Foia de Bunyol

La Tomatina de Buñol, ocho décadas de una tradición única en el mundo

Con 80 años de historia, la fiesta del tomate de Buñol se ha convertido en un símbolo internacional de diversión

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La Tomatina de Bunyol

La Tomatina es una de las fiestas más singulares y reconocidas internacionalmente del calendario festivo español. Su celebración tiene lugar cada año en la localidad valenciana de Buñol, el último miércoles de agosto. Durante una hora, sus calles se convierten en el escenario de una batalla campal donde los participantes utilizan tomates maduros como arma arrojadiza. Aunque actualmente es un evento regulado y con gran proyección internacional, sus orígenes se remontan a un episodio espontáneo ocurrido hace ocho décadas.

Origen y consolidación de la fiesta

La Tomatina nació de manera accidental en el año 1945, cuando un grupo de jóvenes asistía al tradicional desfile de gigantes y cabezudos durante las fiestas patronales. En el transcurso del acto, algunos intentaron participar y provocaron la caída de uno de los integrantes del desfile. En medio del alboroto, se inició una pelea cerca de un puesto de verduras, de donde se extrajeron tomates para usarlos como proyectiles. La pelea fue disuelta por la Policía local, pero el episodio se repitió en años posteriores con una creciente participación popular.

Durante los primeros años, las autoridades trataron de impedir la celebración de la batalla, llegando incluso a prohibirla en la década de 1950. En el año 1957, como respuesta a esta prohibición, los vecinos organizaron una manifestación simbólica conocida como el “Entierro del Tomate”, en la que desfilaron por las calles con una gran hortaliza dentro de un ataúd. Esta protesta tuvo una gran repercusión y fue decisiva para que, al año siguiente, la Tomatina volviera a ser permitida por el Ayuntamiento.

Durante varias décadas, la Tomatina fue una celebración relativamente local. Todo cambió en el año 1983, cuando el periodista Javier Basilio realizó un reportaje para el programa Informe Semanal de Televisión Española. Las imágenes de la batalla de tomates emitidas en todo el país cautivaron la atención del público y marcaron el inicio del reconocimiento nacional.

El fenómeno no tardó en cruzar fronteras. A lo largo de los años, la Tomatina ha sido protagonista de reportajes en medios internacionales, documentales, vídeos virales y publicaciones turísticas. Su popularidad creciente culminó en el año 2002, cuando fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo. Desde entonces, se ha consolidado como uno de los eventos más conocidos del verano en España.

Lo que comenzó como una revuelta improvisada es hoy una de las celebraciones más icónicas del calendario festivo

Desarrollo del evento

Aunque la batalla de tomates es el acto central, la Tomatina es solo el clímax de una semana de celebraciones. Las calles del casco antiguo de Buñol se llenan de vida con música en directo, bailes populares, desfiles, paellas, fuegos artificiales y verbenas. La noche previa al gran evento, los vecinos preparan las calles cubriendo fachadas y escaparates con plásticos para protegerse del tomate.

En la madrugada del miércoles, los camiones cargados con más de 120.000 kilos de tomates recorren las estrechas calles empedradas hasta llegar a la Plaza Mayor. A las 11:00 de la mañana, un cohete marca el inicio del evento. Durante una hora exacta, los participantes se lanzan tomates los unos a los otros. A las 12:00, un segundo cohete anuncia el final de la batalla y da inicio al proceso de limpieza de las calles.

Camiones durante la Tomatina

Con el incremento del número de asistentes, fue necesario implementar medidas de control de aforo y organización. Desde 2013, el acceso a la zona de la batalla está restringido a quien haya adquirido una entrada, con el objetivo de evitar aglomeraciones y garantizar la seguridad de los participantes. La venta de entradas es gestionada por el Ayuntamiento de Buñol y su número está limitado a 22.000. Las normas básicas incluyen aplastar el tomate antes de lanzarlo, la prohibición de introducir objetos duros o peligrosos, y la obligación de respetar al resto de participantes. ¡

Cada último miércoles de agosto, Buñol se transforma en el escenario de una guerra festiva donde kilos de tomates vuelan por los aires

Novedades de la Tomatina

Desde 2013, Buñol organiza también la Tomatina Infantil, una versión adaptada para niños de entre 4 y 14 años. Esta actividad tiene lugar el sábado anterior al evento principal, en la Plaza del Pueblo. Los tomates utilizados en esta versión son más blandos y la duración del evento es de unos 30 a 40 minutos. La participación es gratuita, aunque requiere inscripción previa. El objetivo es promover la participación de las familias y garantizar la transmisión de la tradición a las nuevas generaciones.

El Ayuntamiento de Buñol ha promovido la creación de un espacio expositivo permanente dedicado a la fiesta: el Museo de la Tomatina, ubicado en el edificio histórico del Molino Galán, junto a la Oficina de Turismo. Este centro ofrece una experiencia inmersiva sobre la historia y evolución del evento.

El recorrido comienza con una sala inmersiva de 270 grados que recrea el ambiente de la fiesta. Continúa con paneles fotográficos que muestran la evolución del evento, desde sus humildes inicios hasta su internacionalización. A través de una app instalada en tabletas facilitadas por el museo, los visitantes pueden seguir la historia narrada por Tico, la mascota de la Tomatina, con ayuda de realidad aumentada, ideal para los más pequeños.

Además, hay una zona de realidad virtual, donde los asistentes pueden sumergirse en la batalla sin ensuciarse. El museo abre viernes, sábado y domingo de 10:30 a 13:30 horas, y miércoles y jueves con cita previa.

La Tomatina supone un importante impulso económico para la localidad de Buñol. La afluencia de turistas nacionales e internacionales genera una elevada ocupación hotelera en la zona y en municipios próximos. Además del impacto económico directo, la repercusión mediática de la fiesta actúa como elemento de promoción turística para la comarca de la Hoya de Buñol y para la Comunidad Valenciana en su conjunto. La marca “Tomatina” ha sido utilizada también para eventos similares organizados en otros países, aunque el original de Buñol conserva su carácter distintivo y auténtico.