de 'Hijos del silencio', a la espera de sacar las subvenciones de 2017 que hay lo mismo que en el 16 y en septiembre organizaremos con la Universidad de Valencia vamos a organizar un congreso sobre la dictadura.
En teatros se está exhibiendo 'En la orilla', obra de autor valenciano. La temporada en el Escalante está prácticamente acabada y se participará en Sagunt a Escena.
De cara a los dos años que quedan de legislatura en inclusión social empezamos subiendo las partidas, ahora están dobladas y se han asumido todos los municipios de menos de 10.000 habitantes y, sobre todo, el tema de más contratación y partida económica para las políticas preventivas.
Espero que se mantengan pero cada político tiene sus preferencias. Tu puedes hacer un trabajo y si el que viene después no está de acuerdo con ello lo deja perder. Apostamos por que esto no sea así y nos encantaría saber que el trabajo que estamos haciendo se va a mantener pero sabemos que tenemos un plazo de cuatro años.
¿Cómo ha cambiado la Diputación desde que entraste?
Ha cambiado mucho y mi trabajo también. Antes me dedicaba a hacer oposición que era mi trabajo y ahora estamos gobernando. Antes se hacía llevaba a cabo una política en Diputación que permitía a estas personas marcar determinados proyectos independientemente de las necesidades de los ayuntamientos. La Diputación es el Ayuntamiento de los ayuntamientos por lo que debe cubrir las necesidades de los municipios, antes no se dedicaba a eso. Ahora consideramos que los ayuntamientos son mayores de edad y deben ellos decidir a que dedican el dinero que desde aquí se les destina. Se ha cortado el hecho de que se concedía ayudas y convenios singulares a quien se consideraba. Actualmente ahora se ha puesto en marcha una ordenanza de subvenciones pues defendemos la libre concurrencia.
Cuando te presentas a unas elecciones lo haces con un programa y la ilusión de poder llevarlo a cabo. En oposición con estos señores gobernando tu trabajo era perseguir delincuentes y es frustante. Al final la fiscalización que es tu obligación como oposición iba más allá pues lo que te encontrabas eran hechos delictivos. Estos tiempos fueron muy duros porque me encontré en la más absoluta soledad pues el Partido Popular tenía mayoría absoluta y, no nos equivoquemos, no tenían mala relación con el resto de oposición. Era una persona luchando contra la gente que gobernaba. Ahora es muy sencillo enfrentarse contra ellos, entonces no. Cumplí con mi obligación. Creo que en política si alguien deja de hacer algo por miedo o interés no lo está haciendo bien.
¿Cómo entiende Rosa la política?
La entiendo como un mecanismo para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. Vengo de una familia con mucha tradición política y creo que es la manera de cambiar las cosas. Cuando llegué a la universidad fui muy activa en el movimiento estudiantil, donde se podían cambiar cosas, en la carrera tuvimos determinados problemas como la restricción que se quería hacer a la abogacía, los planes nuevos de estudio... y con la movilización, concienciando a los compañeros se podían cambiar las cosas.
Luego fui coordinadora de Joves de Esquerra Unida, luego concejal en mi pueblo y ahora en Diputación. Sin embargo, siempre he tenido un pie en mi profesión, soy abogada de profesión y profesora en la Facultad de Derecho, y hay determinado tiempo en tu vida que dedicas a la política pero luego tienes que tener tu profesión. Me preocupa lo que pasa con determinados cargos públicos, yo le llamo el virus de la moqueta. Estoy muy cansada escuchar a la gente hablar de horizontalidad, de participación y cuando llegan a la institución son engullidos por ella y están muy cómodos. Para hacerlo bien tanto en oposición como en gobierno debes trabajar mucho y pelearte mucho y ese nivel de tensión no lo puedes mantener muchos años. Es muy importante no perder la energía y la ilusión y no dejar de hacer las cosas por miedo o interés.