El Ayuntamiento de València agradece a la Fundació Per Amor a l'Art el apoyo a las familias migrantes más vulnerables

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La Fundació Per Amor a l´Art (FPAA) cedió al Ayuntamiento de València el Centre Jove durante el confinamiento para alojar a familias migrantes en situación de vulnerabilidad y mujeres solas con hijos que se habían quedado sin recurso habitacional. La gestión llevada a cabo por la Concejalía de Cooperación al Desarrollo y Migración, en colaboración con la ONG Obra Mercedaria, ha hecho posible el desarrollo de este recurso para manutención, alojamiento y atención psicosocial. A partir de ahora, el Centre Jove recupera sus servicios habituales.

El Centre Jove de la Fundació Per Amor a l´Art vuelve a funcionar como centro de día de apoyo para menores de entre 12 y 16 años en riesgo de exclusión social, tras acoger desde el 30 de marzo a personas migrantes en situación de vulnerabilidad, muchas de ellas solicitantes de asilo político.

Durante estos meses en los que este espacio se convirtió en centro de acogida, se ha alojado a un total de 52 personas, mayoritariamente en unidades familiares, con 10 menores y 42 adultos de los cuales 26 han sido mujeres. Las personas acogidas provenían de países como Colombia, Rumanía, Nicaragua, Argelia, Perú, Venezuela o Cuba, entre otros.

La concejala de Cooperación al Desarrollo y Migración, Maite Ibáñez, ha agradecido a la Fundació Per Amor a l´Art la cesión del espacio al Ayuntamiento de València durante estos meses, valorando la experiencia como "muy positiva". En este sentido, ha puesto en valor la colaboración público – privada, que ha funcionado "muy bien", ya que "entre todas las partes se les ha ofrecido a estas familias un apoyo fundamental para evitar que nadie se quedara en la calle".

En palabras de Susana Lloret, vicepresidenta de FPAA, "de la noche a la mañana nos vimos con un edificio completamente equipado que se había quedado vacío porque los menores vulnerables a los que atendemos diariamente en nuestro Centre Jove debían permanecer en sus casas. Así es que decidimos ponerlo al servicio de la emergencia. No podíamos gestionar este recurso como centro de acogida por nosotros mismos, porque no teníamos ni equipo humano ni experiencia, pero sí podíamos buscar quien lo hiciera. Y hablamos de persona a persona con alguien en quien confiábamos: Maite Ibáñez. Hoy, tras hacer balance de la gestión, solo podemos decir que esa confianza se ha multiplicado".El servicio ofrecido no ha sido solo el de alojar a unidades familiares con dificultades residenciales durante el Estado de Alarma, sino también cubrir las necesidades básicas, cuidar el estado de salud psicológico e iniciar una intervención social para resolver la falta de recursos habitacionales de las personas alojadas.

Además, todas las mañanas laborales se ha realizado un apoyo a los menores en sus tareas escolares, consiguiendo que siguieran una rutina de estudio, y para los adolescentes se han llevado a cabo talleres y dinámicas grupales. También se han puesto en marcha talleres de baile dos veces por semana, actividad que ha ayudado favorecer el bienestar tanto físico como psicológico de las personas confinadas. Estos talleres han sido impartidos por el bailarín profesional Joan Fenollar, quién ha colaborado con Obra Mercedaria dando clases de baile en varios centros.

Por otro lado, se puso en marcha un taller de lectura y, con la colaboración de las bibliotecas municipales de València, se ofrecieron libros y se compartieron lecturas para los más pequeños y para los adultos. En cuanto a la actividad deportiva individual, se desarrollaron sesiones de estiramientos, spinning y ejercicios aerodinámicos. La rutina se rompía los fines de semana con actividades como videoforum, juegos de mesa, debates de temas actuales, talleres de pulseras o elaboración de pancartas.

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