Como si fuera un chiste, mañana es martes y 13 y sí, hay moción de censura en el Congreso de los Diputados. Ya sabemos que no habrá ninguna sorpresa y Pablo Iglesias no será Presidente del Gobierno. Rajoy está tranquilo porque la moción de censura ya partió fracasada. Precisamente en la Historia de España, es curioso que este mecanismo que ofrece nuestra democracia nunca haya obtenido un resultado positivo.
Estrategia o no, lanzar una moción de censura al Presidente del Gobierno no debería ser baladí. Tenemos unos mecanismos y debemos utilizarlos conscientes de sus ventajas, sus obligaciones y la responsabilidad de cara a la ciudadanía. La postura de los 3 partidos que conforman el tripartito confronta diversos puntos de vista. Desde el PSOE se van a abstener porque la realidad es que no hay suficientes apoyos para un cambio. ¿Será Pedro Sánchez quién presente una moción de censura en un futuro no muy lejano? ¿Cuándo lo veremos entrar en acción? Volvemos a la palabra abstención pero en esta ocasión con otro matiz, la abstención a Pablo Iglesias.
Por parte de Compromís, la Vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ya ha explicado en repetidas ocasiones que una moción de censura sin frutos no lo ve un mecanismo útil. Sin embargo, a pesar de esta opinión, Compromís votará a favor de la moción. La razón es sencilla. No van a votar "a favor" de un gobierno de Rajoy.
Por supuesto, Podemos votará a favor de la moción de censura para reforzar a su líder Pablo Iglesias. Hace escasos días ya vivimos la particular moción en Madrid con los mismos resultados que veremos mañana. La gran cuestión es: ¿Reforzará la imagen de Pablo Iglesias de cara a sus votantes? ¿Es un nuevo espectáculo sin más consecuencias?
Las repercusiones de esta moción fallida las veremos en los próximos meses sobre todo en las fuerzas de izquierdas mientras el Gobierno hace frente a un reto que se le está complicando por momentos: la soberanía de Cataluña.