La concejala de Turismo del Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, ha presentado la evolución del turismo en nuestra ciudad, haciendo balance de aquellos factores que han contribuido no solo a incrementar el número de turistas que eligen Valencia como destino principal, sino también el modelo de gestión que se ha llevado a cabo para generar un turismo de mayor calidad y más segmentado, gracias a la diversificación de la oferta turística que ofrece la ciudad.
“Se han llevado a cabo diferentes estrategias para poner en valor nuestra gastronomía, nuestra cultura, nuestros parques naturales… En definitiva, los valores que nos diferencian. Siempre he dicho que a Valencia no hay que disfrazarla porque lo tiene todo. Faltaba proyectar ese discurso, y es en lo que hemos estado trabajando”, ha explicado Gómez.
“Por supuesto, uno de los principales objetivos también era crear una política de turismo integradora para que los vecinos y vecinas de Valencia vieran el turismo como algo positivo, que genera riqueza, empleo y una amplia oferta cultural que también pueden disfrutar ellos”. Y para ello, tal y como ha señalado la concejala de Turismo, era necesario que “Valencia dejara de ser solo un destino de sol y playa, y convertirse en un destino urbano que es necesario visitar durante todo el año”.
En este sentido, se ha llevado a cabo una estrategia de desestacionalización, gracias a la que se ha generado un turismo de calidad y más estable. Prueba de ello, es el crecimiento exponencial que se ha producido en los meses de diciembre, enero y febrero, llegando a una subida del 40%, frente al crecimiento del 5% que se produjo en el mes de agosto.
Otro de los objetivos que se plantearon para abordar el turismo en 2018 fue mejorar la rentabilidad del turismo. “Valencia estaba por debajo de otros destinos nacionales y, ahora, los datos nos muestran que no solo vienen más viajeros a Valencia, sino que permanecen más tiempo en nuestra ciudad”, ha apuntado Gómez. De esta manera, Valencia ha conseguido pasar de una ocupación hotelera, que se situaba en un 62% en 2015, a un 74% en 2018. Asimismo, la rentabilidad por habitación ha aumentado un 11%, alcanzando un precio medio de 81 euros.
Finalmente, otro de los grandes objetivos del sector turístico valenciano era situar nuestra ciudad como un destino reconocible internacionalmente. “Queríamos que Valencia traspasara fronteras, que los turistas internacionales pusieran Valencia como destino primordial en su visita a España”. ¿El resultado? Un aumento del 68%, respecto al 58% de 2015, de turistas extranjeros que nos visitan, gracias también a la mejora de las conectividades y frecuencias de vuelo, así como la colaboración con importantes Hubs europeos, como Lufthansa, entre otros.
Y, ¿Qué le depara el futuro al turismo en Valencia? Trabajar en las mismas líneas. Esto es, seguir internacionalizando la ciudad, ganando en conectividades; continuar mejorando la rentabilidad del turismo, mediante la diversificación de la oferta para captar público que gaste más en nuestra ciudad; y avanzar en la desestacionalización de Valencia para convertirla en un destino turístico 365 días al año.