Tomar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una "constitución de obligado cumplimiento". Así argumentaba el President de la Generalitat, Ximo Puig, en su discurso de Navidad, la necesidad de alcanzar un "gran Pacto Verde"; un "acuerdo transversal" entre los distintos agentes sociales para hacer frente a la "emergencia climática". Una serie de medidas, estrategias y iniciativas legislativas para que la Comunitat Valenciana haga frente al cambio climático.
Ya lo avanzó en distintas ruedas de prensa la Consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica -comúnmente resumido como Medi Ambient-, y ahora Puig reafirma las iniciativas. La Secretaria Autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Paula Tuzón, con motivo de la pasada Cumbre del Clima de Madrid, apuntó por qué es tan necesaria la involucración del territorio valenciano en esto: "Hay que perfilar, profundizar y acelerar las políticas de adaptación y mitigación. Ver y especificar, en nuestro ámbito territorial, las acciones concretas. Estamos en una zona sensible".
La ubicación geográfica de la Comunitat Valenciana la hace especialmente sensible al cambio climático; su latitud, en la zona templada comprendida entre el Círculo Polar Ártico y el Trópico de Cáncer, es una de las más sensibles al cambio de temperatura media global. A esto se suma, además, las particularidades de la región; la cercanía al desierto de tierra más grande del mundo, el Sáhara, y su posición en el Mediterráneo. Las probabilidades de más y mayores episodios extremos de sequía, olas de calor y grandes inundaciones aumentan a medida que lo hace, también, la temperatura media de la Tierra.
Aridez e incendios
Así, Puig denomina a la zona de la Comunitat Valenciana como la "Zona 0 del cambio climático", desde la que hay que tomar medidas de adaptación concretas, pero también de mitigación con repercusión global. Una de estas medidas es un Pacto Valenciano por los Bosques. Las masas forestales verdes son señaladas, en los diversos informes sobre efectos y mitigación del cambio climático, como zonas sensibles a este pero, a su vez, capaces de mitigar y frenar su efecto. Su capacidad para generar sobra, regular la temperatura y retener agua pueden significar la habitabilidad o no de un territorio concreto.
Según un estudio de la Universitat d'Alacant, en colaboración con la Universidad de Utercht, los bosques mediterráneos son especialmente sensibles a los cambios del clima, que acentúan el avance de la aridez del suelo y la posibilidad de incendios. Por ello, políticas concretas para su protección, recuperación en caso de daños e incluso ampliación son tan necesarias.
Redacciones paralelas
Se trata de acciones que, aunque con la pretensión de que se formen parte de un acuerdo más amplio que involucre a todas o a la mayoría de las fuerzas políticas y sociales, están dentro de la Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Energía 2030. Una estrategia elaborada por el Botànic la pasada legislatura que ha constituido la base próximas iniciativas legislativas. La futura Ley de Economía Circular que, según la consellera Mollà, "involucrará a todos", tratará nuevas maneras de abordar el sistema de producción, usos y gestión de residuos, en una búsqueda de minimizar el impacto ecológico y maximizar la reutilización.También se avanzó, desde la Conselleria, la redacción paralela de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que abordará cuestiones que, en algunos casos, ya se están implementando, como buscar la autosuficiencia energética en la Administración Pública valenciana.
A estas iniciativas Puig sumó también otras, como la Estrategia Valenciana por la Biodiversidad, o la intención de abordar el delicado estado de la Albufera, el humedal más grande de la península. "Ahora, para cumplir la Agenda 2030, necesitamos andar todos juntos, todos a una voz", señaló.