Yulia es una mujer de origen ucraniano afincada en Manises que regenta desde hace varios años una peluquería en esta localidad de l’Horta Sud. Cuando estalló el conflicto en Ucrania decidió dar un paso adelante para ayudar, de alguna manera, a los ucranianos y ucranianas que, desde hace una semana, y debido a la invasión de las tropas rusas, viven en un país en guerra.
La preocupación por ver cómo su Ucrania natal es invadida por el ejército ruso se suma a la intranquilidad de saber que sus familias se han quedado en el país, ya que se negaron “a dejar Ucrania para seguir luchando porque son gente muy fuerte”, cuentan. La comunicación con sus allegados es a través de WhatsApp, videollamadas y otras redes sociales, aunque no siempre es fácil. “El primer día fue un horror porque las comunicaciones estaban cortadas y no podía contactar con ellos”, explica Yulia.
Camiones de solidaridad hacia Ucrania
La declaración de guerra en Ucrania hizo que Yulia pidiera a través de redes sociales como Instagram y Facebook la colaboración ciudadana para enviar material sanitario y productos de primera necesidad a su país. En concreto, esta ayuda se dirigirá a aquellas personas que desde hace días esperan en coches, y también a pie, en las kilométricas colas que se han formado desde el inicio del conflicto para cruzar la frontera y entrar en Polonia.
“El domingo por la tarde lo compartí por Instagram y WhatsApp y mucha gente empezó a contestar. Estoy muy feliz por ver que la gente ayuda, aunque triste por dentro por lo que está pasando”, asegura Yulia. Medicamentos, alimentos no perecederos, latas de conservas, pañales, toallitas o mantas son los productos que más han recolectado.
Además, en la lista también se incluían otros objetos esenciales como sacos de dormir, productos sanitarios o de higiene íntima y todas aquellas personas que lo deseen podrán seguir cooperando con donaciones hasta el próximo viernes día 4 de marzo.
Actualmente, los artículos que se necesitan con más urgencia son medicamentos como calmantes, gasas o pomadas para tratar quemaduras, ya que este tipo de objetos se distribuirán a través de voluntarios, como el tío de Yulia, en los hospitales y también a soldados que están en el frente. “Todo lo que ha traído la gente es necesario, incluso las mantas porque hace mucho frío”, detalla Yulia. Y es que, en el caso del paso fronterizo de Medyka, entre Ucrania y Polonia que es uno de los más concurridos, las temperaturas registradas se encuentran comúnmente bajo cero durante esta época del año.
La solidaridad de los habitantes de Manises ha sido enorme y en la peluquería de Yulia ya se amontonan una decena de cajas repletas de ayuda humanitaria que pronto se trasladarán al consulado ucraniano en València y de ahí partirán hacia Ucrania por carretera a bordo de furgonetas y camiones. De este modo, serán los vehículos en los que viajan personas residentes en Ucrania que han huido de la guerra y que llegan a València los que luego volverán cargados del material que se ha recogido en la campaña de ayuda. De hecho, "este mismo domingo llegará un autobús" a la ciudad del Túria.
El procedimiento de entrega de estos enseres en el país báltico es un tanto complejo, ya que los hombres de origen ucraniano que cruzan la frontera, debido a la ley marcial impuesta por el Gobierno, “tienen que quedarse en el país para ir a luchar”. Por esta razón, Yulia detalla que únicamente serán las mujeres “las que puedan entrar a dar esta ayuda cruzando la frontera”.
A pesar de que ninguna de ellas esperaba que se pudiera llegar a esta situación, ambas creen que Putin “tenía preparada esta guerra desde hace tiempo” y la intención de Ucrania de unirse a la OTAN “ha sido la excusa perfecta” para que las fuerzas militares de Rusia entraran en Ucrania el pasado miércoles. “Lo que quiere Rusia es ampliar su territorio y si no le paran los pies en Ucrania, se extenderá a más países. Putin no va a parar”, responde Yulia.
Por el momento, Ucrania afronta su primera semana de conflicto y en Manises, a más de 3000 kilómetros de sus ciudades natales, Yulia se apoya en el incesante trasiego de gente que cada día acude a la peluquería para cooperar con el pueblo ucraniano al mismo que tiempo que desean que “todo esto termine ya”.