El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha dado un paso decisivo en su estrategia contra las inundaciones en la Comunitat Valenciana. El departamento ha sacado a licitación la redacción de diez proyectos destinados a reducir la vulnerabilidad frente a inundaciones en l’Horta Sud y en otros enclaves de riesgo, con un presupuesto global de 3,8 millones de euros. La iniciativa, publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea, forma parte del plan de mejora de la resiliencia y sitúa el foco en áreas críticas como las ramblas del Poyo y Pozalet-Saleta.
El contrato abarca la elaboración de estudios hidrológicos e hidráulicos, todos los trámites ambientales, el diseño de un plan de comunicación y participación pública y la aplicación de metodología BIM (Building Information Modeling). Se establece un plazo de 36 meses para completar todos los trabajos y, para acelerar el proceso, el Ministerio ha dividido el contrato en dos grandes lotes que se ejecutarán de manera simultánea por dos equipos de consultoría distintos.
El primer lote: la rambla del Poyo
El primero de estos lotes, con un presupuesto de 2,1 millones de euros, se centra en la rambla del Poyo y su entorno, uno de los cauces más conflictivos del área metropolitana de Valencia. La DANA de 2024 volvió a evidenciar la fragilidad de este sistema, que canaliza grandes volúmenes de agua hacia zonas densamente pobladas. Los proyectos incluidos en este primer bloque analizarán la viabilidad de intervenciones destinadas a transformar la respuesta del territorio ante las lluvias extremas.
Entre ellas destacan la creación de nuevas zonas de almacenamiento controlado en Chiva y Paiporta, concebidas para laminar las avenidas y reducir el caudal, así como la adecuación de distintos tramos del cauce y la implantación de áreas de retención natural en el barranco del Poyo. Otros elementos claves serán la consolidación de la vía verde del barranco del Poyo y desvío del cauce hacia el nuevo trazado del Turia.
A su vez, el Ministerio plantea intervenciones de protección en pedanías de Valencia y en municipios como Sedaví y Alfafar. También, contempla la mejora del encauzamiento del barranco del Poyo entre Picanya y la V-31. En conjunto, este lote persigue reducir la peligrosidad de la zona y ofrecer una respuesta más robusta ante episodios torrenciales cada vez más frecuentes por el impacto del cambio climático.
Segundo lote: el Magro, el Júcar, el Turia y l’Albufera
El segundo lote amplía el radio de acción y cuenta con una inversión de 1,7 millones de euros. Abarca actuaciones en el río Magro, el tramo bajo del Júcar, los barrancos Pozalet-Saleta y Picassent, el tramo medio-bajo del Turia y el Parque Natural de l’Albufera. Este conjunto de proyectos busca mejorar el comportamiento hidrológico y la seguridad en zonas que combinan usos agrícolas y urbanos.
En el río Magro está prevista la actuación en distintos municipios, desde Utiel hasta Algemesí, pasando por L’Alcúdia, Alginet y Guadassuar. También se incorporan mejoras en el río Buñol y, en paralelo, se estudiará la creación de nuevas zonas de almacenamiento controlado en la cuenca del Pozalet-Saleta.
En el tramo medio-bajo del Turia se analizarán diversas intervenciones y, en el Parque Natural de l’Albufera, las actuaciones tendrán un enfoque doble: por un lado, la mejora de la seguridad frente a inundaciones y, por otro, la restauración ecológica. Entre las propuestas más relevantes figura la restauración del barranco del Poyo dentro del propio parque natural, una intervención que pretende mejorar la funcionalidad hidrológica sin dañar la integridad del ecosistema.
Los diez proyectos que ahora se licitan no sustituyen a las obras de emergencia ya en marcha tras la DANA, sino que buscan complementarlas. Tan solo constituyen una hoja de ruta que permitirá priorizar las actuaciones más necesarias dentro del plan de mejora de la resiliencia frente al riesgo de inundación, una herramienta estratégica para planificar inversiones de futuro y reducir la vulnerabilidad del territorio.
Tres enfoques para una gestión del agua más resiliente
El planteamiento de los proyectos combinará tres grandes líneas de actuación que permitirán dar una respuesta integral al fenómeno de las inundaciones. Las soluciones basadas en la naturaleza ocuparán un papel central y contemplan desde la restauración hidrológico-forestal hasta la reforestación o la creación de parques inundables y áreas de retención natural. Estas medidas, además de laminar avenidas, favorecen la adaptación al cambio climático al mejorar la capacidad del terreno para absorber y gestionar el agua.
A estas intervenciones se sumarán medidas estructurales de carácter más técnico, como encauzamientos, desviaciones de cauce, motas o diques, destinados a incrementar la capacidad hidráulica de los cauces y proteger las zonas urbanas y periurbanas más expuestas al riesgo de inundación. La estrategia se completará con acciones de sensibilización encaminadas a mejorar la percepción del riesgo de inundación por parte de la ciudadanía y fomentar una cultura de prevención activa que permita actuar de manera más eficaz ante situaciones de emergencia.