La cabalgata de las Magas es una ocurrencia más del alcalde Ribó y sus seguidores políticos, que por tercer año consecutivo, amenaza con provocar un colapso de tráfico en el centro de Valencia, dado que se celebra en un día de gran actividad comercial en la ciudad, el 7 de enero, con el comienzo de las rebajas.
Es además un espectáculo burlesco y provocador, que Ribó ha apoyado por las connotaciones ideológicas que conlleva, y que no son otras que el manifestar una ofensa a nuestras tradiciones y creencias milenarias.
Desafortunadamente para Valencia, el señor Ribó y su gobierno tripartito siguen estancados en el pasado. Esta cabalgata se celebró en un momento de confrontación que los españoles, 80 años después, hemos superado para construir un presente y un futuro sin divisiones. Pero todo esto al alcalde parece importarle poco, y prefiere siempre imponer una carga ideológica a gran parte de sus decisiones.
Los dos años anteriores, la cabalgata de las Magas produjo innumerables molestias a vecinos, comerciantes y compradores. Y lo que es más grave también se utilizó el balcón del Ayuntamiento para lanzar soflamas políticas a los niños.
Desde el Grupo Popular del Ayuntamiento, nos opusimos a que los organizadores utilizaran el balcón por no tratarse propiamente de un acto institucional. Este año es previsible que también quieran que las Magas saluden desde el balcón, lo que nos parece totalmente inapropiado, porque con ese criterio cualquiera que organice una manifestación, concentración o acto festivo podría reivindicar el mismo derecho y el balcón acabaría siendo un púlpito político.
Eusebio Monzó Portavoz del Grupo Popular Ayuntamiento de Valencia