Los precios de la gasolina y el diésel continúan su escalada y se afianzan en un precio superior a los dos euros el litro. Un incremento que podría llegar a la cifra histórica de tres euros el litro este verano, según alertan los expertos.
Y es que, en estos momentos, no hay ningún indicio que haga prever una rebaja en los precios de los carburantes, más bien todo lo contrario. Un hecho para el que, de momento, no se vislumbra un techo a corto plazo, que podría disparar las cifras en las próximas semanas debido a la volatilidad del mercado.
La invasión rusa de Ucrania ha sido uno de los factores determinantes que ha implicado esta progresiva subida del precio. La cotización internacional de los productos refinados baten récords semana tras semana debido al cuello de botella que se produce en las refinerías, que no pueden procesar todo tipo de petróleos.
Los cambios en el suministro a nivel mundial perjudica a algunas plantas de refino que tienen que cambiar el crudo ruso por otro de una calidad parecida, hecho al que se le suman las dificultades para recuperar los niveles de producción prepandemia o a la falta de inversión en las mismas, muchas de ellas obsoletas, y en las cuales no se prevén mejoras debido a la cada vez más potente apuesta por las energías renovables.
Y aunque estos problemas no se están produciendo en España los precios internacionales afectan igualmente a lo que los consumidores acabamos pagando en la gasolinera.
La medida implantada por el Gobierno de España de rebajar 20 céntimos el litro hasta el 30 de septiembre se ha quedado, por tanto, sin efecto, ya que el precio de los carburantes con la rebaja supera ya al precio que se marcaba en la última semana de marzo, antes de aplicarse este descuento.