Nuevo caso de incivismo. El Ayuntamiento de Picassent ha decidido cerrar de forma inmediata la piscina municipal de verano “por prevención”, después de detectar restos fecales en el agua. Según ha comunicado el consistorio, el cierre se mantendrá “al menos durante una semana” con el objetivo de vaciar y limpiar por completo las instalaciones. En palabras del propio Ayuntamiento, la medida se ha tomado “debido al incivismo de algunos usuarios”, apelando directamente al comportamiento irresponsable de ciertos bañistas.
Fuentes municipales han confirmado que los técnicos especializados no contemplan otra alternativa que no sea el vaciado total de la piscina, seguido de una limpieza exhaustiva. La contaminación del agua por heces ya ha afectado a otras instalaciones públicas en la provincia de València, y en el caso de Picassent se ha optado por actuar con la máxima cautela ante el posible riesgo para la salud de los usuarios.
Enfado vecinal y críticas por la gestión de la piscina
Las reacciones de los vecinos y vecinas no se han hecho esperar. A través de redes sociales, decenas de usuarios han mostrado su indignación por el cierre de la piscina, apuntando tanto al incivismo de ciertos bañistas como a una supuesta falta de control por parte del personal responsable. Críticas a la gestión, a la escasa vigilancia y al incumplimiento de normas básicas de higiene se han repetido en múltiples comentarios.
“El año que viene va a pagar la cuota quien yo te diga, yo no desde luego”, expresaba una usuaria visiblemente molesta. Otros denunciaban escenas cotidianas dentro de la piscina como “grupitos de adolescentes que escupen dentro del agua” o "personas bañándose con vaqueros". Entre las propuestas que han surgido está la de limitar el acceso a menores no acompañados, o incluso instalar cámaras de vigilancia que permitan identificar y sancionar a los responsables.
Más allá del malestar social, el cierre también responde a un problema de salud pública. La presencia de restos fecales en el agua puede propagar bacterias, virus y parásitos, lo que supone un riesgo especialmente alto para niños pequeños, personas mayores o con sistemas inmunitarios debilitados. Ante este tipo de incidentes, los protocolos obligan a cerrar la instalación durante un mínimo de 48 a 72 horas, aplicar tratamientos químicos específicos y realizar controles exhaustivos antes de permitir la reapertura. En este caso, permanecerá cerrada una semana.
Una situación que no es nueva en la Comunitat Valenciana: Carcaixent fue la primera localidad en cerrar su piscina municipal este verano por los mismos motivos. La clausura temporal se produjo tras detectar restos fecales en el agua, justo en plena ola de calor. Ahora, Picassent se suma a una lista que podría ampliarse si no se refuerzan las medidas de higiene y control en este tipo de instalaciones públicas.