Ni las buenas prácticas rescatan al poker español

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mesa poker
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Tiempos complicados para los empresarios que cuenten con un establecimiento físico como negocio que no sea de primera necesidad o que quede relegado a un puesto secundario en una situación como la que se vive hoy en España. El paquete de restricciones que el Gobierno ha dejado en manos de las Comunidades Autónomas no solo torpedean al turismo o a los servicios de hostelería, también dificultan la normal actividad del sector del juego, casinos, poker, bingos y demás afiliados a este mercado. Según Alejandro Landaluce, director general del Consejo General del Juego, el descenso alcanzaba en el último trimestre de 2020 casi el 60%.

El poker ha sido uno de los más perjudicados, entre otras razones porque es un segmento que registra grandes beneficios gracias a los torneos en vivo. Torneos que en 2020 fueron imposibles de organizar y que en 2021 difícilmente se van a poder recuperar. En Valencia, el Casino Cirsa pudo llegar a salvar su etapa anual del Circuito Nacional de Poker por celebrarse a mediados de febrero, pero el resto de series tuvieron que ser suspendidas hasta nuevo aviso. De hecho, su poker room continúa vacía y hasta esta fecha del nuevo año sigue sin actividad programada. Y es que en términos generales la compañía Cirsa cerró 2020 con 250 millones de euros en pérdidas, una bajada del 48%.

La factoría española tan solo pudo salvar sus números en sus filiales de juego online, donde generó el cuádruple más de beneficios que en 2019. Aunque no queda muy claro si son números demasiado buenos para una sociedad enfocada al sector del juego presencial. Pero la realidad golpea a todo el territorio nacional. Mientras el poker físico se congela, el poker online continúa un incremento promedio del 30% que repunta en los meses en los que la situación sanitaria se agrava. Los portales de juegos en línea han encontrado la manera de atraer a los jugadores a sus plataformas, entre otras cosas por lo sencillo que es jugar y manejarse en ellas. Desde sencillos manuales para aprender a jugar al poker hasta torneos con variantes que no se ven en establecimientos físicos. Y hablamos solo de una parte del negocio.

En la tercera ola de la pandemia, sin ir más lejos, Cirsa tenía unos beneficios de solo un 40% del total en comparación con otros años. Las previsiones de recuperación para el 2021 hablaban de que para el último trimestre del año se podrían empezar a ver cifras en el sector del juego que fuera más lógicas y similares a lo que eran antes de la llegada del covid a nuestras vidas. Pero viendo la evolución de los primeros meses, la recuperación va a tener que esperar y muchas empresas emplazan a 2022 la posibilidad de normalizar su actividad, algo que en muchos casos crea la incertidumbre de si habrán sobrevivido para entonces.

Los números y la disparidad de criterios

Como datos positivos a toda esta situación negativa, Cirsa destaca que dispone de un 77% más de liquidez que en 2019 y que este es uno de sus objetivos, maximizar la liquidez todo lo posible en sus cajas. Junto a ello, ha conseguido reducir sus costes fijos hasta la mitad, haciendo más sostenible el negocio y sus posibilidades de resistir en otro año con previsiones pesimistas. Y como decimos, el poker ha sido uno de los juegos que más complicado lo ha tenido y que más difícil lo va a seguir teniendo en los próximos meses. Pero no es el único que se va a encontrar por delante un auténtico muro.

En el global del 2020, de lo que más perdió en cuanto a ganancias fueron las máquinas tragaperras con un 60% de retroceso, debido al cierre de bares y a la imposibilidad de permanecer demasiada clientela en el interior tras la reapertura. En los bingos la caída fue del 63%, en los que la moda de intercambiar las copas en el club nocturno por unos cartones se disipó bastante rápido tras la finalización de la etapa veraniega. En los casinos el descenso se fue al 67% y de poco sirvieron los elogios que se llevó la compañía gracias a sus buenas prácticas en prevención del covid.

Por su gestión en salas como la de Valencia, la compañía logró el "Sello de Gestión Responsable Covid-19". El servicio de consultoría Full Audit se lo entregó después de analizar detenidamente su actividad y comprobar su compromiso con la seguridad y la salud. Las medidas preventivas y los protocolos de Cirsa para el mantenimiento de sus salas completamente desinfectadas, garantizar que se respeten las distancias de seguridad y el uso de mascarillas, u otras acciones como la limpieza de las máquinas o el control de los aforos, valió para que dentro de lo malo de la situación, la empresa se llevara algo positivo. Aunque a efectos de cartera no vaya a notarse demasiado.

Además, está el agravante de que se hace complicado el mantener una idea general de las condiciones en las que se encuentran todas las salas de juego que tienen la posibilidad de operar actualmente en el país, pues en cada comunidad las restricciones cambian, y por tanto en cada territorio los establecimientos quedan abandonados a una suerte distinta. Asociaciones y patronales lo han denunciado por activa y por pasiva de manera pública, pero el virus es el que sigue mandando y condicionando todo. Por lo tanto, y hasta que las olas que están por venir puedan tener un mayor control, la situación apunta a seguir en estos tintes.

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