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Cuando llegamos a la Delegación de Teatros, nos marcamos como prioridad tres cuestiones: más exhibición, más producción y mejor difusión de nuestras producciones propias. Hasta nuestra llegada a dicha delegación esta actuación se circunscribía únicamente al Teatro Escalante.

El Teatro Principal, si bien era (y es) propiedad de la Diputación de Valencia, y pese a tener un convenio con Culturarts por el cual se le atribuía la gestión durante varios meses al año, la corporación provincial se limitaba a cederlo a todo aquel que lo pidiera. Poca gestión se podía hacer si el presupuesto de la Diputación para el Teatro Principal era de 0 euros. No era esta nuestra idea de cómo cogestionar un espacio que pensábamos debía ser la Catedral del Teatro.

Conscientes de lo rápido de pasan 4 años de legislatura (Tic-tac, tic-tac) nos pusimos a trabajar. Nada más llegar nos reunimos con los responsables de Culturarts, hoy ya l’Institut Valencià de Cultura, para trasladarles nuestra voluntad de cogestionar, por lo que estábamos dispuestas a coproducir y a exhibir. En aquel momento todavía no teníamos ni presupuesto, era el 2015 y los presupuestos, aún del PP, contemplaban 0 euros.

Han pasado más de dos años desde aquella reunión (Tic-tac, tic-tac) y la colaboración entre la delegación de Teatros y l’Institut Valencià de Cultura es cada vez más fluida y fructífera. Solo hay que ver la programación de esta temporada en el Principal para ver que los cambios son más que sustanciales.

Tal y como anunciamos desde el primer día hay más producción y más exhibición, lo que ha conllevado que las cesiones que antes se realizaban se hayan reducido a la mínima expresión con el consecuente disenso de aquellos que durante años habían disfrutado de dichas cesiones. Unas cesiones que además se decidían arbitrariamente por el diputado de turno porque así lo establecía la ordenanza vigente, sin ningún criterio objetivo, algo propio de otras épocas. Aún recuerdo la conversación con una señora nada acostumbrada a una negativa, que no entendía que no se le pudiera ceder el Principal porque teníamos programación propia el fin de semana del que ella quería disponer, acostumbrada a que en dichas fechas nunca hubiera habido programación antes.

Con la imposibilidad, por propia utilización, de ceder masivamente el Teatro Principal como se hacía antes, era imprescindible un nuevo reglamento para que las cesiones se realizaran en función de criterios técnicos, porque desde el primer día me pareció una barbaridad tener que decidir quién sí y quién no en función únicamente de mi voluntad. Afortunadamente ya tenemos el reglamento.

Soy consciente del descontento de aquellos que no van a ver concedidas sus peticiones, pero la otra cara de la moneda es la satisfacción de ver que una producción íntegramente valenciana, como es TIC-TAC de Albena Teatre, coproducida entre la Delegación de Teatros de la Diputación de Valenciay l’Institut Valencià de Cultura, han llenado el Teatro Principal durante cuatro semanas colgando el cartel de “agotadas entradas”, batiendo el récord de espectadores de toda la historia de las producciones públicas. A eso veníamos, la verdad, y lo queríamos rápido porque cuatro años pasan muy deprisa, ya saben: Tic-tac, tic-tac.

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