Olas de calor más intensas, desertificación o escasez de agua potable, las consecuencias del cambio climático en las regiones mediterráneas

Més de cent entitats s’uneixen a la Vaga Mundial pel Clima del 27 de setembre per a exigir que s’active l’emergència climàtica

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Frenar los efectos del cambio climático se trata, sin duda, de uno de los retos más importantes de la humanidad. De acuerdo con los últimos informes sobre el estado de la biodiversidad del IPBES y sobre el calentamiento global del IPCC, nos estamos dirigiendo a un camino sin retorno que provocará el deterioro ya no solo de “un gran número de ecosistemas terrestres y marinos, sino la extinción de un millón de especies”. Actuar con determinación y rapidez es clave para combatir los efectos del cambio climático que ya son visibles.

Por ello, más de un centenar de organizaciones españolas, sindicatos y colectivos ya se han unido a la Huelga Mundial por el Clima, que tendrá el lugar el próximo 27 de septiembre. Ecologistas en Acción, Greenpeace, Fridays For Future o CCOO, CGT, UGT e Intersindical Valenciana, entre otras muchas, se han sumado a esta causa para pedir que se declare la emergencia climática de manera inmediata, y que se pongan en marcha medidas para reducir los efectos que está provocando en nuestro entorno.

Tal y como explican en el manifiesto, la crisis climática es consecuencia de “un modelo de producción y consumo, que ha demostrado ser inapropiado para satisfacer las necesidades de muchas personas y que impacta de manera injusta en las poblaciones más pobres. No responder con rapidez supondrá la muerte de millones de personas, además de la extinción irreemplazable de especies imprescindibles para la vida en la Tierra”.

Así, y con los datos del último informe, señalan que las regiones mediterráneas son “las más vulnerables al cambio climático”. En este sentido, explican que si no se limita la temperatura media global en 1,5 ºC, “las consecuencias para futuras generaciones serán catastróficas: olas de calor más intensas y prolongadas, sequías recurrentes, desertificación, aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad, falta de disponibilidad de agua potable y tierras fértiles o incendios más virulentos”.

En definitiva, una destrucción irreparable que aún estamos a tiempo de frenar. De esta manera, con la Huelga Mundial por el Clima pretenden apelar a la responsabilidad institucional europea, estatal y local y a todos los partidos políticos a “estar a la altura de las necesidades que exige el momento”, y añaden “la lucha contra la emergencia climática no puede supeditarse a una ideología o color político, sino que tiene que estar asumida por todos”.

Evitar que la temperatura global se eleve por encima de 1,5 ºC tiene que ser una prioridad mundial, y es necesario que la sociedad se una para este fin. Así, anuncian que, además de la huelga del 27 de septiembre, se están convocando otras acciones, como huelgas de consumo o movilizaciones en centros de trabajo y en las calles, pues se trata de unir voces para la lucha climática.

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