Cultura

El Belén de Bancaja renace tras seis meses de restauración: así lo vivió su restauradora

La restauradora Ana Belén Vidal nos cuenta los retos, emociones y detalles de la minuciosa restauración del monumental Belén de Bancaja, que vuelve a brillar en Valencia con sus 1.000 figuras

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Ana Belén Vidal en el montaje del Belén de la Fundación Bancaja

Tras varios años de ausencia y seis meses de intensa restauración, el Belén Monumental de Bancaja vuelve a brillar en Valencia. Con 1.000 figuras modeladas a mano, escenarios de 200 metros cuadrados y detalles minuciosos, esta joya de la tradición navideña ha sido puesta a punto por la escultora y restauradora Ana Belén Vidal junto a otros personalez especializdos.  Ana Belén nos cuenta en exclusiva en esta entrevista los retos, las emociones y secretos detrás de esta obra única que vuelve a emocionar a valencianos y visitantes por igual.


Después de estos dos años de trabajo, ¿cómo definirías la experiencia de restaurar un Belén tan monumental y con tanta historia como el de Bancaja?

La restauración del Belén ha requerido mucho tiempo y dedicación, porque estamos hablando de una instalación de 200 metros cuadrados con diferentes escenarios y desniveles pronunciados que le dan un aspecto realista y complejo de paisaje. Para poder abordarlo, las piezas se llevaron al Taller de las Hijas de Luna en distintas etapas durante aproximadamente seis meses. Allí se realizó una limpieza general, la consolidación de algunas estructuras y la reintegración de fragmentos de la escenografía que se habían dañado. Además, se restauraron trece conjuntos de primer plano en el taller de Mayo, escultor de las figuras, y yo intervine directamente en unas 50 figuras, trabajando de manera delicada para respetar tanto el modelado como la policromía original. Fue un trabajo laborioso pero muy gratificante, porque permite que la obra siga brillando con todo su esplendor.

¿Te habías enfrentado a una restauración tan peculiar como esta?

He restaurado a lo largo de mi carrera tallas en madera y alguna terracota, pero nunca un proyecto de esta complejidad y magnitud. Este Belén no solo es enorme, sino que tiene una combinación de técnicas, materiales y detalles que lo hacen único. La escenografía, los desniveles, las figuras originales creadas a medida… todo eso lo convierte en un desafío distinto a cualquier otra restauración que haya realizado.

¿Cuáles fueron los mayores retos durante la restauración?

Por ejemplo, el conjunto del escribano, ubicado en la zona del empadronamiento en Belén, es una terracota con dos figuras de pie dialogando y escribiendo alrededor de una mesa. Estaba rota en tres o cuatro puntos, y restaurarla implicó volver a ensamblar todas las piezas con precisión para que encajaran perfectamente, sin que se notara ninguna intervención. Mantener el detalle de los ropajes y las expresiones fue especialmente delicado. Cada movimiento tenía que ser muy medido para no dañar nada.
 

Vistas del Belén Fundación Bancaja

¿Hubo alguna escena que necesitara un cuidado especial o que te emocionara particularmente?

Sí, sin duda la zona de Egipto y los barcos del puerto del Cairo. Hay tres barcos, dos cargueros y uno de guerra, que tenían desperfectos en la proa, la popa, las velas y los mástiles. Las velas miden más de un metro y medio de ancho, por lo que su restauración fue muy delicada. Fue un trabajo bonito y especial, porque es algo que no se encuentra todos los días: restaurar barcos a escala dentro de un belén monumental, con todos los detalles que incluyen.

¿Qué crees que hace especial a este Belén frente a otros monumentales?

Es un belén monumental de 200 metros cuadrados, con un diseño y documentación que comenzaron en 1990 y finalizaron en 1996. Las figuras son todas del escultor José Luis Mayo, pensadas específicamente para cada escena. Además, colaboraron muchos profesionales: Carmen Cháfer, una belenista de renombre que pintó la arquitectura y los paisajes; David López, que pintó los mosaicos del palacio al óleo; Enrique Sanz, maquetista experto; y artesanos de vegetación de Cataluña que hicieron los árboles con hojas de latón troquelado y acero, así como piteras y chumbos de plomo. Todo esto genera un conjunto completo, único y rico en detalles, con escenas originales, arquitectura a escala, vegetación realista y narrativa histórica.

¿Has podido hablar con los artistas que participaron en el Belén?

Sí, muchos de ellos los conozco personalmente. Yo también participé en el montaje del Belén en años anteriores, así que tuve contacto directo con algunos de los artistas y colaboradores. De hecho, tenemos planes de reunirnos todos los que podamos para visitar la instalación juntos y recordar el trabajo realizado.

Momento del montaje del Belén de Bancaja

¿Cómo ha cambiado tu percepción de la obra tras trabajar tan de cerca en su restauración?

Mi admiración por el Belén se ha multiplicado. Verlo tan de cerca y trabajar en cada pieza me ha permitido apreciar la profesionalidad y resistencia de la obra. La estructura de metal y aluminio y la escenografía en resina y fibra de vidrio hacen que sea ligera, resistente y transportable, algo esencial para un belén que ha viajado por tantas ciudades. Originalmente estaba hecho en escayola, pero se adaptó a resina y fibra para que soportara los traslados, y es impresionante cómo cada detalle resiste el paso del tiempo.

Además de su valor artístico e histórico, ¿qué importancia crees que tiene este Belén para la tradición navideña en Valencia?

Valencia es una tierra belenista, con muchas asociaciones que exponen belenes en la ciudad. Pero este belén, por su dimensión, cuidado y riqueza de detalles, atrae tanto a historiadores como a niños y familias. Incluso es accesible para personas con discapacidad, gracias a una locución que guía la visita y dos pantallas grandes que permiten ver las escenas con detalle, garantizando que todos puedan disfrutar de este espectáculo navideño.

Personalmente, cuando Bancaja te llamó para la restauración, ¿qué sentiste?

Muchísima ilusión. Los que hemos montado el Belén siempre disfrutamos mucho trabajando en él, y teníamos muchas ganas de que volviera a instalarse en Valencia. Poder restaurarlo y verlo de nuevo completo fue emocionante y muy gratificante.

Belén Fundación Bancaja