Cullera

Cullera roza el lleno en el puente de agosto con una ocupación del 96 %

Hoteles y pensiones registran cifras récord. Sin embargo, el éxito turístico plantea retos de sostenibilidad y dependencia estacional en el municipio valenciano

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Imagen de la costa de Cullera

Ya todo el mundo sabe que Cullera es uno de los destinos favoritos para veranear, especialmente para el turismo nacional. Y así lo muestran los datos: Cullera ha vuelto a colgar el cartel de completo durante el puente de agosto. Según los datos de ocupación, los hoteles y "aparthoteles" de la localidad han alcanzado un 96,1 % de ocupación media, mientras que las pensiones han rozado el lleno con un 100 %. Unas cifras impresionantes y que confirman la fortaleza turística del municipio de La Ribera Baixa en plena temporada alta, después de un 2024 en el que ya se supero el 95 % en las mismas fechas.

Además, el gran comportamiento del sector no se limita al puente. Según los datos municipales, entre el 1 y el 15 de agosto la ocupación ha superado el 90 % tanto en hoteles como en pensiones, demostrando la consolidación de Cullera como destino de referencia en la Comunitat Valenciana. El tejido económico local, que aglutina desde los grandes hosteleros hasta el pequeño comercio, no pueden estar más contentos con estos niveles de demanda.

Turismo en Cullera: entre el éxito y la saturación

Como suele suceder, toda buena noticia tiene su contraparte negativa. La elevada concentración turística, a parte de los beneficios para el comercio local, también genera presión sobre los servicios municipales, las playas y la movilidad urbana. En las fechas más críticas, las de mayor afluencia, es habitual que se produzcan episodios de congestión de tráfico, reproducción de residuos y saturación de espacios naturales, cuestiones que obligan a reflexionar sobre el refuerzo de la gestión pública.

A ello se suma la dependencia del mes de agosto como motor casi exclusivo de la actividad turística. Fuera de la temporada estival, la ocupación en destinos de sol y playa como Cullera suele descender de manera considerable, lo que refleja la necesidad de diversificar la oferta y atraer visitantes en otras épocas del año.

A su vez, el debate sobre la sostenibilidad también está sobre la mesa. Aunque las autoridades locales insisten en impulsar un modelo respetuoso con el entorno, las cifras de ocupación récord plantean interrogantes sobre la capacidad real de carga del municipio. Gestionar un turismo masivo sin comprometer la calidad de vida de los residentes ni el atractivo a largo plazo del destino se convierte en uno de los principales desafíos de Cullera.

En paralelo, el encarecimiento de la oferta en plena temporada alta es otro de los efectos que puede repercutir en el acceso de ciertos perfiles de visitantes. Con la práctica totalidad de las plazas cubiertas, los precios tienden a subir, reduciendo las opciones de quienes buscan una estancia más asequible.